𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 & 𝐓𝐫𝐞𝐬

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∙:♛:∙ᴀᴄᴛᴜᴀʟɪᴢᴀᴄɪᴏɴ ɪ/ɪ∙:♛:∙

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EN ESCENA
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(𝙾𝙼𝙽𝙸𝚂𝙲𝙸𝙴𝙽𝚃𝙴) 

Arman Kozlov se movía inquieto por la habitación, su mirada clavada en el teléfono sobre la mesa mientras la voz en el altavoz seguía hablando sin detenerse. Cada palabra que escuchaba era como un clavo más en el ataúd de sus planes. Sentía cómo la ira crecía dentro de él, casi palpable, mientras las implicaciones de lo que había sucedido se hacían cada vez más claras.

Arisha Von Nacht había tomado asiento en la cabecera de la mesa durante la junta. Para los ajenos al círculo íntimo, aquello podía parecer un simple gesto, un acto sin importancia. Pero para quienes entendían las señales de poder, ese gesto significaba mucho más. Era una declaración de legitimidad, una afirmación pública de que ella era la heredera. El hecho de ser la nieta de Dieter Von Nacht le otorgaba una posición que nadie podría cuestionar sin provocar una guerra interna.

Arman sabía que Dieter ya no era el mismo. Los años comenzaban a pasarle factura, y su falta de un sucesor claro había dejado un vacío que él mismo había planeado aprovechar. Pero ahora, Arisha amenazaba esa posibilidad. La fortaleza de TRIARKA siempre había radicado en la unión de sus tres líderes: Demyan, Esteban y Dieter. Esa unión era lo que hacía a TRIARKA tan poderosa y peligrosa. Su legado continuaría con Drystan, D'Angelo, y, por supuesto, con Arisha si ella decidía aceptarlo.

—Maldita sea —murmuró, apretando los puños—. Quiero saber todo sobre los movimientos de la niña Von Nacht. Todo. Desde sus aliados hasta sus debilidades —ordenó con voz firme antes de colgar.

—Te estás preocupando de más.

La voz de Konrand Reinhard hizo acto de presencia en la habitación. Había guardado silencio mientras veía a su colega perder los estribos.

—¿De más? Te recuerdo que, si esa muchacha asciende, todo el plan se irá a la basura. Esto solo será posible si Alemania se debilita, y solo se debilitaría con la muerte de Dieter Von Nacht y sin ningún sucesor que lo siga. Esa joven es una amenaza.

—Estoy consciente de eso, pero no estás pensando con la cabeza fría. Es una mocosa a la cual sentaron en ese puesto, nada más. Esa muchacha no sabe nada sobre este mundo; la he estudiado de cerca, es muy ingenua. No sería difícil apartarla del camino.

—¿Sugieres matarla?

—No nosotros directamente. He escuchado historias tétricas por acciones similares y, preferiría evitar eso.

—¿Entonces? —inquirió Arman.

—Dejemos que las piezas en el tablero se acomoden como deben. Ponerle una corona como si fuese la puta realeza y sentarla en la cabecera seguramente ha despertado la vigilia de cada refractario de TRIARKA. Es así de sencillo: si ganas aliados, también ganas enemigos. Ella ahora ya tiene muchos enemigos.

La promesa de Mr. Wyltz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora