En una sala oscura y con poca iluminación, Richard se encontraba sentado al final de una larga mesa de madera. La atmósfera era tensa, y el humo de los cigarrillos se mezclaba con el aire pesado de la habitación. A su alrededor, varios de sus subordinados, hombres de aspecto rudo y con cicatrices que contaban historias de violencia, estaban atentos a sus palabras.
"Escuchen", comenzó Richard, su voz grave resonando en la sala. "Adam y Valeri son más de lo que aparentan. No son simples jóvenes buscando a su hermano. Tienen agallas, y eso puede ser tanto un problema como una oportunidad".
Uno de sus hombres, un tipo musculoso llamado Leo, frunció el ceño. "¿Qué quieres hacer con ellos, jefe? Si son tan valientes, tal vez deberían ser eliminados. No necesitamos más problemas".
Richard levantó una mano, deteniendo el flujo de palabras. "No, los necesitamos. Valeri tiene una chispa, y Adam es impulsivo, lo que puede jugar a nuestro favor. Les encomendaré un trabajo peligroso: una entrega clandestina de armas y drogas a un grupo rival en un viejo almacén fuera de la ciudad. Necesito que recojan el cargamento y lo lleven sin ser interceptados".
Otro subordinado, el astuto Víctor, sonrió de manera siniestra. "¿Y si fallan?".
"Si fallan", respondió Richard con una sonrisa fría, "no tendrán la oportunidad de hacerlo de nuevo. Pero estoy seguro de que harán lo que sea necesario para cumplir con la misión. Además, llevarán un dispositivo de rastreo para que podamos monitorearlos. Si logran salir de ahí, tal vez consideremos dejarlos marchar con Oliver".
Los hombres asintieron, comprendiendo la estrategia de su jefe. Richard sabía que el miedo a perder a Oliver podría ser el ancla que mantendría a Adam y Valeri bajo control. "Así que, preparen todo para la entrega. Quiero que estén listos para actuar en cuanto les dé la señal", ordenó Richard, mientras su mente maquinaba los próximos movimientos en este peligroso juego de poder.
---
En un rincón oscuro del bar donde se habían reunido, Adam y Valeri se sentaron en una mesa apartada, sus rostros tensos por la presión de la situación.
"¿Qué vamos a hacer, Adam?", preguntó Valeri, sus ojos llenos de preocupación. "Este trabajo es peligroso. Si fallamos, no solo podríamos perder a Oliver, sino también nuestras vidas".
Adam miró alrededor, asegurándose de que nadie los escuchara. "Lo sé, pero tenemos que intentarlo. Richard no nos dejará marchar sin cumplir su misión. Si logramos completar la entrega, tal vez podamos negociar la libertad de Oliver".
"Pero ¿a qué precio?", interrumpió Valeri, frunciendo el ceño. "No podemos confiar en ellos. Richard no tiene ningún problema en deshacerse de nosotros si no cumplimos".
"Es un riesgo, lo sé", respondió Adam, apretando los puños. "Pero si no hacemos nada, Oliver seguirá atrapado en esta pesadilla. Necesitamos encontrar una forma de salir de esto, pero antes, debemos ganar tiempo".
Valeri suspiró, sintiendo el peso de la decisión. "Entonces, ¿cuál es nuestro plan? ¿Cómo vamos a asegurarnos de que no nos traicionen?".
"Primero, debemos actuar como si confiáramos en ellos", dijo Adam, su mirada decidida. "Pero también tenemos que estar preparados. Si algo sale mal, tenemos que tener un plan de escape. No podemos permitir que nos controlen".
Con una mezcla de determinación y miedo, Valeri asintió. "De acuerdo. Haremos lo que sea necesario para rescatar a Oliver, pero debemos estar listos para cualquier eventualidad. No dejaré que nos atrapen".
"Juntos podemos hacerlo", aseguró Adam, apretando su mano. "No dejaremos que esto termine mal. Oliver nos necesita, y vamos a sacarlo de aquí".
ESTÁS LEYENDO
Solos Tú y Yo
Ngẫu nhiênAdam, un chico de 19 años que vive con su abuela solamente tendra un camino muy interesante, con algunas lagunas oscuras.