La Traición Se Viste De Mujer

Capítulo 10: Mis queridos suegros

POV EVANGELINE

—¡Mami! —escucho entre sueño, pero solo ignoró la vocecita—. Papi, ¿mami no quere despertar? —al estar un poco más despierta caigo encuentra de que es la voz de Mikhail

—Mami está algo cansada hijo, deja que duerma un poco más mientras preparan el desayuno —le responde una voz masculina y profunda—. ¿Por qué no te acuestas aquí con nosotros? —ofrece la voz con un todo dulce

<<Espera... es la voz de Arsenio>>

Abro los ojos de golpe segando me con la luz del sol que entra por la ventana, me froto los ojos unos segundos y al abrirlos nuevamente, me encuentro con la una tierna escena; los dos hombres de ojos azules mirándome con el entrecejo fruncido y sus cabezas ladeadas en la misma dirección, su cabello desordenado y rostros aún adormilados son dignos de apreciar. Cubro mi cara con la almohada para cubrirme del sol y intentar volver a dormirme, pero los dos caballeros no están de acuerdo con mi decisión, ya que el mayor de ellos me toma por la cintura atrayendome a su pecho y el pequeño Mikhail me levanta el rostro acunando mis mejillas con sus manitas que se sienten frías

—¿Podemos negociar cinco minutos más? —propongo en voz baja, pero ellos niegan enseguida—. Ahhh... —me quejo dándome por vencida, me levanto de la cama en dirección al baño para lavarme la cara y dientes

—¿Mami? —llama Mikhail teniendo mi atención enseguida—. ¿Estás cansara?—pregunto en el umbral de la puerta, negué con la cabeza mientras cepillaba mis dientes—. ¡Vez papi! —grito volviendo a la cama.— ¡Mami no está cansara!

Me enjuague y seque con una toalla para regresar a la cama junto a los chicos, ellos me hicieron un espacio mientras levantaba la sábana para tapar mis piernas, el frío se está haciendo cada vez más intenso y si seguía aumentando, tendremos que cancelar las clases de natación de Mikhail para que no se resfríe o algo por el estilo

—¿Por qué estamos aquí y no en el comedor? —cuestone entrando en cuenta de que ya eran pasadas las ocho treinta

—Yo desperté hace unos quince minutos y este pequeño hace cinco. Ziven lo trajo aquí por orden mía —explicó Arsenio tomando mi rostro y dejo un beso en mis labios, pero Mikhail lo apartó dándome un beso en la frente—. Hoy desayunamos en la cama... —aseguro con una leve sonrisa al ver la acción del niño

—¡Desaruno en la cama! —declaro Mikhail dando un salto en la cama mientras reía

— Eso suena excelente...—dije dándole otro beso al pequeño, este miró a su padre con superioridad y como si de una pelea se tratase, el me tomo del rostro dándome un beso en los labios

— Papi, no puedes besar a mamá —afirmó poniéndose frente a mi, separándome de Arsenio, él lo tomó del torso y lo acostó en la cama haciéndole cosquillas—. ¡Mami, ayúdame! —pidió entre carcajadas y como no podía traicionarlo, salte sobre su padre bloqueando su vista, pero fui yo la que termine debajo de él recibiendo las cosquillas de Mikhail

— Dos contra uno es jugar sucio —expresó Arsenio aun sobre mi, tomo a Mikhail y lo lanzó contra el colchón haciéndole cosquillas a él también

Intente levantarme pero todo el peso del hombre estaba sobre mi y era imposible moverlo, así que para distraerlo lo bese, logrando el objetivo con un rápido movimiento lo deje debajo de mi, tome a Mikhail para que se pusiera de pie, le dije fuera a ver si el desayuno estaba listo para que yo pudiera encargarme de su padre, él accedió obediente bajando de la cama de un saltito y corrió a la salida de la habitación; al estar distraída por mirar al niño, el agarre del hombre debajo de mí, me tomó por sorpresa al sentir sus labios contra los míos en un beso hambriento y devorador, decidí dejarme llevar y tomé su rostro entre mis manos profundizando el acto; nos separamos por falta de aire para que nuestras miradas se encontraran, sus ojos son como ver el sol resplandecer en la punta de una montaña nevada, la forma de sus ojos es como si estuvieran delineados haciendo el contacto visual aún más profundo; sus mejillas algo ruborizadas por el ajetreo del momento anterior le dan ese toque de color a su pálida piel, sus labios rosados, carnosos y algo hinchados por los besos, su cabello atado en moño con mechones colados en su cara junto a su barba sombreada le dan un aspecto desaliñado haciéndolo ver aun mas guapo que de costumbre; puedo jurar que estaria agradecida eternamente con Dios si me dejara ver esta imagen todas las mañanas al despertar