23- Yo se que mientes

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T/N

Cuando ella acaricia mi negro cabello, no puedo evitar toda la paz que me llega a transmitir.

Su aroma, dulce y suave, es embriagador, a mi me gusta, está impregnado en mi memoria, es único.

Su durmiente rostro es lo suficientemente pacífico como para relajarme.

Podría morir así, sin pensarlo

—Se me va a desgastar la cara de tanta mirada que me estás echando — Acompañada de una suave risa, abrió los ojos, completamente despierta.

Pegué un brinco.

—Pensé que dormías— Me acomodé a su lado, abrazando su cuerpo, buscando calma —Estaba a punto de asesinarte con la almohada.

Rose giró los ojos, acostumbrada a mis bromas.

Extendió los brazos como niña pequeña y me acurrucó contra su pecho, se podía sentir la fatiga de horas y horas de trabajo.

Se estiró un poco, levantando su cuerpo con cuidado —Salgamos hoy, tengo hambre— reí, aquel lado tierno de la chica me hacía sentir segura en todo momento.

Me acomodé para abrazarla, con un poco de pereza, habíamos dormido muy poco debido a recientes actividades.

Obviamente del trabajo.

—¿A donde iremos? —Rose se dejaba llevar por las caricias en su piel, sonreía de cierta manera, era extraña, pero adorable.

Se levantó con cuidado y tomó mi mano, mirando fijamente una pequeña mancha en ella.

Nadie lo había notado, o eso creía, era una marca muy curiosa, una pequeña cicatriz oscura, que me hice tratando de salvar un gatito.

El gato de Somi, a los 12 años.

—¿Cuantas cosas tengo que seguir descubriendo? —la ahora rubia, alzó una ceja, con vacilo, me ayudó a levantarme para quedar frente suyo, sonriendo.

Recuerdo cuando Jisoo vio mi cicatriz, se inventó una extraña historia sobre guerras.

Vaya ironía.

Mi rostro ensombreció un poco ante el recuerdo de la coreana con la cual había compartido un poco más de tiempo.

Sin malinterpretar, era la que más me conocía, a la que le confiaba todo.

Obviamente, quería a las chicas, pero Soo tenía mi confianza.

¿Aún?

Si.

—Hey..— la cálida mano en la mejilla me sacó de mi trance, ese angelical rostro me miraba con pesar.

Claramente no podíamos fingir que mada sucedía.

—Quiero verla Rosie —Musité.

Jisoo no es una mala chica, lo se.

Rosie parece emtenderlo, pero aún así niega con cuidado.

—No es momento, tienes que concentrarte en los desgraciados que te buscan— me abrazó, acurrucándome a su cuerpo, sin soltarme, dándome la calma que busco desesperada.

Me aferro a sus brazos, su perfume, su calor, su seguridad, su amor.

Un amor que no sentía hace mucho.

Uno similar al que sentí cuando mi madre me dió su último abrazo.

Un amor lleno de miedo a quedarme sola.





Nam

—¿Estas segura de que está en este lugar?—

Rodeados de luces, un gran edificio frente mío llama nuestra atención.

La chica al lado mío asiente, aún con su bolsa de galletas en manos, vaya niña.

Los otros dos chicoa descansan a un lado, en una de las bancas del parque, el pelirrojo, en especial, se ve débil, como si hubiera perdido peso.

Y algo importante.

—La encontré más rápido que mi padre en meses— dijo con indiferencia, Somi siempre destacó por ser una hija de puta, una enserio.

Una aventura de mi padre.

Aún así, convirtiéndose en la principal heredera de todo, hasta de mi vida.

Quizás suene desgarrador, pero es más inteligente de lo que aparenta, es táctica y siempre que irrumpe en alguna misión, resulta exitosa.

Somi es un perro leal.

—¿Se supone que simplemente vendrás y la obligarás a usar su apellido para obtener todo? —No parecía convencida, ni siquiera para mí tenía lógica —Suena tonto hasta para tí—.

—Gracias hermana—.

¿Que planeas padre?.

Se que nos estás mintiendo.

¿Cual es tu obseción con esta niña?


...

No son necesarios los escenarios lindos para poder sentir amor.

Allí, en un pequeño museo lleno de cosas extrañas y antiguas.

De la mano, con apariencias alegres.

Una chica trataba de distraer el laatimado corazón de su pelinegra, la cual, no parecía verse afectada en público.

Pero ella lo sabía, la conocía lo suficiente.

Las apariencias suelen ser tan engañosas.

Vivían un presente, sin pensar en lo sucedido o lo que sucedería.

Obviamente se preparaban para enfrentar lo que vendría más adelante.

Lo que T/N había dejado atrás debido a sus cobardías, a sus miedos constantes de perder.

Comían helado, paseaban por muchos lugares, tomaron fotos e incluso cometieron alguna locura de adolescente.

Para Park la sonrisa de la joven era como deslumbrarse con una noche estrellada con la luna llena brillando en el centeo de su mundo.

Su noche estrellada.

Su luna sonreía.

Para la menor, la calidez de ser amada, era como un torbellino que la mataría mientras más aumentara.

El amor que sentía por ella, la estaba matando.

La estaba destruyendo de una manera hermosa.

Ella amaba sentirse segura, amaba cada parte de ella, no quería dejarla.

Aunque fuera necesario.

—Concéntrate en mí— las caricias en su mejilla permitían que ambas se miraran a los ojos —T/N, yo misma te alejaré de todo si me lo pides —Un suave beso en los labios y el mundo había desaparecido.

—Quédate conmigo—.

—Solo esta vez..—

—No me abandones—

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⏰ Última actualización: Nov 14 ⏰

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