𝙀𝙡 𝙗𝙧𝙞𝙡𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙣𝙘𝙞𝙚𝙣𝙙𝙚 𝙚𝙡 𝙖𝙡𝙢𝙖 | ᴿᵒᵈʳⁱᵗᵒᵐ

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NOTA: Este capítulo es narrado por Angie.

Ya es sábado de nuevo, por hoy me levanté temprano, me cepille los dientes para desayunar, luego de eso me fui a una peluquería con compañía de Tomás.

—¿Crees que le guste?—pregunte viéndome en el espejo.

—Angie, te ves hermosa—dijo sonriendo Tomás—La volverás más torta de lo que es.

Ambos reimos por su comentario, hace mucho tenía el pelo azul, volver a tenerlo negro después de tanto tiempo era raro.

—¿Vendra Rodrigo?—pregunte mientras salíamos de la peluquería.

—Si, me acaba de contestar—respondio Tomás mirando su celular.

—Genial, entonces nos vemos en el parque a las dieciséis, ¿Va?

—Va.

Nos despedimos con un abrazo  y nos dimos vuelta.

—Uh, espera—le llame—¿Que harás con Rodrigo?

—Hm, no sé—se encogió de hombros—Pensaba en regalarle algo que le compre.

—Uhhh, bien bien, ¿Pero si te gusta? ¿O pasará lo mismo que con Juan?

—Ah, Angie, no digas boludeces—rodó los ojos mientras yo reía.

Que bueno que ya no es Juan, de cierta forma siempre actúo mal con Tomás, y ahora con lo de Demián es mucho peor.

—Bueno, nos vemos en el parque—nos volvimos a dar un abrazo y nos despedimos.

[...]

Llegue a mi casa y empecé a prepararme, tanto física como mentalmente, hoy me le declararía a Brisa y eso me ponía nerviosa.

El tiempo pasó volando y cuando me di cuenta ya eran las 15:17, así que salí de mi casa despidiendome de mi mamá.

—¡Mamá, ya me voy!—grite saliendo de la casa.

—¡Mucha suerte hija!—respondió desde el living.

Empece a caminar hacia el parque, me quedaba algo lejos, pero puedo llegar a tiempo, probablemente Rodrigo ya esté allí, ya que queda cerca de su casa y bueno, por allí me lo encontré ese día.

Me alegra mucho que Rodrigo me haya contado sobre esa persona, se ve que es algo que le ha afectado mucho en su vida y llevaba cargandolo el solo, es triste por lo que pasó, espero pueda encontrar la forma de sanar esa herida pronto.
Aún le aconsejé que le contara a Tomás, el puede ayudarlo, pero se niega al hacerlo, no entiendo por qué, pero si he notado cómo Rodrigo se alegra cada vez que esta con Tomás, es cómo si brillara de felicidad.

—¡Rodrigoo!—le abrace cuando lo vi, cómo lo pensé fue el primero en llegar.

—¡Angie!—me devolvió el abrazo sonriendo—Eu, ¿Y ese color?

—Uh, solo me lo pinté para la ocasión—dije sacudiendo mi cabello ahora negro.

—Amiga, quiero informarte que efectivamente, devoraste, es más, repetiste, rompiste el plato, te comiste la mesa y hasta a los invitados—

Ambos reimos por el comentario y empezamos a caminar por el parque.

—Entonces, ¿Te le vas a declarar a Brisa?—preguntó Rodrigo.

—Ese es el plan—respondí algo nerviosa.

—¿Sabes que decirle?

—No aún...