El Destino de los Alfas [Jaedo]

Promesas

Pasaron algunas semanas desde que Jaehyun dejó claro su compromiso con Doyoung, pero los conflictos no se detuvieron. Los padres de Jaehyun insistían en el matrimonio con Ten y seguían con los preparativos a espaldas de su propio hijo. Cada intento de presión era una herida más en la relación entre Jaehyun y su familia.

Para Jaehyun, cada día se hacía más evidente que Doyoung y su hijo eran el hogar que buscaba, pero la sombra de sus padres y el desprecio que le tenían a Doyoung no desaparecían. Al final, decidió dar un paso definitivo: se mudó temporalmente al departamento de Doyoung. Quería demostrarle que lo elegía a él, y que enfrentaría a su familia hasta el final si era necesario.

Sin embargo, los problemas no tardaron en encontrarlo.

Una noche, cuando Doyoung y Jaehyun estaban preparando la cena juntos, tocaron la puerta del departamento. Al abrirla, se encontraron con la madre de Jaehyun, elegante y fría como una tormenta de invierno.

—Necesito hablar contigo en privado, Jaehyun, —dijo, sin molestarse en saludar a Doyoung.

Jaehyun intercambió una mirada con Doyoung antes de asentir y salir con su madre al pasillo. Su madre lo miró con una mezcla de decepción y dureza.

—Jaehyun, ¿de verdad piensas seguir con esta locura? —preguntó ella, sin rodeos—. Ese omega no tiene nada que ofrecerte. Es un padre soltero, con un pasado que avergonzaría a cualquiera.

Jaehyun respiró hondo, tratando de controlar su enojo. —No tienes derecho a hablar así de él, mamá. Doyoung es mucho más que ese pasado que ustedes no dejan de criticar. Es alguien que ha luchado y sobrevivido sin la ayuda de nadie, y lo respeto por eso.

Su madre soltó una risa amarga. —¿Y qué pasa con nuestra familia? ¿Con todo lo que hemos construido para ti? Lo estás tirando a la basura por alguien que ni siquiera es digno de estar a tu lado. Ya hemos comenzado con los preparativos para el compromiso con Ten, y te guste o no, es la mejor decisión para todos.

Jaehyun sintió como si el suelo se moviera bajo sus pies. —¿Ya están organizando mi boda? —preguntó, incrédulo—. ¿En serio piensan obligarme a casarme con alguien sin tomar en cuenta lo que yo quiero?

—No te estamos obligando, Jaehyun. Te estamos guiando para que tomes la mejor decisión, —respondió su madre, con frialdad—. Aún tienes tiempo de hacer lo correcto. Doyoung no es para ti, y nunca lo será.

Jaehyun la miró por un largo momento, sintiendo la tristeza y la rabia acumularse en su pecho. Finalmente, sin decir una palabra más, regresó al departamento, cerrando la puerta tras de sí.

Doyoung lo miró preocupado al verlo entrar, notando el rastro de ira en su rostro. —¿Todo bien? —preguntó, aunque intuía la respuesta.

Jaehyun sacudió la cabeza y suspiró, llevándose una mano al cabello, en un intento de calmarse. —Mis padres… siguen empeñados en esa boda con Ten. Creen que pueden decidir mi vida por mí.

Doyoung lo observó con tristeza y se acercó para tomar su mano. —Jaehyun, no quiero que te veas atrapado entre tu familia y yo. Quizá lo mejor sería…

—No, —interrumpió Jaehyun, apretando sus manos con firmeza—. No vuelvas a decir eso, Doyoung. Yo te elegí a ti, y no voy a permitir que nadie nos separe.

Los ojos de Doyoung se llenaron de lágrimas al escuchar esas palabras, y sin poder contenerse más, se abrazó a él, apoyando la cabeza en su pecho. Jaehyun lo sostuvo con fuerza, sintiendo cómo el amor que compartían era más fuerte que cualquier obstáculo que su familia pudiera poner en su camino.

Pero, en el fondo, ambos sabían que la lucha apenas comenzaba.