Desde la visita de Taeyong, la ansiedad se instaló como un invitado indeseado en la vida de Doyoung. Aunque Jaehyun estaba a su lado, compartiendo su preocupación, el peso de esa aparición inesperada lo acechaba. Había algo en la carta que Taeyong dejó que le hacía sentir una curiosidad inquietante. Cada noche, después de asegurarse de que su hijo dormía y que Jaehyun descansaba, se sentaba con la carta en las manos, dudando si debía abrirla o no.Finalmente, una madrugada, decidió leerla.
"Doyoung,
Nunca tuve el valor para ser el hombre que debí haber sido para ti y para nuestro hijo. Te fallé en todos los aspectos posibles, y aunque sé que ya es tarde, quiero que sepas que en todo este tiempo no ha pasado un solo día en el que no me arrepienta. He escuchado que tienes a alguien a tu lado, alguien que realmente te apoya y te cuida como yo nunca pude. Espero que puedas ser feliz, de verdad. Pero si alguna vez nuestro hijo quiere saber quién es su padre biológico, estaré aquí. No te pido perdón, porque no creo que lo merezca. Solo quería que lo supieras."Doyoung dejó escapar un suspiro entrecortado mientras leía aquellas palabras. Parte de él quería creer en la sinceridad de Taeyong, pero el recuerdo del dolor que él le había causado no desaparecía tan fácil. Después de un rato, guardó la carta en el cajón de su habitación, decidiendo que aún no era momento de contarle a Jaehyun.
Jaehyun, por su parte, enfrentaba las críticas y la desaprobación de su familia con una firmeza que nunca antes había mostrado. Sus padres, especialmente su madre, estaban furiosos por su insistencia en mantener una relación con alguien que, según ellos, no estaba a la “altura” de su linaje. Su madre intentó una última estrategia, llevándolo a una reunión familiar en la que invitaron a varios socios importantes. Fue en ese evento donde Jaehyun descubrió las verdaderas intenciones de sus padres.
—Querido, solo queremos lo mejor para ti, —dijo su madre con una sonrisa suave pero falsa—. Este es el tipo de ambiente en el que deberías estar, rodeado de personas que aprecien lo que eres y que compartan tus valores.
Jaehyun suspiró, manteniendo una expresión neutral. —Madre, lo que realmente importa es que yo amo a Doyoung y estoy decidido a estar con él, les guste o no.
Su madre apretó los labios, mirándolo con desaprobación. —Es un omega que ya no es puro, Jaehyun. No puedes pretender que eso no nos afecte.
Jaehyun no pudo evitar que la ira se encendiera en sus ojos. —Es el hombre al que amo, y él y nuestro hijo son mi familia. Si no pueden aceptar eso, entonces están perdiendo a su propio hijo.
El salón se sumió en un tenso silencio. Sus palabras resonaron en cada rincón de la casa, y todos los ojos se posaron en él, algunos llenos de sorpresa y otros de desaprobación. Sin decir más, Jaehyun se dio media vuelta y se marchó, dejando claro que no estaba dispuesto a tolerar más la manipulación de su familia.
Cuando Jaehyun llegó al apartamento que compartía con Doyoung, lo encontró en la cocina, preparando una cena sencilla. Al verlo, Doyoung notó de inmediato la tensión en sus hombros y la sombra de preocupación en su mirada.
—¿Todo bien? —preguntó, acercándose a él y tomando su mano en un gesto de apoyo.
Jaehyun suspiró, dejándose envolver en el abrazo de Doyoung—. Lo es ahora que estoy contigo.
Doyoung no preguntó más, entendiendo que Jaehyun necesitaba ese silencio y el consuelo de su presencia. Ambos sabían que estaban luchando contra fuerzas que amenazaban su felicidad, pero también sabían que juntos eran más fuertes. En ese momento, sin decirlo en palabras, reafirmaron su compromiso de proteger lo que tenían.
Sin embargo, el regreso de Taeyong continuó acechando en la mente de ambos. Doyoung se esforzaba por ignorarlo, por enfocarse en la vida que había construido, pero una tarde, mientras salía del trabajo, lo encontró esperándolo en la entrada del restaurante.
—¿Qué haces aquí otra vez? —preguntó Doyoung, sintiendo la incomodidad crecer en su pecho.
—Solo quiero hablar, —dijo Taeyong, alzando las manos en un gesto de paz—. Por favor, solo dame cinco minutos.
Doyoung dudó, pero asintió, cruzando los brazos mientras lo miraba con firmeza.
—Mira, —comenzó Taeyong—. Sé que no tienes razones para confiar en mí, pero he cambiado. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para tener una oportunidad de conocer a nuestro hijo.
Doyoung sintió una mezcla de frustración y compasión. Por un momento, vio en Taeyong al hombre que alguna vez había amado, antes de que él lo traicionara. Pero la realidad era otra. No podía permitir que alguien tan inestable formara parte de la vida de su hijo.
—Taeyong, te agradezco que hayas venido, pero no necesito que remuevas el pasado ni que intentes recuperar algo que ya se perdió. Mi hijo tiene a Jaehyun, y yo he hecho una vida con él. Por favor, déjanos en paz.
La decepción en el rostro de Taeyong fue evidente, pero esta vez, en lugar de insistir, simplemente asintió. Antes de irse, se detuvo y miró a Doyoung una última vez.
—Si alguna vez cambias de opinión, aquí estaré. Siempre.
Doyoung observó cómo Taeyong se alejaba, sin saber si sentir alivio o tristeza. Aunque deseaba dejar atrás esos recuerdos, sabía que una parte de su vida siempre estaría ligada a Taeyong, y en cierto modo, a ese pasado que tanto intentaba olvidar.
Esa noche, mientras Doyoung y Jaehyun hablaban, Doyoung decidió contarle sobre la carta que Taeyong había dejado. Jaehyun lo escuchó con calma, aunque no pudo evitar la tensión en su mandíbula.
—¿Y piensas darle esa carta a nuestro hijo algún día? —preguntó Jaehyun en voz baja.
Doyoung dudó antes de responder—. No lo sé. Parte de mí quiere que crezca sin pensar en Taeyong, que nunca tenga que pasar por ese dolor. Pero otra parte sabe que, eventualmente, tendrá preguntas. Y no quiero mentirle.
Jaehyun tomó la mano de Doyoung, entrelazando sus dedos con los suyos—. Sea cual sea tu decisión, estaré aquí para apoyarte. Pero quiero que sepas que, para mí, tú y él son mi única familia.
Las palabras de Jaehyun le brindaron a Doyoung una sensación de paz que no había sentido en mucho tiempo. Sabía que su presente y futuro estaban al lado de Jaehyun, y que, juntos, enfrentarían cualquier obstáculo que el destino les pusiera en el camino.
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El Destino de los Alfas [Jaedo]
FanfictionEn un mundo donde cada alfa tiene un omega destinado, Doyoung ha sufrido la traición de un amor que lo dejó con un hijo y un corazón roto. Ahora, como chef principal en uno de los restaurantes más prestigiosos, su vida parece haberse estabilizado. S...