Saliendo de la escuela,Peter me acompañó a casa. Pero antes, pasamos a un pequeño supermercado en elcamino para comprar todo lo necesario para esa noche. Peter tarareaba unacanción mientras montaba el carrito del súper paseándose por los pasillos. Yomiraba nervioso a mi alrededor esperando que nadie nos estuviera observando; enuna ocasión nos habían vetado de la tienda debido a que Peter había decididohacer malabares con un par de manzanas. A decir verdad el chico lo estabahaciendo bien, hasta que tropezó y derrumbó una pirámide de cajas de cereal.
Por suerte, el gerente deaquel día solo trabajaba por las tardes...no a esa hora. Era un tantofrustrante tener que esconderse pasadas las seis de la tarde, pero al menos asípodíamos hacer nuestras compras a gusto. Seguí a Peter por los pasillos.
-Primero que nada,soda...mucha soda-dijo abriendo los refrigeradores tomando un pack de latas decoca-cola.
-Vamos, solo somos cinco-ledije.
-Segundo, frituras...muchasfrituras-dijo tomando unos tres empaques de papitas-Dios, espero que nosalcance.
-¡Pero querías invitar aEmma y a Lisa!-le recordé.
-Vamos, sonmujeres...¡mujeres! Probablemente las únicas de la escuela que habrían aceptadoa pasar la tarde con nosotros...además, Emma está guapa.
Puse los ojos en blanco.
-Así que todo es un planmacabro para que te acercases más a Emma-le planteé.
-No, dije que estabaguapa...no que me gustara.
Hice una mueca.
-Lisa también estaguapa-añadí.
Peter me miró sonriente.
-¡Ves! Seguro que quierespasar toda la tarde con Lisa Switzer...todos quieren pasar la tarde con LisaSwitzer.
No le respondí. Como dijo,me parecía atractiva más no me atraía del todo. ¿Tiene sentido? Además, apenasla conocía. No hablábamos mucho, la conversación más larga que había tenido conella había sido hacía unas semanas, cuando fue mi compañera de laboratorio parala clase de química. Apenas podía llamarla amiga, y no lo digo porque sea malapersona, simplemente no convivía suficiente con ella.
Aunque he de admitir, quesu cabello me volvía loco. Y esos ojos grises azulados realmente me atrapaban.Y esa divertida risa...como sea, aún no estaba seguro de que el haberlainvitado hubiese sido una buena idea.
-¡Mira!-exclamó Peteremocionado, mostrándome una lata de crema batida-¡Deliciosa!
Le quitó la tapa abrió laboca y la lleno de aquella espuma blanca para después tragársela. Acto seguido,me arrojo un poco a la cara.
-Bueno...tal vez tengasrazón...tal vez me gusté solo un poco-mencioné-Pero muy poco...cierto, es deliciosa.
-¡Te lo dije! Peter lo sabetodo.
Arrojó al carrito variasbotellas de crema batida, antes de volver a montarlo y continuar viajando porel supermercado. Pasamos cerca del área de campamento, ahí recogió un par delinternas.
-Por si la electricidad aúnno vuelve-me guiñó un ojo.
Observé unas brújulas en elestante: pequeñas, circulares y marrones. Aunque había algo inusual en todasellas, ninguna señalaba correctamente al norte, todas estaban defectuosas porunos pocos grados, pero ninguna estaba funcionando correctamente. Me parecierondemasiado curiosas así que tomé una y la aventé al carrito.
-¿Qué película quieresrentar?-me preguntó.
-Pero ni siquiera sabemossi habrá electricidad-le respondí.
Peter estuvo a punto deresponder, pero se quedó mudo.
-Entonces haremos uso dealgunos juegos ridículos como...Twister o algo por el estilo-mencionó mientrasse dirigía a una de las cajas para pagar.
El chico terminó cooperandocon dos dólares mientras a mí me tocaba dar todo lo demás. Me hubiera enfadadopero ya estaba tan acostumbrado que decidí quedarme callado y pagué. Al salirfuimos rápidamente a mi casa, pero Peter me detuvo puesto que quería tomar sucámara fotográfica en caso de que Luke cometiera otra estupidez y así poderextorsionarlo después. Aunque sabía que solo quería reírse del chico un rato.
-Logan-me saludó la SeñoraTabor-¿Cómo estás? ¿Quieres comer algo?
-No, gracias señoraTabor-le respondí, observé su televisor apagado...la hermana menor de Peterleía un libro...algo raro en esa casa-¿Aún no hay luz?
-Parece que no...son pocosen el pueblo los que tienen electricidad...pero algunos militares de uniformenegro han estado merodeando la zona, probablemente intentando arreglar lafalla...
Peter bajó corriendo lasescaleras con la cámara en la mano, se despidió rápidamente de su mamá y tiróde mí fuera de la casa. Atravesémosla calle enumerando las razones por lascuales Brad era un idiota. A decir verdad, fue bastante fácil. Al llegar a lapuerta, busqué en mi bolsillo la llave para abrir, entonces entramos y fuimosdirecto a mi habitación.
-Ahora voy...espera-mepidió Peter.
Subí a mi cuarto y loobservé atentamente. No estaba lo suficientemente limpio para que un par dechicas entrara, sobretodo sí una de ellas era Lisa Switzer. Observé miteléfono, apenas eran las seis de la tarde...¿tan rápido había pasado ya eldía? Los chicos llegarían en menos de media hora. Me dediqué a recoger micuarto lo más que pude, tomé la ropa sucia y la fui a dejar al cuarto delavandería. Busqué debajo de la cama y encontré tres pares de zapatos queguardé rápidamente en mi armario.
Peter entró por la puertacon la caja de pizza del día anterior en la mano.
-Sobró pizza ayer,¿quieres?-me ofreció.
-Suponiendo que estoy en micasa...sí, por favor.
-¿Y tu hermano?-preguntó.
-Ni idea, probablementetrabajando...yo que sé, ya llegará.
Comimos pizza y perdimos eltiempo, hasta que llegó mi hermano. Entonces me explico que había estado afueracon sus amigos un rato. Cuando le comenté que "vendrán unos amigos a pasarla tarde-noche escondiéndonos del estúpido baile de Halloween" lo únicoque dijo fue:"¡Mierda! ¿Ya es Halloween?" y salió rápidamente abuscar dulces para los niños que llegarían ansiosos. Claramente prefería dulceque un truco.
¿Militares para reparar laelectricidad? No me lo creía. Observé la Brújula que en ese momento apuntabahacia el sur sin mover la manecilla. Algo raro estaba sucediendo.
=ǿ=ޕF
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El Monstruo de Buitenville
Science Fiction¿Alguna vez haz mirado las estrellas y te has preguntado que hay allá afuera? Ese solía ser una extraña adicción misma, hasta que el mismo cielo nocturno me dio la respuesta. Yo y mis amigos seguimos la luz hacia el bosque, donde nos encontramos co...