+21 | MAFIA RUSA
Arisha Von Nacht es la heredera de una dinastía marcada por el poder y el peligro.
Deberá decidir si proteger el legado de su familia... o arriesgarlo todo por el hombre que podría ser su perdición.
Con algo tan grande que dependía de ella, cualquiera pensaría que se ahogaba en trabajo. Sin embargo, no era así, tenía todo un equipo a su disposición, uno que la ayudaba tanto como era posible. Así, solo se encargaba de las cosas realmente importantes.
Su relación con la principal cara de TRIARKA no era tan directa. De las operaciones, las ventas y muchas otras cosas, era su hermano quien se encargaba. Su trabajo consistía en mantener la otra parte a flote. A menudo se reunía con figuras importantes del gobierno y ofrecía entrevistas tanto en radio como en televisión. Era toda una figura pública, pero eso no le resultaba un problema. No le molestaba obtener atención, pues era la jefa al mando de una de las entidades más poderosas e importantes del país y más allá. TRIARKA brindaba un servicio de comunicaciones y seguridad avanzada de última generación.
Sin embargo, eso no significaba que no se ensuciara las manos. A fin de cuentas, era una mujer criada y adiestrada por el mismo Demyan Mikhailov, influenciada por Dieter Von Nacht y consentida por Esteban Moretti. Una mujer de veinticinco años con estándares altísimos y una destreza impecable para defenderse de cualquier manera posible. A menudo tenía problemas con la AIC, al igual que Elowen Moretti y la misma Astreyd Von Nacht, debido a sus escapadas nocturnas y viajes de "vacaciones", que no eran nada convencionales.
Conduciendo su todoterreno blanco, Davyna se dirigía al sur de San Petersburgo para hacer una entrega. Debía ser discreta, ya que no tenía permitido realizar ese tipo de acciones ni encuentros clandestinos.
Se adentró en un camino terroso y solitario. No había ni un alma a kilómetros de distancia, aparte de las personas con las que iba a encontrarse.
Al avanzar un poco más, llegó a un claro estrecho. Se detuvo y se quitó las gafas de sol para ver mejor lo que tenía enfrente, tres vehículos y unas seis personas. Entre los presentes, una mujer morena de cabello corto hasta los hombros y ondulado, con ojos grandes y castaños. Su piel bronceada y figura esbelta destacaban. Alta y elegante, vestía jeans, botas negras, una camisa y un abrigo largo para el frío. Un gorro de lana negro cubría su cabeza. Era Leyla Aksoy.
Leyla se alertó de inmediato al notar la llegada de Davyna y apartó la vista del teléfono. Unió las manos delante de ella y dio unos pasos hacia adelante, rebasando a los hombres que la acompañaban.
Davyna exhaló por la boca y abrió la guantera del auto. Sacó la característica bolsita azul oscuro, bajó del vehículo y se puso su gabardina azul cielo, que contrastaba perfectamente con su traje de alta costura del mismo color. Su cabello blanco resaltaba bajo la luz gris del día. Cerró la puerta y, con las manos en los bolsillos, se acercó a Leyla.
