Capítulo 29: Quiero recordarme, recordarnos

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POV EVANGELINE

—Mami, ¿que le paso a tu piecito?

—Ehh..., solo fue un accidente mi amor. No te preocupes por eso, ¿de acuerdo?

Como se supone que le responderia si ni siquiera yo sabía que era lo que había sucedido?, él solo es un niño que quiere respuestas ante todo lo que no entiendo, es mucho más curioso que el resto de personas en la casa, solo tiene cuatro añitos, no debería ver todo lo malo que sucede a su alrededor, debería estar tranquilo y con calma, estudiando y viviendo con paz, no entre balas, sangre y estando en constante terror al no saber qué pasa con sus padres

—Sipi —en su rostro siempre hay una tierna sonrisa, es igual ahora. Dejo un beso en su frente y ríe de manera linda—. Mami...

—¿Si?

—No vas a dejar solo a Mikhail, ¿verdad?

—¡No corazón! —por instinto lo atraigo a mis brazos, entrujándolo contra mi pecho. su cabecita queda bajo mi mentón—. Jamás pienses algo como eso. Yo estaré contigo pase lo que pase... te amo muchisimo

—Yo tambien, mami

Entonces entre una de las mucamas con una bandeja de comida, pero la misma queda paralizada al verme despierta y con el niño en brazos. Ella deja la bandeja en la mesita de noche e inmediatamente toma a Mikhail en brazos, sentandolo en la silla justo al lado de la cama. el niño al igual que yo queda confundido, mientras espero una explicación por parte de la mujer

—¿Qué sucede?

—Señora, sucede que está embarazada —su tono de regaño me hace despertar, hasta ahora tomo conciencia de aquello—. No puede cargar peso, mucho menos al niño Mikhail... estuvo inconsciente por casi doce horas. ¡Debe guardar reposo absoluto!

—¿Dormí por tanto tiempo? —mi entrecejo se frunció, sin dar fe a lo que estaba escuchando, busqué afirmación a mi duda por parte de la mujer, quien enseguida asintió mientras acomodaba a Mikhail para que comiera—. No puede ser...

—Pues, sí que puede ser. Cuando vea al doctor le traeré su comida, debe saber todo lo que se hará de ahora en adelante con respecto a su alimentación

—Esta bien. Muchas gracias... —ella entendió enseguida la pausa. yo no recordaba su nombre

—Anika. Soy Anika, señora

—Muchas gracias, Anika —una sonrisa se formo en mi rostro y ella se acerco

—No es nada señora —sin previo avisa me abrazo, con cierta calidez familiar. Al separarse fue directo a la puerta, y antes de salir por completo se dirigió a mí con una mediana sonrisa—. No nos vuelva a preocuparnos de esa manera, esta casa no sería lo mismo sin usted

Sus palabras me toman desprevenidas, pero al mismo tiempo me llenan de un sentimiento tan cálido que se me hace casi imposible contener el llanto, dejándome solo responder con un hilo de voz

—Lo prometo —ella sale del lugar dejándome a solas con mi pequeño y glotón hijo, el cual ya está devorando su comida, la cual huele y se ve deliciosa—. Come despacio hijo, la comida no va irse huyendo de tu boca —bromee divertida al verlo con las mejillas infladas por toda la comedi que metió en su boca

—Diculpa

—No hables con la boca llena o vas a terminar por atragantarte

—Disculpa mami —habla una vez terminó de masticar y tragar lo que tenía en la boca—. Esta deliciosa

—Eso veo

—¿Tu no vas a comer mami?

—Cuando habla con el doctor me traeran mi comida, chiquito —hablo mientras él lucha con un pedazo de carne que al parecer es difícil de cortar para sus dientecitos—. Ven acá para poder ayudarte

La Traición Se Viste De MujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora