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Jiang Cheng había cambiado de celular y Nie Mingjue no tenía su número. Cuando lo descubrió estaba realmente molesto.

Llamó a su asitente para que fuera a comprobar la situación pero dijo que en casa no había nadie.

¿Por que este niño no deja de moverse? Recuerda haberle dicho que no se metiera en problemas y que no causara un alboroto.

- "Atención queridos pasajeros, hemos llegado la destino"- la azafata empezó a hablar por el micrófono del avión y Nie Mingjue miró el paisaje de la ciudad costera.

Odiaba invertir, pero era algo necesario. Ademas esta empresa de salmones era conocida.

Nie Mingjue se acomodó en su habitación del hotel, un elegante establecimiento con vistas al mar que prometía un ambiente relajante. La decoración era moderna, con tonos azules y blancos que evocaban la tranquilidad del océano.

Mientras se sentaba allí, revisó su teléfono una vez más, esperando que, de alguna manera, el número de Jiang apareciera en su pantalla por última vez antes de olvidarse completamente de su existencia por su trabajo.

Pero nada de eso ocurrió.

Finalmente, decidió salir al balcón para despejar su mente. El sol comenzaba a descender, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. Sin embargo, su paz fue interrumpida por un grito lejano que provenía de la playa. Curioso, se asomó más y, para su sorpresa, vio a Jiang Cheng jugando en el agua.

Su cabello, empapado, caía desordenadamente sobre su frente, con algunas mechones pegados a su piel. La camisa blanca que tráia es el doble de su tamaño y había perdido su utilidad de cubrirlo mientras estaba mojada, pues acentuaba su figura delgada al adhirse a su cuerpo, revelando cada contorno y detalle de su silueta.

Los botones, algunos desabrochados, dejaban entrever un destello de piel blanca y la brisa marina ayudaba con ello , elevando ligeramente la camisa desde abajo, mostrando el traje de baño negro de abajo.

Había una sonrisa en su rostro mientras jugaba con la persona que estaba con él y por mas que intentara, siempre terminaba en el agua.

Era algo lindo de ver si no fuera que:

Primero: Jiang Cheng no le había contactado.

Segundo: Había salido de su casa.

Tercero: Llamaba la atención de todos.

Nie Mingjue siempre había sido mezquino cuando se trataba de sus cosas, Jiang Cheng no era un objeto, pero si su esposo y eso le daba un rango de autoridad frente a los demás, que Jiang Cheng no reconoce.

Bajo con rapidez y se dirigió a la playa. Los puestos recien se abrian, no había nadie mas que Jiang Cheng y la persona que lo acompañaba, aunque podia ver que había mas cosas en una silla cercana.

Jiang Cheng estaba tan sumergido en su mundo intentando escapar del hombre que prometia tirarlo de nuevo al agua, que pronto choco con él al salir.

Su sonrisa se borró de inmedito y Nie Mingjue se sintió un poco amargo de ver esa reacción.

-¿Por que estas aquí?- Jiang Cheng se alejó un poco pero Nie Mingjue lo tomó del brazo.

- Eso debería preguntarlo yo.

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⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

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La clase de control de iraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora