Pasaron cinco días en lo que apenas se había podido mantener alejado de Yuuji. No porque él lo siguiera como acostumbraba, sino porque sus pies siempre lo llevaban donde él se encontraba.
Como si fuera un mal juego.
Suguru por suerte aún no lo notaba y estaba agradecido por ello. Ya tenía suficiente con aquella extraña situación donde fuera a donde fuera Yuuji apareció sin siquiera notarlo, molestando aún más.
Y hoy no sería diferente a otros días.
A punto de entrar a la cafetería, pudo notar como aquel niño que no le hablaba hace cinco días se encontraba parado junto a otros tres estudiantes que no parecían sociables al mirarlo.
Se acercó con el propósito de preguntarle como se sentía, los vendajes ya habían desaparecido y su brazo estaba mucho mejor, pero la abrasión de su mejilla aún estaba presente. Se detuvo a tres metros de ellos cuando escuchó como esos estudiantes lo acosaban.
—Tu estúpido accidente nos hizo perder un montón de dinero —alegó uno de ellos.
—No es mi culpa que les guste apostar —contraatacó Yuuji, sin importancia.
—¿Te gusta burlarte, pequeño gusano?
—Y quien no lo haría teniendo a Nanami cuidándote la espalda.
Yuuji se alejó ignorándolo para entrar a la cafetería, dejando aún más enojados a los estudiantes.
Aprovechando la distracción, se acercó tomando a uno de ellos por los hombros.
—Oye, idiota, no solo Nanami lo esta cuidando —mencionó con su usual sonrisa—. Tengan cuidado más adelante, bastardos.
Empujando agresivamente al estudiante que sostenía hacía su compañero que logró agarrarlo por suerte, y se alejó.
No tenía claro porque había hecho aquello, pero no le gustaba cuando otros se aprovechaban de él.
Estaba como en una pesadilla, todo lo que siempre quiso ahí lo tenía en bandeja, pero inconscientemente seguía acercándoselo a él por alguna maldita razón.
Se sentía hipócrita sabiendo que él era uno de los que lo trataba de esa manera, o incluso peor.
Casi corrió para alcanzar a Yuuji, quien ya tenía la bandeja llena de comida en ella. Se sentó en una mesa alejada para comer, su presencia no lo sorprendió y mucho menos le mostró aquella sonrisa que solo le dedicaba a él con regularidad.
—Creí que descansarías dos semanas para recuperarte por completo —dijo sentándose sin pedirle permiso, ya que tenía la corazonada de que él se negaría.
—Son dos semanas, pero para las prácticas —explicó—. Puedo asistir a las clases sin problemas.
—Me alegro de que ya te encuentres mejor. Te he querido visitar desde que fui a tu habitación.
¿Por qué rayos le mentía?
—¿Tú te encuentras mejor? —preguntó Yuuji viendo sus ojos—. Ya no estás pálido.
Negó.
—Eso fue un malestar estomacal, nada más.
—Parecías estar muy mal.
—Estoy mejor.
O eso le gustaría decir.
Al pasar los días, las nauseas y los vómitos disminuyeron como Mei había dicho. Sin embargo, el vacío se mantenía en su pecho y mente, los persistentes sueños en donde Yuuji mantenía su personalidad alegre con él haciéndolo sonreír para luego despertarse y notar que el anillo ya no estaba en su dedo y mucho menos el hilo que los unía.
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HILO ROJO - JJK
FanfictionA lo largo de los años se ha estado contando una leyenda sobre un delgado y fino hilo de un brillante color rojo que une a dos almas destinadas a estar juntas y ser felices por siempre, a pesar de las diversidades y sus diferencias. Para muchos un m...