Capitulo 15

19 12 1
                                    

En silencio quitamos el suave agarre de mano que teníamos. Volteándome a ver disimuladamente a nuestro alrededor veo que todos se han ido dejándonos solos. No puedo dejar de sentirme avergonzada al estar sola con él y es que ya no sé qué decirle. Devuelvo mi mirada hacia Valentino que por una extraña razón se está riendo.

Oh Dios, que no sea que se está riendo de mí.

- ¿Buscas a tus amigos? -me pregunta con cariño-. Si quieres te puedo acompañar para que lo puedas conseguir, yo por mi parte, también debería hacer lo mismo. Dentro de un rato vamos a tocar de nuevo. Como tus amigos están con los míos podemos ir juntos, ¡claro! Si es que tú quieres.

-Pues... eso me gustaría mucho-le replico en voz baja casi murmurando-. De todas formas: cuando subas a la tarima para tocar algo me gustaría verte.

Creo que ya de por si estaba avergonzado cuando me pregunto si quería ir con él, ya que apenas terminé de hablar a ese pobre chico se puso de todo los colores. Yo me río por lo bajo por su pena; él se intenta tapar el rostro pero está tan ruborizado y es tan blanco que hasta un poco más abajo del mentón se le ha colorado su piel. Al menos verlo así me hace pensar que mi timidez no es tanta como la que Valentino tiene.

-Está bien, no pasa nada-le digo simple con una sonrisa en el rostro evitando no reírme -. No tiene que ponerte así, yo también soy tímida.

-E-eh, está bien- El baja la cabeza sin quitarme los ojos de encima. No sé quién es más tímido, si él o yo, pero creo que Valentino lo demuestra más que de lo que suelo demostrar yo-. Vamos... me imagino que fueron a la plaza para poder comer algo para la borrachera.

Él se voltea moviendo ligeramente el talón y da marcha al andar. Espero a que esté lo suficientemente lejos para poder alcanzarlo, mientras tanto, saco el teléfono para revisar si ha caído en todo este tiempo.

Nada. No hay nada en lo absoluto.

Levanto la mirada y veo a Valentino caminando completamente solo en el paraje totalmente desértico. Verlo de esta manera me produce una extraña sensación de consternación, y antes de darme cuenta ya estoy caminando hacia donde está él. Llegando hacia donde está, guardo el celular en mi sostén y me pongo a escuchar la canción que está puesta pero no termino de saber de quién es, por más que haga mi esfuerzo. De repente, una gran idea se me viene a la cabeza de la cual puedo matar a dos pájaros de un solo tiro.

- ¿Quién canta eso, Valentino? -le pregunto girándome ligeramente.

Él se detiene haciendo que haga lo mismo. Se concentra en la música que se escucha con fuerza y los bajos hacen que el suelo se mueva al ritmo del bajo. Parpadea un rato y me mira con una sonrisa.

-Esa es la de Sorda, Ciega y Muda de Shakira-murmura concentrado en el enorme televisor que está encima de la tarima-. ¿Cómo no la reconociste? El timbre de voz de ella es muy particular.

-Para mí no lo es muy particular-le dijo simple enarcando una ceja-. Además que me costó reconocerla sin su cabello rubio... no sé. Se me hizo raro.

Valentino suspira y rueda los ojos siguiendo el camino hacia la plaza, aunque al dar los primeros pasos revienta en risas y yo aquí sin saber por qué lo hace, si es que se acordó de una situación familiar o de mi actitud. Camino a su lado confundida por su cambio de humor. Él no tarda mucho en darse de mi estado y de una me explica que no es nada malo.

Bajando la pequeña pendiente donde estamos, nos ponemos hablar, ¡y sí que me ha sorprendido Valentino! No importa el tema que le sacara, siempre consigo que tengo algo en común con él. ¡Sí que es interesante! Es muy culto. Le gustan las artes como me gustan a mí que es algo muy raro de conseguir en esta época, y más conseguirse a alguien que le pueda gustar lo mismo que a ti.

Él toca el tema música, y al parecer se acaba de graduar de la facultad de Musicología, algo raro ya que nunca lo he visto por estos lares ya que diseño están al lado de esta facultad, pero puede que sea por mi problema que tengo que me cuesta recordar las caras de las personas siempre que los tratos a la primera, ya después eso se arregla. Su mirada se vuelve viva, alegre y brillante cuando me habla de lo que tanto ama hacer.

Con todo su afán de seguir contándome de su vida y su hobbie que es la música, sonríe arrugando la nariz y dirige su atención en medio de la multitud:

-Mira, parece que ya los conseguí a todos.

Valentino me señala a lo lejos; con todo y mi mala vista puedo observar que si son ellos. Están Ezequiel y Samuel caminando a la par, Selena con tres chicos y una chica y Axel va detrás de todos ellos cargando en sus hombros a Marina que por cómo está supongo que se durmió. El grupo se adentra a la cafetería que está a un lado de la plaza y a partir de ahí perdemos la pista de ellos.

Con una idea de donde están lo seguimos con pasos más calmados. Él me sigue hablando de su banda, y de las ideas que tienen más adelante. Yo nunca me he alegrado por nadie, incluso por mis propios meritos, pero me siento feliz de de que Valentino esté logrando todo lo que se propone, y es raro, ya que nunca me siento feliz por... nada. Mientras caminamos entre la multitud intento entender alguna de las cosas de lo que me está hablando, pero por alguna razón, por más que no lo entienda no me atrevo a preguntarle algo ya que parece muy inspirado en hablar en su profesión.

- ¿Y cómo se llama tu banda, Valentino? -le pregunto con timidez para por fin tener una repuesta que si entienda.

-Cherry Boom Boom- me dice con un tono de voz suave-. Ese fue el nombre que Vaggatha le puso al grupo, pero sinceramente creo que es un nombre muy al estilo de banda de chicas... no sé se me hace algo un poco femenino.

-Si suena como agrupación femenina-le respondo pensativa-. ¿Y le intentas decir lo que piensas?

-Si lo hice-contesta con sorna y tirando un pequeño bufido-. Pero fue inútil, porque tiene que ser todo a su manera o ninguna.

- ¿Y fue a su manera?

-Sí. Para mi desgracia.

El abre la boca respirando por ahí y tiran un largo suspiro. Él se detiene a mitad de camino, o bueno, en verdad estamos a pocos metros de llegar a la tienda en la que se metieron pero de repente detiene su andar y se colora todo. Me acerco a Valentino con delicadeza como si fuese un pequeño siervo para tomarle del hombro.

- ¿Estás bien? -le pregunto con una sonrisa.

No me responde ni con el más mínimo gesto. Con un pequeño meneo de cabeza me indica que ni bien ni mal, pero de todas formas seguimos el camino ya que no nos faltaba mucho. Mi teléfono vibra prendiendo la luz blanca y lo saco de mi sostén para ver de quien podría. Me percato que Valentino se le pasa lo que tenia y me merodea para saber qué pasa, pero claro, de una manera más discreta que lo que haría Selena y Marina.

- ¿Todo bien? -me pregunta ahora él a mí.

-Sí, eso es lo que voy a ver-le contesto arrastrando la lengua profundamente concentrada en mi teléfono.

Lo primero que se me viene a la cabeza es que pasó algo en la casa, o que el perro de mi vecina ya se haya comido los audífonos que les presté a ella y a su mamá. Empiezo a abrir aplicación por aplicación hasta que mi bestialidad se acabó y revisé las notificaciones, justo ahí me fijé que fue "El Poeta Triste" que me ha vuelto a escribir.

"No te amé a primera vista, pero lo que hiciste la primera vez que te vi fue irreal" es lo que único que me envío.

Subo la mirada para decirle a Valentino que está todo bien, ya que luce preocupado. Seguimos caminando lo que falta de trayecto. En mi mente lo único que pasa una y otra vez es la duda de quién puede ser el que me está escribiendo desde ayer y bueno, eso y... ¿Por qué ya no me emociona ver un mensaje del "chico misterio"? ¿Será que ya me aburrió? No, eso no creo que sea, y si es así, Dios mío, eso fue demasiado rápido para mi gusto.

Doy un largo suspiro y guardo el celular en mi bota sin parar de caminar haciendo que capte la atención de Valentino.

- ¿El novio le está molestando a estas horas de la noche? -murmura burlón-. Dile que anda de fiesta y que no moleste para que la puedas pasar bien.

Pintame una noche blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora