XIV

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—¿Algo paso?

Yuuji vio a su amigo Choso apoyado en el marco de la cocina, observando como preparaba el desayuno.

—Perdóname —dijo limpiando sus manos, para verlo de frente—. Tuvo una pelea con Sukuna, así que no tuve más remedio que sacarlo de aquí.

Él negó.

—No me refiero a eso, Yuuji —sus palabras eran suaves—. Ryomen se puede ir a la mierda.

—Es tu primo.

—Y no me importa. Siempre causa problemas a donde vaya, es por eso que no lo quería traer conmigo, pero él insistió en venir.

Bajó la mirada, incomodo de alguna forma.

Sería bueno revelar sus miedos a Choso, o lo mejor sería dejar de pensar tanto en la incertidumbre que envolvía a Satoru y su manía por volver a reconectar.

—Cuando entré a la universidad, conocí a Gojo —comenzó queriendo una segunda opinión. Una que no fuera la de Megumi—. Me enamore de él a primera vista.

—Puedo notar eso.

—¿En serio?

Frunció el ceño.

—Sería un tonto si no lo hiciera.

Avergonzado, miró hacia otro lado.

—Él hizo algo muy malo.

—¿Qué tan malo?

—Horrible.

Choso se quedó unos segundos pensado, analizando la situación.

—¿Quieres que te diga lo que yo creo? ¿O solo quieres que te apoye y diga lo que quieres escuchar?

—No lo sé.

—Pues... se nota que él esta arrepentido —dijo luego de un largo silencio—. Y se puede notar que ha estado sufriendo mucho este último tiempo. Escuche de Fushiguro que Gojo que antes no lucia tan demacrado.

—Él no está demacrado.

—La princesa y el niño no piensan lo mismo.

—Como sea, lo que hizo me rompió el corazón.

Figurativa y literalmente.

—Es decisión tuya, enano. Eres el único que sabe lo que sucedió, si merece el perdón es cosa de ambos —dijo con grandeza de hermano mayor—. Fushiguro dice que no lo perdones, y yo puedo decirte que lo hagas, Nobara al parecer no sabe mucho y, bueno, Sukuna solo quiere meterse entre tus piernas.

—¡Choso!

—Esto debes pensarlo cuidadosamente, Yuuji —habló de manera más seria y adulta, olvidando las bromas—. Tienes que saber lo que ocurrirá después de tomar esa decisión. Por una parte, podrías vivir feliz en una relación con el hombre del cuál te enamoraste viviendo con esa inseguridad que veo en ti desde que él llegó, pero por otra parte si no lo perdonas, lo perderás.

—Él dijo que no me dejaría incluso si no lo perdono nunca.

—¿Y le crees? Quiero decir, las personas se cansan, Yuuji —le dio un apretón en su brazo—. Siempre lo hacen.

En el fondo lo sabía y no quería pensarlo demasiado, porque el temor de perder a Gojo Satoru lo estaba matando por dentro, pero si lo perdonaba el respeto que sentía por si mismo se iría al carajo.

Era una decisión difícil y duradera, necesitaba más tiempo para procesar todo lo que hizo Satoru para alejarlo y vivir una vida junto a Suguru —que al parecer no había funcionado— según él.

HILO ROJO - JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora