Nuestro Nuevo Comienzo

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Pasaron unos meses desde aquella noche en la que Jaehyun y Doyoung, entre risas y lágrimas, decidieron unir sus vidas para siempre. La boda había sido una celebración íntima y sincera, rodeados de sus amigos más cercanos y aquellos que realmente apoyaban su amor. Ahora vivían juntos, formando una familia feliz junto a Jeno, que había recibido a Jaehyun en su vida con la inocencia y amor que solo un niño podía ofrecer.

Una mañana de primavera, Doyoung había decidido que ese día sería especial. Había estado guardando un pequeño secreto, uno que, con el tiempo, se había convertido en su más preciado anhelo, y quería compartirlo con Jaehyun de la manera más dulce posible.

Doyoung preparó un desayuno especial, colocando cada plato con cuidado sobre la mesa. Jeno, siempre emocionado de ayudar, se encontraba a su lado, sosteniendo una pequeña tarjeta que él mismo había decorado con dibujos y colores.

—¿Crees que le guste, mamá? —preguntó Jeno, observando el colorido sobre de la tarjeta, que llevaba una gran sonrisa dibujada y el mensaje "¡Felicidades, papá!" en grandes letras.

Doyoung sonrió y acarició el cabello de su hijo, sintiendo una calidez indescriptible al ver el entusiasmo de Jeno—. Estoy seguro de que a papá le va a encantar, —le susurró con un guiño.

Justo en ese momento, Jaehyun apareció en la cocina, con el cabello ligeramente despeinado y una sonrisa suave al ver a su esposo y a su hijo preparando algo especial.

—¿Qué están tramando? —preguntó divertido, acercándose a la mesa, observando el desayuno y el misterioso sobre que Jeno sostenía.

Jeno corrió hacia él, extendiendo el sobre con orgullo—. ¡Papá! Esto es para ti. Mamá y yo tenemos una sorpresa.

Jaehyun arqueó una ceja, mirando a Doyoung con curiosidad y emoción mientras abría el sobre. Dentro, encontró una tarjeta con un dibujo hecho por Jeno de él, Doyoung y... un nuevo bebé en los brazos de Doyoung. En grandes letras, se leía "¡Bienvenido a nuestra familia!".

Jaehyun levantó la vista, incrédulo, y miró a Doyoung, quien lo observaba con una sonrisa llena de amor y dulzura.

—Doyoung… ¿es…? —su voz tembló, mientras asimilaba el mensaje. La emoción en sus ojos era palpable, y una sonrisa se extendió por su rostro, iluminándolo de una manera que hizo que el corazón de Doyoung latiera con fuerza.

Doyoung asintió, con una risa suave y emocionada—. Sí, Jaehyun. Estamos esperando un bebé. Vamos a ser papás otra vez.

Jaehyun se inclinó hacia él, abrazándolo con fuerza mientras sentía el calor de su nueva familia. Miró a Jeno y, sin contenerse, lo alzó en brazos, haciendo que el pequeño riera de felicidad.

—¿Eso significa que voy a ser hermano mayor? —preguntó Jeno, sus ojos brillando de emoción.

—Exactamente, campeón, —le dijo Jaehyun, besándole la frente—. Vas a ser el mejor hermano mayor que este bebé pueda tener.

En ese momento, mientras Jaehyun, Doyoung y Jeno compartían un abrazo lleno de felicidad, sabían que, a pesar de todo lo que habían enfrentado, cada sacrificio, cada obstáculo, había valido la pena. La promesa de un nuevo comienzo y la llegada de un nuevo miembro a su familia era el cierre perfecto para su historia y, a la vez, el comienzo de otra llena de amor y felicidad.

 La promesa de un nuevo comienzo y la llegada de un nuevo miembro a su familia era el cierre perfecto para su historia y, a la vez, el comienzo de otra llena de amor y felicidad

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La llegada del gran día fue una mezcla de emociones y caos. Todo había estado perfectamente planeado, o al menos eso pensaba Jaehyun, quien desde hacía semanas mantenía listas las maletas, revisaba constantemente el hospital y se preparaba mentalmente para el nacimiento del bebé. Pero, como era de esperarse, las cosas no salieron como imaginaba.

A media noche, Doyoung comenzó a sentir contracciones intensas. Al principio pensó que sería una falsa alarma, pero el dolor se hizo tan fuerte que apenas podía moverse sin quejarse. Jaehyun, medio dormido y completamente desorientado, saltó de la cama al escuchar a Doyoung murmurar improperios con voz entrecortada.

—¡Jaehyun! —gritó Doyoung mientras se apoyaba en la pared—. ¡Si no mueves ese trasero ahora, te juro que no vivirás para ver a este bebé!

Jaehyun se apresuró a ayudarlo, tratando de mantener la calma aunque su corazón latía a mil por hora. Colocó a Doyoung en el auto, donde Jeno, quien se había despertado con el ruido, también insistió en acompañarlos. Mientras conducía rápidamente hacia el hospital, Jaehyun intentaba ofrecerle palabras de aliento, pero cada intento terminaba en una mirada fulminante de Doyoung.

—¡Jaehyun, deja de decir que respire hondo! ¡Fuiste tú quien me metió en esta situación! —gritaba Doyoung entre jadeos y dolores.

Jaehyun intentaba no reírse, nervioso, sabiendo que cualquier comentario que hiciera podría ser motivo para que Doyoung se lanzara sobre él… si pudiera moverse.

Finalmente, llegaron al hospital. Los enfermeros y médicos se apresuraron a asistir a Doyoung, quien, entre respiraciones profundas y quejas, no dejaba de lanzar miradas asesinas hacia Jaehyun cada vez que se acercaba a él. Jeno esperaba en la sala de espera junto a Yuta, quien había llegado para apoyarlos y asegurarse de que todo estuviera en orden.

Mientras los médicos realizaban las últimas revisiones, uno de ellos miró la pantalla del ecógrafo y frunció el ceño, como si intentara verificar algo.

—Familia Jung —dijo la doctora, mirándolos con una mezcla de sorpresa y una sonrisa—. Parece que tienen una sorpresa adicional.

Jaehyun parpadeó, confundido—. ¿Una sorpresa adicional?

La doctora asintió—. Están esperando no uno, sino dos bebés. Tienen gemelos.

Doyoung, entre el dolor y el shock, miró a Jaehyun con los ojos bien abiertos—. ¿Gemelos? ¿Escuchaste, Jaehyun? ¡Todo es culpa tuya! —dijo en un intento de regañarlo, aunque en su rostro se mezclaba el dolor con una sonrisa temblorosa de emoción y asombro.

Jaehyun tomó la mano de Doyoung, sintiendo una oleada de amor y gratitud. Aunque Doyoung parecía listo para fulminarlo en ese momento, también notó la luz en sus ojos, la felicidad que solo alguien que realmente deseaba ser padre podía sentir.

Después de unas horas intensas y agotadoras, los gritos de dos bebés llenaron la habitación. Jaehyun y Doyoung se miraron, exhaustos pero felices, mientras las enfermeras les entregaban a sus dos hijos, dos pequeñas criaturas que parecían llevar en sus rostros una mezcla de ambos.

Doyoung, sudoroso y completamente agotado, susurró entre risas—. Jaehyun, recuerda esto… porque si volvemos a tener más hijos, definitivamente me encargaré de que seas tú quien pase por esto.

Jaehyun rió, besando suavemente la frente de ahora esposo y luego la de sus dos nuevos hijos, mientras prometía en su corazón que haría todo lo posible para que esta nueva familia que habían formado juntos tuviera la vida más feliz.

Fin






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Epa! Aún falta el epílogo 🤍

Espero este final les haya gustado mucho así como yo disfruté mucho el escribirlo.

El Destino de los Alfas [Jaedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora