Veinticuatro horas habían pasado desde la tensa reunión en la oficina de Richard. Adam y Valeri se encontraban en un almacén oscuro y poco iluminado, rodeados de cajas apiladas y un ambiente cargado de nerviosismo y expectativa. La presión del tiempo y la misión pesaba sobre sus hombros, y sabían que cada minuto contaba.
Valeri revisó el contenido de una de las cajas, asegurándose de que todo estuviera en orden. "¿Tienes la información sobre la ubicación del cargamento?", preguntó mientras echaba un vistazo a su alrededor, intentando mantener la calma.
Adam asintió, sacando un papel arrugado de su bolsillo. "Sí, el punto de entrega está marcado aquí. Debemos llegar al puerto a las diez en punto. Richard fue claro: no podemos fallar". Su voz mostraba una mezcla de determinación y ansiedad.
"Lo sé, pero me preocupa la banda de los Rojos", admitió Valeri, frunciendo el ceño. "Richard dijo que no dudarán en atacar. ¿Crees que estamos realmente listos para esto?".
Adam suspiró, sintiendo la tensión acumulada. "No tenemos otra opción. Si nos enfrentamos a ellos, debemos estar preparados para luchar. Pero también tenemos que ser astutos. No podemos permitir que nos atrapen con la guardia baja".
Mientras hablaban, la puerta del almacén se abrió de golpe, y Richard entró, acompañado por Rocco. Su presencia era imponente, y ambos hombres parecía que traían consigo una carga de autoridad. "¿Listos para la acción?", preguntó Richard, su voz grave resonando en el aire.
"Estamos haciendo los últimos preparativos", respondió Adam, manteniendo la mirada firme. "¿Tienes algo más que agregar?".
Richard se acercó, examinando el lugar y evaluando el ambiente. "Sí. Quiero que estén al tanto de que la banda de los Rojos ya está al tanto de su movimiento. Puede que intenten interceptarlos antes de que lleguen al puerto", advirtió, su tono grave.
Valeri se tensó. "¿Qué debemos hacer si eso sucede?".
"Confíen en su instinto", dijo Richard con un destello de frialdad en sus ojos. "Recuerden la pistola que les di. Úsenla solo si es absolutamente necesario. La clave está en la sorpresa; no dejen que sepan que están viniendo. Y lo más importante, mantengan la comunicación abierta entre ustedes".
Adam asintió, sintiendo que la adrenalina comenzaba a fluir. "Entendido. Nos mantendremos alerta".
Richard les lanzó una mirada evaluadora. "Recuerden, su vida y la de Oliver dependen de esta misión. No me fallen". Con eso, se dio la vuelta y salió, dejando a Adam y Valeri en un silencio tenso.
Valeri respiró hondo y miró a Adam. "No podemos dejar que esto nos paralice. Debemos avanzar y cumplir con la misión. Por Oliver".
Adam sonrió levemente, sintiendo la determinación de su hermana. "Tienes razón. No podemos dejar que el miedo nos detenga. Vamos a hacerlo".
Juntos, revisaron el equipo una vez más, asegurándose de que todo estuviera listo. Las horas pasaron rápidamente, y pronto se encontraron en el vehículo que los llevaría al puerto. La oscuridad de la noche envolvía la ciudad, y la atmósfera estaba cargada de expectativa y peligro inminente.
"Recuerda, si algo sale mal, tenemos que actuar rápidamente", dijo Adam mientras conducía, sus ojos fijos en la carretera.
Valeri asintió, sintiendo el peso de la responsabilidad. "Estamos en esto juntos. No dejaremos que nos atrapen".
A medida que se acercaban al puerto, la tensión en el aire se hacía palpable. Adam y Valeri intercambiaron miradas, sabiendo que se estaban adentrando en un territorio hostil. La misión había comenzado, y no había marcha atrás.
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Solos Tú y Yo
De TodoAdam, un chico de 19 años que vive con su abuela solamente tendra un camino muy interesante, con algunas lagunas oscuras.