Los que buscan venganza

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Durante la Segunda Gran Guerra Shinobi, había existido un grupo de ninjas que se dieron a conocer como los Shinobi del País del Cielo, conformando el País del Cielo. Estos shinobi tuvieron la intención, durante la guerra, de destruir a las Cinco Grandes Naciones Shinobi y ocupar el puesto de estas, colocándose por encima. Durante la guerra, estos shinobi aprendieron a usar maquinaria voladora y usarla en sus combates, venciendo a sus enemigos. Pero Konohagakure no Sato derrotó a estos shinobi, destruyendo todo lo que habían construido y eliminándolos de la faz de la Tierra, dejándolos en el completo olvido. El extraño símbolo en los hitai-ate de ños hombres y mujeres que emergieron de las distintas nubes de polvo, hicieron que los más ancianos de Konoha los reconocieran, sintiendo un poco de miedo. El País del Cielo había resurgido y buscaba venganza, atacando a la hoja en su momento más débil, durante una festividad y cuando se estaban reconstruyendo de una batalla. Aprovecharon el momento y la oportunidad y no la iban a dejar pasar, teniendo a su enemiga tan débil.

Sobre el cielo de Konoha, el cual se había oscurecido, había una inmensa forma voladora, una enorme masa de tierra que estaba suspendida sobre la aldea de la hoja, cubriéndola casi por completo. Era una isla flotante o, incluso, una ciudad voladora que no parecía querer derrumbarse sobre Konoha, si no que quedó sobre ella, haciendo que todos sus habitantes miraran hacia el cielo, desde shinobi hasta civiles.

El choque de aceros y las chispas no se hicieron esperar por toda la aldea.

Tomando la muñeca de su primer atacante, Naruto atravesó el pecho de uno de aquellos shinobi del cielo, enterrando su kunai directamente donde debería haber tenido el corazón; pero otros dos se le echaron encima. Empujó el cuerpo inerte, desestabilizando al primero y bloqueó el intento de puñalada del segundo, causando que chispas saltaran sobre su rostro, cegándolo momentáneamente. Otro apareció detrás suya, con una katana descendiendo.

Clank

Shimaru intervino, cubriendo la espalda de su mejor amigo, usando una hoja corta que ocultaba debajo del kimono, como si hubiera esperado aquello por alguna razón. Naruto se lamentó al ver a su compañero y padrino tan bien preparado y él solamente llevó un triste kunai a su propia boda.

―¡No creí que no trajeras una espada, Naruto!

―¡No esperaba pelear en mi boda, mierda!

Los jutsus no tardaron en hacerse presente. La pista de baila se inundó de clones de lodo que tomaron forma consistente y, como bombas, estallaron, creando una inmensa nube de polvo y trozos de suelo que se esparció por toda la zona, obligando a las personas a cubrirse para poder mantener la visión. Naruto y Shimaru se cubrieron, dejando sus espaldas al descubierto, listas para ser atacadas por los shinobi voladores que descendieron desde la isla flotante.

Frusss

Un enorme viento azotó a estos shinobi haciéndolos chocar entre sí y cayendo directos al suelo, vivos.

―¡No os puedo dejar solos, par de idiotas!

La pierna de Inoru golpeó el rostro de un shinobi del cielo enviándolo a volar. Cuando se posicionó bien, sobre la mesa de la comida, con cuidado de no pisar nada, disparó varios shurikens contra sus objetivos, enterrándolos en la yugular de los enemigos.

―Se supone que ellos deberían haber muerto. No deberían seguir existiendo.

―Si suponemos que los enemigos de Konoha se mantienen muertos, entonces no tendríamos enemigos, ¿no crees?

Naruto golpeó la mano derecha contra el suelo y el suelo se partió en dos, haciendo que varios de los clones de lodo se hundieran en el suelo para desaparecer cuando cerró la grieta. Entonces, preocupado, levantó la cabeza.

A.N.B.U: Danza del VientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora