La Traición Se Viste De Mujer

Capitulo 14: La Esposa del Zar (primera parte del maratón)

POV EVANGELINE

No puedo creer que ese mafioso de mierda me haya dejado aquí sola con esta golfa que piensa que soy tan idiota como para no ver sus intenciones con mi esposo, que al perecer tampoco le importa mucho la situación como para irse

— Así que... —habla, llamando mi atención—. Eres la esposo de mi Zar

— Soy la esposa de él Zar —corrijo con una sonrisa bien fingida—. Es algo curiosa la manera en que se refiere a mi esposo

— No es mi intención incomodarte, pero es imposible de evitar. Arsenio y yo siempre hemos sido muy cercanos, es más, estuvimos a punto de casarnos —reveló con una sonrisa orgullosa

— Vaya, pues diría que es una pena, pero gracia a que no se casaron ahora soy yo su mujer, así que me alegra que no lo hayan hecho —agregó viendo como la vena de su cuello se hincha

— Cabe resaltar que nosotros siempre fuimos la pareja perfecta. Todos esperaban que estuviéramos juntos, pero el destino prefirió otras cosas para ambos —comentó, ganándose una leve mirada de desprecio—. Discúlpame si estoy siendo imprudente con mi siguiente comentario, pero... el nunca me tocó por respeto a nuestro acuerdo —me susurró con intención de que nadie escuchara, pero fue todo lo contrario

— Bueno, si lo piensa de esa manera será menos vergonzoso para usted aceptar el hecho de que él nunca la tocó porque no provocaba nada en él. En mi caso, fue tanta la tensión entre ambos que me pidió matrimonio un día luego de conocernos —aseguré mientras me acerco a su oído para devolverle el favor—. Tuvimos una noche de bodas muy movida y es una pena que no haya podido apreciar los grandes atributos de mi esposo —con una sonrisa gentil me parte de ella para apreciar su cara que permaneció rígida—. Y le sugiero que mantenga sus extremidades lejos del Zar, no me agradaría que terminaran repartidas en todo el lugar —advertí sutil con un tono dulce para darle la mano—. Ahora, si me disculpa, iré a buscar a mi esposo. Que tenga una espléndida noche

Sin más que hacer en ese lugar, me aparté lo más lejos posible al centro del salón para verificar todo el perímetro que tenía a simple vista. El lugar es enorme y tan elegante que es como si de la realeza se tratase, mujeres con vestidos elegantes y joyas que valen una mansión en Beverly Gil's. Los hombres que están presentes son en su mayoría políticos, mafiosos y empresarios extranjeros que posiblemente estén aquí por negocios o para morir antes de salir del lugar; este sería un momento perfecto para llamar refuerzos y atrapar a varios, pero es preferible no causar un escándalo sin motivo. Me encuentro en el dentro del salón buscando a mi señor marido, con la única intención de que no me vea mientras intento recolectar información

Con cautela me acerco a unos hombre de traje quienes hablan en inglés, con disimulo me engancho en el brazo de uno de ellos, llamando la atención instantánea del tipo, quien me revisa de arriba abajo con la mirada, para luego dedicarme una sonrisa que solo me genera náuseas

— Señor Smith, es un placer conocerlo

— Disculpe, pero ¿quién es usted?

— Catherine Kuznetsov. La esposa del Zar

Al decir aquello, tanto el hombre a mi lado como los demás, se les escapan los suspiros de impresión ante tal presentación, así que aprovecho eso para entrar a la plática de lleno

— ¿Hay algún problema? —preguntó al ver que todos se quedan en total silencio—. No tiene de qué preocuparse, solo soy una esposa interesada en el negocio de su marido

Después de ello, la conversación volvió a su punto anterior mientras el hombre a quien estaba sujeta temblaba cada vez más, cosa que era incomoda, ya que no dejaba que me concentrará en la interesante conversación que hasta el momento es de mi completo interés