Javier
El fútbol siempre ha sido mi refugio, mi forma de desconectar de todo lo demás. Cuando estoy en el campo, con el balón a mis pies, nada más importa. El mundo se reduce a ese pequeño espacio verde, a los gritos de mis compañeros, al sonido del balón golpeando la red. Es el único lugar donde siento que tengo el control total.
Hoy, sin embargo, no es uno de esos días. Mientras camino hacia el campo, con mis botines colgando del hombro y el sol de la tarde calentando mi espalda, me siento inquieto. Hay algo en el aire, en la forma en que las cosas han cambiado desde que David llegó al pueblo, que no me deja concentrar como antes. No es que él haya hecho algo mal, es solo... diferente.
Conozco Bahía Escondida como la palma de mi mano. Cada rincón, cada callejón, cada atajo. Aquí crecí, aquí me forjé. Ser el mejor jugador de fútbol del pueblo no es algo que haya llegado fácil. Me lo he ganado, sudando en cada partido, cada entrenamiento. Y la gente lo reconoce, me conocen por eso. Aquí soy Javier, el chico que siempre hace gol, el que nunca falla un pase. Pero, a veces, me pregunto si eso es lo único que soy para ellos.
Hoy, camino solo al campo. Normalmente, iría con algunos amigos, charlando y riendo, pero hoy preferí venir solo. Necesito pensar. Ayer quedé con David para jugar en la playa, pero él no apareció. Fue extraño porque la noche anterior habíamos hablado bastante, y pensé que habíamos conectado de alguna manera. No es que me importe tanto si se olvidó, pero sí me hizo preguntarme si todo fue tan genuino como me pareció en ese momento.
Al llegar al campo, me encuentro con algunos chicos que ya están calentando. Me saludan con la mano, y yo devuelvo el gesto, aunque no con el mismo entusiasmo de siempre. Me cambio rápidamente, atando los cordones de mis botines con más fuerza de la necesaria, tratando de canalizar toda esta energía en el juego.
Pero incluso mientras jugamos, siento que algo está fuera de lugar. No estoy jugando mal, pero tampoco estoy dando lo mejor de mí. Es como si mi mente estuviera dividida entre el campo y esos pensamientos que me atormentan desde ayer. Cada vez que toco el balón, me obligo a concentrarme, a recordar que aquí es donde pertenezco, que esto es lo que me define. Pero no puedo evitar que una parte de mí se pregunte si hay algo más allá de eso.
Después del partido, mientras todos se sientan a beber agua y bromear sobre el juego, me aparto un poco. Me siento en la sombra de un árbol, mirando cómo los demás se ríen y hablan entre ellos. Esos son mis amigos, chicos que he conocido toda la vida, y sin embargo, a veces me siento como si estuviera en un lugar completamente distinto. Como si ellos no pudieran ver lo que realmente está pasando dentro de mí.
No es fácil ser "el mejor". La gente espera mucho de ti, y siempre tienes que estar a la altura. No puedes mostrar debilidad, no puedes tener un mal día. Y a veces, me pregunto si ellos me valoran por lo que soy o solo por lo que puedo hacer en el campo. Quizás por eso la llegada de David me ha sacudido un poco. Es un nuevo jugador, alguien que podría ser competencia, pero también es alguien que no conoce toda esta historia, alguien que podría ver más allá del Javier futbolista.
Mientras estoy ahí, con la vista fija en el horizonte, siento vibrar mi teléfono en el bolsillo. Es un mensaje de David. Dice que se siente mal por no haber aparecido ayer, que se distrajo con todo lo que está pasando y que quiere disculparse en persona. Lo leo un par de veces, pensando en qué responder.
No es como si necesitara una disculpa. Después de todo, las cosas pasan, la gente se olvida, y no siempre es algo personal. Pero hay algo en sus palabras que me hace sentir que, tal vez, él está luchando con sus propios demonios, igual que yo. Quizás no seamos tan diferentes como pensaba.
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Bajo la luz del faro
RomanceDavid, un joven que enfrenta la separación de sus padres y es enviado a Bahía Escondida, un pequeño pueblo costero, para vivir con su abuela durante el verano. La novela explora sus emociones de desarraigo, su dificultad para dejar atrás su vida ant...