Karime llevaba toda la mañana sintiéndose inquieta. Desde que decidió escribir la última carta, su relación con Gala se había vuelto más significativa, más real. No era solo un juego o un favor; ahora era una amistad que no quería arriesgar.
Mientras estaba en clase, la carta en su bolsillo le pesaba como una piedra. La había escrito con el corazón, con la inicial "K" al final, sin ninguna pretensión ni excusa, pero ahora tenía miedo de lo que eso podría significar. Sabía que debía tomar una decisión y enfrentar sus sentimientos antes de que todo se saliera de control.
Al final de la clase, decidió buscar a Agustín. Lo encontró en el pasillo, recargado contra una pared, revisando su teléfono. Al verla, levantó la vista con una sonrisa arrogante.
—Karime, ¿traes la carta? —preguntó, extendiendo la mano sin siquiera mirarla directamente.
Karime dudó, y su voz salió más firme de lo que había esperado.
—Agustín, no puedo seguir haciendo esto —dijo, cruzándose de brazos—. No puedo seguir escribiendo cartas para ti.
Agustín la miró con una mezcla de sorpresa y molestia.
—¿De qué hablas? Has estado haciendo un buen trabajo. Gala se está interesando en mí gracias a esas cartas —respondió, claramente frustrado.
Karime negó con la cabeza y se atrevió a mirarlo con determinación.
—Eso es lo que no entiendes, Agustín. Gala ya no es solo una persona más para mí. Es mi amiga, y no quiero engañarla. Al principio, pensé que esto solo sería una forma de acercarme a Luis, pero ahora… Luis ya no importa. Gala sí.
Agustín soltó una carcajada seca y ladeó la cabeza.
—Así que de eso se trata. ¿Ahora piensas que eres la mejor amiga de Gala? Mira, tú no entiendes cómo funcionan las cosas aquí. Gala y yo tenemos algo real, algo que tú nunca podrías entender. Solo necesitas seguir escribiendo las cartas y dejar que yo me encargue del resto.
Karime sintió una punzada de dolor al escuchar esas palabras, pero no se echó atrás. Respiró hondo y miró a Agustín con una resolución que lo descolocó.
—No lo haré. Si quieres conquistar a Gala, hazlo tú mismo, con tus propias palabras. Yo no quiero ser parte de esto.
Agustín frunció el ceño, y, por un momento, parecía que iba a replicar, pero en cambio, una sonrisa maliciosa se formó en sus labios.
—¿Sabes qué, Karime? Está bien, no necesito que sigas con el plan. Pero tampoco pienses que te saldrás con la tuya tan fácil. Te has metido en esto, y ahora tendrás que enfrentarte a las consecuencias.
Sin decir más, Agustín se dio la vuelta y se alejó, dejándola allí, con una mezcla de nerviosismo y tristeza. Karime sabía que él no se quedaría de brazos cruzados. Agustín tenía una habilidad especial para usar la información a su favor, y ella acababa de darle una razón para hacerlo.
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Más tarde, ese mismo día, Agustín esperó a que Gala terminara de salir de clase. La vio desde lejos y se le acercó con expresión seria, sin rastro de la sonrisa que solía mostrarle. Gala lo miró con sorpresa, pero le permitió acercarse, intrigada.
—¿Puedo hablar contigo? —preguntó Agustín, en un tono más serio de lo normal.
—Claro, dime —respondió Gala, algo desconcertada por su actitud.
Agustín tomó aire, como si estuviera preparando un discurso bien pensado.
—Hay algo que creo que deberías saber, algo que Karime te ha estado ocultando —dijo, midiendo cada palabra.
Gala frunció el ceño, sintiendo una mezcla de incomodidad y suspicacia.
—¿De qué hablas? —preguntó, con una pizca de desconfianza.
—Las cartas que te envié… no las escribí yo. Karime las escribió. Todo fue su idea, desde el principio. Pensé que merecías saber esto, ya que parecía que tú y ella se llevaban tan bien, pero… bueno, ahora no sé si solo te utilizo
Las palabras cayeron como una bomba. Gala lo miró incrédula, tratando de procesar lo que acababa de escuchar.
—¿Estás diciendo que Karime ha estado fingiendo todo este tiempo? —preguntó en voz baja, sintiendo que algo se rompía dentro de ella.
Agustín asintió, manteniendo una expresión de falsa preocupación.
—Me duele decirlo, pero sí. Ella aceptó ayudarme solo porque quería acercarse a Luis. Es todo un juego para ella, Gala. Solo pensé que era justo que supieras la verdad.
Gala se quedó en silencio, sintiendo una mezcla de enojo y decepción. No podía creer que Karime, quien se había convertido en alguien tan importante para ella, hubiera estado escondiendo algo así.
—Gracias por decírmelo —dijo finalmente, evitando mirar a Agustín a los ojos.
Sin añadir nada más, se dio la vuelta y se marchó, dejando a Agustín sonriendo en la distancia, satisfecho con el impacto de sus palabras.
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Esa noche, Gala se quedó en su habitación, recordando todos los momentos que había compartido con Karime: las risas, las confidencias, los proyectos juntas. Todo parecía diferente ahora, como si cada sonrisa y cada palabra hubieran estado teñidas de una intención que ella nunca había sospechado.
Mientras tanto, Karime también estaba en su habitación, sintiéndose inquieta y culpable, preguntándose si realmente había hecho lo correcto al detener el plan. No podía evitar preocuparse por la reacción de Gala cuando descubriera la verdad, pero al menos pensaba que ahora todo estaba en sus manos.
Ambas chicas estaban atrapadas en sus pensamientos, sin saber que aquella revelación acabaría cambiando la relación que habían construido.
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Ni sé crean q ya lo termine dkdkkdmdm pero igual díganme si les gusta
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Cartas para Tres
FanfictionAgustín está decidido a conquistar a Gala, su compañera de universidad, pero hay un problema: no tiene idea de cómo hacerlo. Por eso le pide ayuda a su amiga karime, para que escriba unas cartas en su nombre. Lo que comienza como un favor inocente s...