Mi cabeza era un lío, ya no sabía ni que pensar, Mauricio, Su padre, El plan, El mensaje anónimo. Me sentía algo agobiada pero aún así no podía caer en estos momentos.
Me estaba poniendo el labial cuando escucho el sonido de un mensaje, dejo de lado lo que estaba haciendo y reviso el celular. Me tensé al ver el "número desconocido".
— "No faltes".
De la frustración que tenía, tiré algo del tocador y solté un gritito, ¡Maldición!.
Estaba con las manos tapando mi rostro y la cabeza baja. Escucho que dicen algo a través de la puerta.
— Alonza!!— La voz de Alejandro se hizo presente— ¿Alonza estás bien? escuchamos un ruido!— Me tocaba la puerta insistente.
— Estoy bien, solo se cayó algo.
— Ábreme la puerta— Lo que provoco por no controlarme, suspiré, me acomodé el cabello y me levanté a abrir.
— Estoy bien.
— ¿Y ese ruido?
— Se cayó eso— Me hago a un lado para que él vea el desastre que hice— No es nada.
— ¿Segura que se cayó?
— ¿Por qué tendría que mentirte?— Vil mentirosa que soy. Él no dice nada solo me observa mucho más de la cuenta.
— ¿Quieres que te lleve?
— ¡No!— Lo dije tan brusco que sonó sospechoso.
— ¿No? ¿Por qué no?— Frunce el ceño, cruzándose de brazos.
— No, quise decir que hoy entro un poco más tarde— Le sonrío como puedo, aunque claramente sé que no está conforme.
— Bien— Responde muy seco— Tengo que irme, Alonza.— No le aparto la mirada por lo cual no puedo pasar por alto lo evidente, él no tenía la misma mirada alegre de siempre, al contrario estaba serio— Cualquier cosa, por favor no dudes en marcarme, siempre estaré para tí, ok?
Asiento repetidamente para calmarlo, aunque por dentro no dejaba de darme vueltas en si estaba haciendo bien en no decir nada.
— No me queda la menor duda de eso. Gracias!.
Me acojo en sus brazos, en estos momentos me siento como una basura y lo necesitaba, odio mentirle pero no puedo arriesgarnos a algo peor. Solo quiero proteger a mi familia.
— Cuídate mucho, vale?
— Tú también, ten mucho cuidado con todo— Vuelvo a asentir y él me dedica una sonrisa. Presiento que sospecha algo. ¿Es que no puedo ser más obvia?
Agradecí que mi nana no estuviera por aquí aún, estoy al frente de la puerta y si no me voy ahora, tomo el riesgo de que me vea y me empiece hacer preguntas por mi estado. La ansiedad me estaba poniendo muy nerviosa y se reflejaba en mí, yo no puedo sentirme ni estar así. Suspiré tomando fuerzas y salí sin voltear atrás. Tenía que enfrentar esto.
Desde anoche no he dejado de darle vueltas de quién podría ser o que pueden querer de mí. Al seguir la dirección en el mapa que me mandaron para llegar, me extrañó muchísimo ver que me encontraba al frente de un callejón abandonado, doy unos pequeños pasos y al adentrarme noto algo que no había visto antes, había un garage semi abierto, volteo a los lados y todo se veía solo, era muy grande y espacioso y por alguna razón estaba un poco opaco y solo entrada unas cuantas rayas de luz.
Empecé a observar cada rincón muy cautelosa y sin hacer tanto ruido. En una esquina habían muchas bolsas negras llenas y barriles grandes, no quiero ni saber que habrá ahí dentro.
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Hasta mi último aliento
Ficção Geral"La venganza nunca fue una opción." Pero ¿Cómo entendemos de razones al perder injustamente a un ser querido en manos de un infeliz? Alonza Parno y Alejandro González perdieron a sus padres de una manera muy cruel e inesperada. Y esto ocasionará que...