La Abuela Morgana

Capítulo 13: Mordred

Gracias por las buenas críticas. Me alegra que a tanta gente le guste esta historia. Feliz lectura con el próximo capítulo.

Mordred

Harry revisó todo para el inicio de su patrulla bajo la atenta mirada de Sir Edmund. Sir Percival había regresado ayer y partirían hoy. Comprobó que tuvieran suficiente comida para la semana, más algo extra para interrupciones inesperadas, que hubiera comida para sus caballos, un almacenamiento adecuado de todo para no cansar a los caballos ni causarles lesiones y que todo lo que le habían dicho que tuviera allí estuviera en buenas condiciones. Afortunadamente, no encontró nada fuera de orden e informó a Sir Edmund que estaban listos para partir. Sir Edmund había observado de cerca y sabía que Harry había hecho bien su trabajo y, por lo tanto, solo le dio un asentimiento de satisfacción.

"Muy bien, vamos a ir en formación de tres hombres uno al lado del otro por aquellos caminos donde sea posible. En los senderos estrechos, iremos en fila. Yo iré al frente, Harry estará en la tercera fila en el medio. Todos los demás ocuparán las otras posiciones y los de afuera estarán atentos a cualquier tipo de actividad sospechosa. Los de adentro transportarán nuestros suministros principales. Estén alerta, ya que no podemos estar seguros de cuándo los bandidos intentarán hacer algo", informó Sir Edmund al grupo.

No se dijo que todos debían asegurarse de que Harry no muriera. Era inusual que al príncipe heredero se le permitiera ir a una patrulla potencialmente peligrosa, pero el rey había dejado en claro que Harry no recibiría ningún trato especial. Para ocultar su identidad, ya que su apariencia no era tan conocida fuera del castillo y la ciudad que lo rodeaba, Harry se había abstenido de dar pistas de ser de la casa de Ceredigion. Normalmente usaría el escudo de Ceredigion, pero por razones de seguridad no lo hizo. Vestía ropa neutral que cualquier otro escudero también usaría, y muchos niños tenían cabello negro.

Y las habilidades de Harry con los primeros auxilios y la curación serían beneficiosas para el grupo si algo sucediera. Sin mencionar que podía cocinar mucho mejor que la mayoría de los caballeros y soldados y, por lo tanto, normalmente se le asignaba el trabajo de cocina cuando viajaban durante unos días seguidos mientras otros escuderos y pajes hacían otras tareas. Después de todo, todos los caballeros se sentían aliviados de no tener que vivir de carne de conejo ligeramente quemada en las patrullas y misiones.

El viaje había ido bien durante los tres primeros días. Luego se encontraron con un pueblo que sufría los robos de un pequeño grupo de ladrones, pero estos al menos no recurrieron al asesinato ni a los incendios provocados en sus ataques. Se colaron durante la noche, robaron comida y algunos artículos útiles y se fueron sin que nadie se diera cuenta. Sir Edmund prometió al mayor del pueblo que verían si podían atrapar a los ladrones tendiéndoles una trampa. Después de algunas discusiones y conversaciones con los aldeanos que se habían convertido en víctimas de los ladrones, decidieron colocar a los hombres alrededor del pueblo dentro de las casas que aún no habían sido atacadas. Los caballos estaban escondidos en un granero para no alertar a los ladrones de que alguien que no pertenecía al pueblo estaba allí.

Los hombres durmieron por turnos para cubrir toda la noche, ya que aún tenían que continuar con su patrulla más tarde. No pasó nada durante la primera mitad de la noche, pero durante la segunda mitad llegaron los ladrones. Los hombres se hicieron señales con las manos, lo que solo fue posible gracias a que estaban ubicados en las pocas fuentes de luz durante la noche y se posicionaron para activar la trampa. Afortunadamente, había suficiente luz para que los hombres de una casa se comunicaran de esta manera, incluso si tenían que limitarse a señalar en general. Solo había tres ladrones, lo que significa que los cinco hombres, todos ellos soldados entrenados, estaban claramente en la mejor posición. Cuando los ladrones abrieron una puerta trasera de una de las casas que se habían determinado como posibles objetivos, los hombres atacaron y uno de los ladrones quedó inconsciente de inmediato con un golpe bien dirigido en la parte posterior de la cabeza.