𝟭𝟰

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Me desperté temprano, aún Tomi estaba dormido, mi cara estaba hundida en su pecho, estar junto a él es tan relajante...

Cerré mis ojos cuando sentí que se movió, se estaba despertando.
Fingi estar dormido, el me besó la frente y sonreí levemente, luego sentí sus manos en mis mejillas y... me besó en los labios.

Me sorprendí, pero no abrí los ojos, el beso fue corto, pero pude sentir perfectamente sus labios contra los míos, no me sentía así de bien desde hace mucho.

Tomi se levantó y se fue probablemente a la cocina, yo me senté en la cama y trate de procesar lo que pasó.

"¿Tomi me besó?" me preguntaba a mi mismo, tocando mis labios.

Sus labios se sentían tan bien, que quisiera volver a besarlo.

Me acosté y fingi estar dormido de nuevo cuando escuche pasos, era Tomi.

—Rodri, desperta—

—Mmhm... un rato más...—dije acobijandome, lo escuché reírse.

—Rodri, tenemos que ir a la universidad.

Fingi un bostezo y me levanté, el me sonrió

—Podes ducharte si querés, también tenes algo de ropa mía ahí—dijo mientras salía de la pieza.

Segui sus indicaciones y me metí a bañar, aún no dejaba de pensar en ese beso.

"¿Le gusto a Tomi?" Me sonroje de solo pensar eso, sacudi mi cabeza y salí del baño, volví a su pieza y busque entre su ropa algo para ponerme.

Era increíble, aunque no era mucha la diferencia de altura su ropa me quedaba grande, así que solo me puse un buzo rosa y unos pantalones.
Baje las escaleras y el sonrió cuando me vio, se estaba riendo y yo me sonroje levemente; desayunamos y salimos caminando, era relativamente temprano aún.

Quede sorprendido, no sabia que Tomi tenía hermanos y mucho menos que antes vivía en Andorra, prometió que algún día me llevaría con el para presentarme a su hermanito y a su gato Naruto.

Llegamos a la universidad, Lucas nos estaba esperando sentado en el capó de su auto, lo abracé y el me dio mi mochila, para luego despedirse.

En ese momento recordé los pines, los saqué y se los di, pude verlo sonreír, sus ojos cafés también brillaron, que lindo es.

—¡Rod! ¡Tom!—dijo Angie alegre de vernos juntos.

—Eaa, lindo juego de pines—dijo Brisa riendo.

—¿Se notan mucho?—dije abrazando a Angie.

—Demasiado, súper gay—respondió Angie, a lo que Tomi y yo reimos.

[...]

El tiempo pasó, íbamos saliendo de clases y estábamos planeando una salida los cuatro, aunque eran más Angie y Brisa, Tomi y yo andábamos distraídos, mirándonos de reojo.

–Podemos ir al cine—sugirió Brisa.

—Mmm, es buena idea—confirmo Angie.

Y de la nada, llegaron unos tipos por detras y nos inmovilizaron, a mi Angie y Brisa, Tomi se había quedado atrás y por eso no lo habían agarrado.

—¡Hey! ¡Soltalos!—dijo Tomi, acercándose.

—No te descuides, pedazo de pelotudo—dijo Demián, dándole un golpe en la cara y cayendo directamente al suelo.

—¡Tomi!—grite y intenté forcejear, Angie y Brisa hacían lo mismo.

Tomás intentó reincorporarse pero Demián no lo dejó, lo pateó en el estómago con mucha fuerza, vi... vi cómo se retorcía.

𝙀𝙡 𝙗𝙧𝙞𝙡𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙣𝙘𝙞𝙚𝙣𝙙𝙚 𝙚𝙡 𝙖𝙡𝙢𝙖 | ᴿᵒᵈʳⁱᵗᵒᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora