Danzaba con los pies desnudos por los pasillos como si estuviera en mi casa, en la mansión Moon.
Mi estómago rugía por el hambre, pero me resistí a dejarme arrastrar por esa sensación, continuando con mi balanceo mientras tarareaba una canción tras otra.
Mis entretenimientos eran demasiado escasos, aburriéndome la mayor parte del tiempo.
Callum continuaba sin confiar en exceso en mí hasta que demostrara algún tipo de utilidad. Su gente me evitaba y tenían sus propios trabajos o quehaceres diarios.
Las horas muertas eran lo peor, alargando los días en una pequeña agonía que nublaba mi mente constantemente con recuerdos desagradables.
No dejaba de rememorar lo que me ocurrió en el anterior sótano de Callum.
Con cada gruñido de mi estómago, hueco, vacío y quejoso, volvía a sentir aquella profunda hambre que casi me llevo a la locura.
Sacudí la cabeza para sacar esos pensamientos, llevándolos a un lugar más seguro en busca de evitar la oscuridad que tan ansiosa esperaba a volver.
El ritmo de mi cuerpo aumentó, superando las debilidades, arrastrado por la pasión que aún conservaba por el baile.
Lo siguiente fueron mis tarareos, seguidos de murmullos cantando la canción que tanto me obsesionaba desde hacía meses.
-I saw the signs and I ignored it-Canturree girando sobre la punta de mis pies desnudos, suspirando profundamente-
Rose-colored glasses all distorted. Set fire to my purpose-Me reí entre dientes-And I let it burn...Detuve la canción de golpe, llegando a las cocinas de la guarida de Callum.
Mi estómago rugió de nuevo, oliendo el dulce olor a mascarpone, jamón y uva fresca.
Tragué el exceso de saliva de mi boca, colándome dentro sin llamar a la puerta.
El servicio se sobresaltó al verme, poco acostumbrados a cruzarse con la gente de Callum.
Había cuatro cocineras y un cocinero trabajando sobre los fogones, preparando las comidas de cada residente del lugar para llevárselas en apenas unos minutos.
Una de esas bandejas iría a mi habitación, con una buena ración de pastel de jamón, lo que parecía tiramisú y un surtido de fruta cortada en una macedonia.
La pinta era exquisita.
-Buenos días-Salude aproximándome a las bandejas-Mmmm, que buena pinta-Les felicité-Huele muy bien.
Los cinco detuvieron su trabajo al instante, tentados a llamar a quien fuera necesario para echarme de allí.
Una de ellas, la más mayor de todas, dejó el cucharón con el que removía en una gran olla para acercarse a mi.
-Señorita, este lugar no es...
-Soy una invitada de Callum y tengo libertad para ir por donde me da la gana-Le interrumpí sacando una de mis dagas, cortándole la respiración a la mitad-Puedo entrar a las cocinas si quiero.
Me pasé la cuchilla entre los dedos, saboreando su tensión que tenían los cinco.
Di un paso hacia las bandejas, centrándome en la que más mimo y cuidado tenía en los detalles. Todas eran perfectas, pero solo una tenía los cubiertos más pulidos y afilados, los trozos de fruta mejor cortados y una copa diferente a las demás.
Nadie objetó nada, volviendo a su trabajo a excepción de la mujer más mayor.
-¿Puedo ayudarla en algo, señorita?-Pregunto cambiando el tono a uno más amable y servicial.
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Nyx
RomanceA la primera, Ciara, le arrebataron la inocencia, la protección, la seguridad, dando paso a La Mamba Negra una bestia sin corazón, remordimiento o alma que fragmentar. Tras el paso de llamas que la aplacaron, resurgió de sus cenizas Nyx, un ser perf...