Apenas pasó un día cuando empezó a nevar, y Max miraba atentamente la ventana a su lado. Estaba preocupado, Charles no le avisó a dónde fue.
La puerta fue tocada, así que despegó la mirada de la ventana y se dirigió a la entrada esperando que fuera su amigo.
Abrió la puerta sorprendiendose al ver a Sergio de pies a cabeza con ropa de invierno.
Llevaba unas botas con lana de ovejas, o eso creía, arriba llevaba un gran suéter tejido y una bufanda que de seguro él mismo tejió.
Además, en su cabeza llevaba puesto un lindo gorrito. Sergio sonrió, su nariz estaba roja por el mismo frío.
—Sergio... ¿Qué haces aquí? —Max miró como en una de sus manos tenía un frasco de mermelada — ¿Solo viniste a dejar eso?
—Para nada, te traje algo de comida, no fuiste a la granja como siempre y estuviste ocupado, así que pensé que no tendrías.
Max miró detrás de él, un pequeño carrito se hundía en la nieve de la alta que está.
—Entra, hace frío, yo entro ésto.
Sergio asintió sonriendo, sintiendo la calidez del hogar su vista viajo a la chimenea que se encontraba en una esquina.
—Es una cabaña muy linda y acogedora.
—Gracias, aunque no es tu primera vez aquí —bromeó Max entrando el carrito sonriendo al levantar la manta — ¿No crees que es mucho?
—Dijeron que la nieve durará bastante tiempo, así que aproveche para traerte de todo.
Max solo rio levemente para sacar con cuidado todo del carrito sintiendo la mirada de Sergio.
—De casualidad... ¿Tú no sabes dónde está Charles? —preguntó con nervios, ya que si Sergio no sabía, saldría el mismo a buscarlo.
—Oh, estaba en la cafetería con Carlos antes que nevara, por lo mismo vine a pie... Él aún no llegaba y sabes cómo es Lewis.
—Ni me lo recuerdes.
Max se dirigió a la sala y Sergio lo siguió mirando con más confianza el lugar. El rubio le coloco más leña al fuego y Sergio se sentó en el sofá.
Max asintió, recordando la última vez que habían compartido una conversación en la cafetería.
—Nada como un buen café para combatir el frío. —Se inclinó un poco hacia adelante—. ¿Y qué más has estado haciendo en el pueblo?
—He estado ayudando en la granja —respondió Sergio, sintiéndose más relajado al compartir detalles sobre su vida—. No es tan emocionante como parece, pero hay algo satisfactorio en trabajar la tierra.
—Eso suena genial. —Max sonrió—. Nunca he tenido mucha experiencia con las granjas, pero siempre he admirado a quienes lo hacen. Se necesita dedicación.
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Más allá del bosque | Chestappen
أدب الهواة𝐌𝐀𝐒 𝐀𝐋𝐋𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐁𝐎𝐒𝐐𝐔𝐄 | ❛❛ Río Claro es un pequeño pueblo apartado a las grandes ciudades, un lugar bastante tranquilo para la gente que se quiere desconectar del mundo. La familia de Sergio tiene una linda granja, dónde viven de sus...