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Con el paso de los días, Pedri y Gavi lograron encontrar una especie de equilibrio. Las miradas curiosas y los rumores todavía aparecían de vez en cuando, pero ahora ambos se sentían más fuertes, sostenidos por la autenticidad de lo que compartían y el apoyo de quienes realmente los conocían.

El club, que al principio temía el impacto de su relación en la imagen pública, comenzó a ver la oportunidad que representaba su historia. Su valentía y su decisión de ser honestos habían inspirado a miles, y la directiva, tras conversaciones privadas con ellos, decidió dar un paso inusual: lanzar una campaña de inclusión y respeto en el deporte, protagonizada por Pedri y Gavi. Bajo el lema "Somos fútbol, somos amor", el club buscaba promover el respeto y la aceptación de las diversas historias de vida de sus jugadores.

La campaña fue un éxito. Pedri y Gavi, en fotos y videos, hablaban de la importancia de ser uno mismo, de construir un entorno deportivo donde todos pudieran sentirse libres de ser quienes eran. A través de entrevistas y publicaciones, su mensaje resonó con muchos jóvenes que encontraban en ellos un ejemplo de valentía y autenticidad. Y aunque sabían que todavía existían opiniones divididas, también comprendían que habían creado algo hermoso, algo que podía inspirar y marcar una diferencia real en el mundo.

Una tarde, después de un día lleno de grabaciones y reuniones, Pedri y Gavi se sentaron juntos en el campo de entrenamiento, disfrutando del atardecer. El césped, las tribunas vacías y el cielo en tonos rosados les daban una sensación de paz que no experimentaban a menudo.

—¿Alguna vez pensaste que viviríamos algo así? —preguntó Gavi, rompiendo el silencio.

Pedri negó con la cabeza, riendo suavemente.

—No, nunca. Pero me alegra que haya sido contigo.

Se miraron, y una complicidad profunda se reflejó en sus ojos. Sabían que el camino no sería siempre fácil, pero también sabían que juntos podían enfrentar cualquier cosa.

Gavi, sintiendo una emoción indescriptible, tomó la mano de Pedri y le dijo en voz baja:

—Gracias por estar aquí, por ser tú. No sé cómo habría hecho todo esto sin ti.

Pedri sonrió, y en un gesto lleno de cariño, le apretó la mano con fuerza.

—Siempre estaré aquí, Gavi. Siempre.

La relación de Pedri y Gavi había pasado de ser algo íntimo y reservado a convertirse en una historia pública de inspiración. Habían aprendido a lidiar con las miradas y los comentarios, y a pesar de las dificultades, ambos se sentían más seguros y en paz que nunca. La campaña del club había ayudado a crear un cambio, y aunque algunos aún cuestionaban su relación, había muchos otros que los apoyaban abiertamente y los veían como un ejemplo de amor y valentía.

Una noche, tras un partido especialmente agotador en el que ambos jugaron con el alma, se dirigieron juntos al lugar que se había convertido en su refugio: la cabaña en las montañas. Allí, podían dejar atrás la presión y el ruido del mundo, y simplemente ser ellos mismos. Cuando llegaron, una ligera nevada cubría el suelo, dándole un toque mágico al paisaje. El silencio de la noche y la tranquilidad del lugar los envolvieron, dándoles una sensación de calma y seguridad que tanto necesitaban.

Después de cenar, se acurrucaron en el sofá junto a la chimenea, donde el calor del fuego los abrazaba. Pedri se apoyó en Gavi, quien lo rodeó con sus brazos, y juntos disfrutaron del simple placer de estar cerca. No necesitaban palabras; el silencio, sus respiraciones acompasadas y la paz de ese momento lo decían todo.

Pedri levantó la mirada y, con una expresión seria pero llena de ternura, susurró:

—No sé si alguna vez te lo he dicho así, pero… te amo, Gavi. Lo que hemos construido es lo más especial que he tenido en mi vida.

Gavi sintió cómo esas palabras resonaban en su interior, llenándolo de una felicidad que no podía describir. Sonrió y, mirándolo a los ojos, le respondió en un susurro:

—Yo también te amo, Pedri. No imagino mi vida sin ti.

En ese instante, el mundo exterior desapareció. No había cámaras, ni opiniones, ni expectativas. Solo estaban ellos, dos personas que habían encontrado algo único e inquebrantable en medio de la vorágine del fútbol profesional. En esa noche tranquila, ambos se dieron cuenta de que, sin importar los desafíos que vinieran, mientras estuvieran juntos, podrían enfrentar lo que fuera.

Pedri sonrió al escuchar la respuesta de Gavi, sintiendo cómo su corazón se aceleraba. Sin pensarlo demasiado, se inclinó hacia él, cerrando la distancia que los separaba. Los dos se miraron unos segundos más, sus rostros apenas a unos centímetros de distancia, y luego, como si fuera lo más natural del mundo, sus labios se encontraron en un beso suave y lleno de cariño.

Era un beso que hablaba de todo lo que habían pasado juntos, de cada obstáculo que habían superado, y de la profunda conexión que los unía. No había prisa, solo el deseo de disfrutar el momento, de saborear la paz que compartían

El beso entre Pedri y Gavi fue lento y tierno, lleno de emociones contenidas que ahora fluían con libertad. Cuando se separaron, ambos se quedaron mirándose en silencio, con una sonrisa compartida y una mezcla de asombro y felicidad reflejada en sus ojos. El campo, vacío y silencioso, parecía haber sido testigo de algo importante, algo que solo ellos dos entenderían en su totalidad.

Gavi suspiró, apoyando su cabeza en el hombro de Pedri mientras observaban el cielo, que comenzaba a teñirse de tonos más oscuros. Después de un rato, Gavi rompió el silencio.

—Nunca pensé que estaríamos aquí, así… —murmuró, con una leve sonrisa—. Es raro pensar en todo lo que tuvimos que enfrentar.

Pedri pasó un brazo por sus hombros, estrechándolo con cariño.

—Lo sé. Pero de alguna forma, siento que todo eso valió la pena. Estar aquí contigo hace que todo cobre sentido.

Pasaron un buen rato hablando en voz baja, compartiendo sus sueños, sus miedos y sus esperanzas para el futuro. Ambos sabían que el camino seguía siendo incierto y que probablemente enfrentarían más desafíos, pero también sabían que ahora tenían algo sólido que los sostenía.

Al cabo de un rato, se levantaron y caminaron juntos hacia el vestuario, sin soltarse de la mano. Los días siguientes siguieron adelante con la campaña de inclusión, y su relación fue ganando fuerza y aceptación. Poco a poco, el mundo parecía ir abriéndose, y ellos, con la fortaleza que habían construido juntos, se preparaban para cualquier cosa que el futuro les deparara.




Corto pero es q se está a punto de acabar








TU ERES MI MVP(GADRI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora