VI

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Maldita sea, todos sus pensamientos eran relacionados a terceros, jamás se centraba en él. Debía velar por su seguridad, por resurgir en la nueva vida que trató de crear en su traslado. Pero ahí estaba, viendo los ojos claros e hipnotizantes de Satoru que pasaban de él a su nuevo novio Suguru.

Por donde lo viera, se notaba que estaba incomodo sin saber que decir.

—Es sobre Nanami —dijo no queriendo crear problemas en la nueva pareja celebre del campus. Que volviera aquella confusión sobre su acoso hacia Satoru era lo que menos deseaba.

—¿Kento? —repitió él con la voz pesada—. ¿Qué tiene que ver en esto?

Tenía todo que ver.

Su viaje al extranjero fue revelador para los pensamientos constantes que envolvían única y exclusivamente a Gojo Satoru. Debía mantenerse alejado y olvidar el odio que comenzó a nacer cuando ellos habían revelado su relación. Sin mencionar que estuvo a punto de encararlo por hacerle algo así cuando nunca tuvieron ese tipo de afecto.

¿En qué se había convertido?

Por suerte Megumi fue sabio y le dijo que lo mejor sería alejarse para despejar esos pensamientos impuros y que lo llevaran a hacer algo que de seguro se arrepentiría.

Lo que lo tomó desprevino fue conocer a su compañero de cuarto que lo llevo hacer cosas que jamás creyó que haría. Su autoestima creció mejorando su paz mental, sin embargo, la llegada de Nanami fue como traerlo a la realidad, sobre todo cuando Choso estaba en un campeonato de karate en otra parte sin poder apoyarlo como siempre hizo en los últimos meses.

Le tomó una semana llevarlo a la cama y tener del mejor sexo que hubiera tenido en el último tiempo. Nanami era cariñoso y suave, preocupado de que se sintiera bien y presente al siguiente día. Desayuno en la cama, paseo al siguiente día luego cena en la noche, pero todo se fue al carajo cuando Nanami le dijo que estaba enamorado de Haibara Yu.

Dejando el día como una simple noche placentera para ambos.

¿Qué tan ciego podría ser?

—¿Yuuji?

La voz de Satoru lo trajo al presente, a su lado Suguru esperando lo que fuera a decir. Pero que podría decir, Nanami era su amigo, en cambio él solo era un estudiante de primer año que acosó constantemente a uno de ellos.

Era su castigo, debía pagar lo que hizo en el pasado.

Aunque seguía doliendo.

—No es primera vez que pasa —dijo casi ausente, temiendo la reacción de ambos.

—¿Itadori...?

—Dormí con él —soltó sin más—, y con otros. Lo extraño de todo es que al siguiente día de dormir conmigo ellos parecen encontrar a la persona que aman.

Nanami no había sido la diferencia.

Notó a Satoru retroceder dos pasos con los ojos desorbitados ante su revelación.

—¿Creen que sea una maldición, o un regalo? —prosiguió omitiendo su aturdimiento.

—Debe ser coincidencia —dijo Suguru con un temblor en su voz.

—¿Cuatro veces seguidas? Lo dudo mucho —su voz salió entrecortada—. Nanamin encontró a Yu y me abandonó.

Le había dolido, bastante en realidad.

Nanami era un hombre increíble y perfecto, alguien con quien comenzar una relación seria, por eso creyó que él no sería igual que los otros.

Al parecer no debía confiar en nadie.

HILO ROJO - JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora