Decisión dolorosa

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El aire en el Olimpo estaba cargado de tensión. Cada mirada de los dioses se clavaba en mí como si ya supieran lo que se avecinaba, como si yo misma fuera la chispa de lo que estaba por suceder. Rea a mi lado, firme, segura, mientras su mirada desafiante atravesaba a Zeus , pero en mi interior algo empezaba a desmoronarse.

En lo más profundo de mis pensamientos, Tifón se movió. No fue solo un rugido o un temblor. Fue como si, por un segundo, mi mente y la suya eran una. Su furia y mi miedo se entrelazaron en un solo pensamiento.

Él me obedece.

Sentí cómo el poder empezaba a crecer dentro de mí. Intenté mantener la compostura, pero cada vez que miraba a Rea , mi corazón se rompía un poco más. Ella confiaba en mí, pero no sabía la verdad.

Las palabras de Hades seguían resonando en mi mente. "El caos está aquí y el caos eres tú."

El rugido profundo de Tifón resonó nuevamente, pero esta vez Zeus frunció el ceño, y por primera vez desde que llegamos, sus ojos se posaron en mí.

—¿Qué está pasando? —empezó a decir, pero antes de que pudiera continuar, el suelo bajo mis pies tembló.

El poder dentro de mí se liberó en un instante. Sin esperarlo, Tifón hizo su primer movimiento. Mi cuerpo se tensó mientras sentía la fuerza de la bestia atravesar el Olimpo como una ráfaga de viento oscuro. Los dioses intercambiaron miradas de pánico.

—¿Eres tú quien lo controla?—Pregunto Rea llena de panico. —¿Cómo es posible?

Cuando estaba a punto de responderle, lo sentí.

Tifón .

La enorme sombra de la bestia se levantó detrás de mí, su presencia imponente y destructiva haciendo que el suelo temblara bajo nuestros pies. Cada dios en el salón contuvo el aliento al ver cómo Tifón obedecía mi voluntad sin que yo lo hubiera llamado.

El rugido de Tifón resonó por todo el Olimpo, y el miedo se extendió como una ráfaga helada. Sabía que Zeus estaba listo para atacarnos, que no dudaría en usar toda su fuerza para detener lo que él consideraba un caos incontrolable. Pero antes de que pudiera hacerlo, algo despertó en mí.

Una fuerza que no había sentido antes.

Sentí una energía recorrer mi cuerpo como una corriente eléctrica, mis manos se alzaron por instinto, y, sin pensarlo, manifesté uno de mis poderes.

El tiempo se detuvo.

Todo a nuestro alrededor quedó congelado en ese instante: Zeus a punto de atacar; Rea con una expresión de desconcierto en su rostro; los dioses, con los ojos fijos en mí, paralizados. Incluso el rugido de Tifón quedó suspendido en el aire, inmóvil.

Mi corazón latía acelerado mientras miraba a mi alrededor, viendo cómo el mundo se había detenido por completo. El caos que había sentido antes no era solo Tifón , era algo dentro de mí. Un poder que no podía controlar, pero que ahora, por primera vez, estaba usando.

Pero el tiempo no podía permanecer detenido para siempre. Sentí cómo la energía dentro de mí comenzaba a debilitarse, y en un instante, el mundo se volvió a mover.

Zeus retrocedió, sorprendido. Los dioses intercambiaron miradas de miedo. Pero la que más me preocupaba en ese momento era Rea .

Sus ojos como la miel, normalmente llenos de calma, ahora estaban fijos en mí, llenos de sorpresa y dolor.

— ¿Qué has hecho? —su voz era baja, pero el reproche en ella era innegable.

Sabía que no podía ocultarlo más. Sabía que había llegado el momento de revelarlo todo.

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