Los altos árboles del bosque se levaban imponentes por encima de nosotros. El suelo estaba lleno de tierra, raíces, hojas y ramas, que crujían conforme avanzábamos por encima de ellas. El lugar, por alguna razón, era mucho más frío que el pueblo, varias ardillas huían a gran velocidad corriendo hacía los vecindarios. El silbido del viento le daba un toque un tanto aterrador a aquel tenebroso bosque.
-¿A dónde vamos?-preguntó Lisa-Me refiero...a que sí sabes a que dirección ir...
-Supongo-respondí avanzando entre la maleza, iluminando el camino con la linterna-Cuidado con esa raíz...
Un extraño crujido llegó desde la oscuridad, ambos nos detuvimos de golpe.
-¿Qué es eso?-preguntó Lisa.
Un par de arbustos enfrente de nosotros comenzaron a sacudirse, Lisa corrió detrás de mí para protegerse. Yo levanté la linterna preparado para golpear a lo que sea que nos estuviera asechando. Entonces, un enorme sapo salió brincando para croar enfrente de nosotros.
-Qué asco-mustié.
-Bah, solo es una rana-respondió Lisa en un suspiro.
Sin decir más continué caminando hacia el frente, conforme avanzábamos algunos árboles parecían estar rotos, como sí una extraña máquina hubiera decidido talarlos por la mitad. Un poco de ceniza comenzó a llover por encima de nosotros, un horrible aroma a plástico quemado inundó el ambiente.
-Huele a "Obo"-mencionó Peter detrás de nosotros.
Ambos nos sobresaltamos y retrocedimos instintivamente. Lisa me apretujó la mano con fuerza, Emma arqueó las cejas mientras Peter se carcajeaba. Luke portaba un extraño aparato rectangular amarillo con un medidor de manecillas en el centro; estaba conectado a una especie de pequeña manguera negra de unos veinte centímetros que terminaba en un pequeño tubo oscuro.
-¿Qué es eso?-pregunté.
-¿Hablas del Obo, o del aparato maléfico de Luke?-preguntó Peter.
-Pues yo tengo la duda sobre el Obo...-empezó Lisa.
-No preguntes que es, créeme, no quieres saber-la detuve-Es un no muy divertido y sucio juego de palabras...yo hablo, del aparato malicioso.
-Es un contador Geiger-explico Luke.
-¿Qué acabas de decir de mi madre?-bromeó Peter en media confusión.
-Miden la radiación del lugar, no quiero terminar con cáncer-respondió Luke.
-¡Yo apoyo el aparato maligno!-levantó la mano Emma un tanto asustada-Aparato Maligno y Ñoño, al frente del grupo.
Luke puso los ojos en blanco, y de forma nerviosa comenzó a avanzar por el bosque liderándonos. El chico, tomaba la manguera del medidor y la estiraba por enfrente suyo mientras su aparato soltaba extraños y lentos pitidos.
-¿Se puede saber donde conseguiste eso?-pregunté.
-No, no quieres saber-añadió Luke mientras rodaba un árbol.
Observé a mi alrededor, pude ver varias aves muertas en el suelo. Al parecer habían sido incineradas, comenzaba asustarme. ¿Era correcto estar ahí? De verdad me moría de ganas de ver de qué se trataba todo eso, pero a la vez, no estaba del todo seguro de que fuera buena idea. Los árboles cortados comenzaron a aparecer cada vez más cortos hasta que llegamos a un enorme claro. En el centro había un enorme y profundo cráter en la tierra, alrededor la tierra soltaba humo y vapor.
¿Has olido aquel gas que sueltan los camiones viejos en las calles? Un vapor pesado y caliente...pues ahí había mucho de ese.
Luke se detuvo de golpe.
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El Monstruo de Buitenville
Science Fiction¿Alguna vez haz mirado las estrellas y te has preguntado que hay allá afuera? Ese solía ser una extraña adicción misma, hasta que el mismo cielo nocturno me dio la respuesta. Yo y mis amigos seguimos la luz hacia el bosque, donde nos encontramos co...