𝟳

21 6 15
                                    

El despertador sonó y me levanté de golpe, por la ventana entraba la luz del sol, sonreí y fui al baño; me miré al espejo y sonreí de nuevo, mis ojeras habían casi desaparecido y mi rostro ya no estaba tan pálido.

Baje las escaleras y busque a mi mamá con la mirada, no la conseguí ni a ella ni a Lukas, así que tomé mi celular para llamarle a alguno, pero sonreí al ver una de las notificaciones.

Tomiii✨💖
ult. vez recientemente

Euuu, Rodrii ¿Cómo estás?

¿Si saldremos hoy, verdad?

Es para que le recordemos a Angie
10:38a.m

Sisisi

Te veo a las 4 en el parque
1

1:03a.m

Respondi su mensaje y voltee a ver a mi mamá, que había entrado a la cocina.

—Ma, saldré con unos amigos en un rato—le dije alegre.

—¿Los pandilleros?—murmuró ella mientras encendía la estufa y comenzaba a preparar todo para cocinar.

—¿Que? ¿Cuales pandilleros?

—El chico tatuado y la chica peliazul

—Tomás y Angie, mamá—frunci el ceño—Y no son pandilleros.

—Aja... ¿A qué hora es la salida?

—A las 4

—No vas

—¿Qué? ¿Por qué?—pregunte confundido.

—Hoy tenes cita con el psicólogo a esa ahora.

—Ma, ya no necesito ir esa cosa—dije frunciendo el ceño de nuevo.

Si bien, desde que volví a hablar con Tomás todo ha ido bien, las pesadillas no han parado, pero suceden con menor regularidad... y eso no es gracias al Psicólogo.

—Rodrigo Ezequiel, irás al psicólogo y si querés, luego con tus amigos y no cambiaré de opinión.

Solte un suspiro y salí de la cocina, dejándola en paz.

...

Iba en el auto con Lucas camino al psicólogo, no iba tan arreglado, solo llevaba un buzo manga corta blanco pastel, debajo de este una remera blanca larga y unos cargo beige claro junto a unas zapatillas blancas.

—Ey, Lu...—Le llame ladeando la cabeza.

—¿Hmm?—respondió sin apartar la mirada de la carretera.

—¿Me podes hacer un pequeñísimo favor?

—¿Cuál?

Me puse nervioso, y empecé a jugar con mis manos, yo solo quería estar con Tomás y Angie, ¿Era mucho pedir? La universidad no estaba cagando a los 3, por lo que apenas y podíamos vernos en esta.

—Ehmm, ¿Puedo faltar al psicólogo hoy?—pregunté rápidamente cerrando un ojo, esperando respuesta por parte d emi hermano.

—Rodrigo...—suspiro, no era la primera vez que le pedía esto.

—¡Lu, escúchame! ¡Esta vez es diferente!—suplique uniendo mis manos.

—¿Por qué  lo es?—indagó con curiosidad.

—Es que quiero ir a ver a Tomás...—dije rascando mi nuca—Y a Angie—añadi.

—¿Y no puede ser otro día?

𝙀𝙡 𝙗𝙧𝙞𝙡𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙣𝙘𝙞𝙚𝙣𝙙𝙚 𝙚𝙡 𝙖𝙡𝙢𝙖 | ᴿᵒᵈʳⁱᵗᵒᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora