Daryl Dixon

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| ENREDADOS EN EL FUEGO|

ADVERTENCIAS:Este capítulo contiene escenas que pueden ser explícitas y detalles que exploran una conexión intensa entre los personajes. Si este tipo de contenido no es de tu agrado, te sugiero deslizar hacia adelante o saltarte este capítulo.

El bosque estaba sumido en una calma inquietante, solo rota por el crujir ocasional de las hojas bajo sus pies

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El bosque estaba sumido en una calma inquietante, solo rota por el crujir ocasional de las hojas bajo sus pies. Daryl avanzaba en silencio, cada paso cuidadoso para evitar delatar su presencia, con Claire siguiendo su ritmo. La noche los había atrapado en medio de su búsqueda de suministró, y la oscuridad inminente había hecho que buscaran un refugio improvisado antes de que la luna estuviera completamente oculta.

Cuando encontraron la cabaña abandonada, ambos sintieron un alivio mutuo. Sin decir nada, Claire encendió una pequeña fogata en la vieja chimenea, y pronto el resplandor anaranjado llenó el espacio, proyectando sombras danzantes en las paredes gastadas y envolviéndolos en un ambiente cálido y seguro. Daryl se sentó junto a ella, y ambos se acomodaron en el suelo, con el fuego como su única compañía en la noche.

Durante los últimos días, Daryl había sentido cómo la presencia de Claire le removía algo en el fondo, una vulnerabilidad que creía enterrada hace tiempo. Habían trabajado juntos en equipo, compartiendo días enteros de agotadora vigilancia y tensión. Y a pesar de su naturaleza solitaria, no podía negar que Claire había comenzado a significar más de lo que alguna vez planeó permitir.

El silencio entre ambos, tan natural en el día, se volvía denso en la penumbra de la cabaña. Daryl notaba cómo su respiración se hacía más lenta y profunda, y la de Claire también parecía seguir el mismo ritmo, como si algo en el aire los hubiera unido en una sintonía silenciosa. Sus miradas se cruzaban de vez en cuando, y en cada vistazo fugaz, Daryl percibía algo en los ojos de ella: una mezcla de curiosidad, empatía y quizás algo más.

Claire se atrevió a romper el silencio. -¿Siempre eres así contigo mismo?- Dijo en voz baja, una sonrisa en sus labios. -Manteniendo a todo el mundo a distancia...-

Daryl la observó un momento, dejando que las palabras calaran. -Es lo que toca, - murmuró. -Si dejas que la gente se acerque... duele perderlos.- Sus palabras flotaron en el aire, cargadas de la tristeza de alguien que había visto más pérdidas de las que podía soportar.

Claire no contestó de inmediato, pero deslizó su mano cerca de la de él, un toque apenas perceptible, como si temiera que un movimiento brusco rompiera el momento. Daryl sintió su tacto cálido contra el suyo, y sin pensarlo demasiado, entrelazó sus dedos con los de ella, sintiendo la suavidad de su piel. El contacto, tan simple pero a la vez tan íntimo, fue como una chispa que avivó algo dentro de él.

Daryl notó cómo el ambiente cambiaba, la tensión invisible que siempre existía entre ellos transformándose en algo palpable, tangible. Los ojos de Claire lo miraban con una intensidad que lo desarmaba, y por primera vez en mucho tiempo, sintió el impulso de bajar sus defensas. Lentamente, se inclinó hacia ella, sin apartar la vista, buscando alguna señal en su rostro de que debía detenerse. Pero Claire solo lo observaba, su respiración más rápida, sus labios entreabiertos en una especie de expectativa silenciosa.

Daryl no necesitó más. Con cuidado, acercó sus labios a los de ella, rozándolos apenas, como si aún estuviera midiendo si era bienvenido. Claire respondió de inmediato, inclinándose hacia él, y el beso, al principio tímido y explorador, se fue profundizando, volviéndose más decidido. Sus manos, guiadas por un impulso que ya no podía contener, se deslizaron por el rostro de Claire, acariciando su piel con una ternura que él mismo desconocía.

A medida que el beso se intensificaba, Daryl sintió cómo sus propias barreras se desmoronaban, cada caricia liberando algo que había estado reprimiendo. Los dedos de Claire recorrían su espalda, su toque suave pero firme, afianzándolo en el presente, y Daryl, sin pensarlo, la atrajo más cerca, dejando que sus cuerpos se acercaran hasta que ya no había espacio entre ellos. La sensación de tenerla tan cerca era abrumadora, y se permitió perderse en el momento, en la calidez de su aliento, en la suavidad de su piel.

El mundo exterior desapareció para ambos. No había caminantes, ni peligro, ni miedos; solo la presencia mutua, un refugio donde podían ser vulnerables sin temor. Daryl, normalmente reservado y reacio a cualquier contacto, se encontró explorando cada detalle de Claire: el contorno de sus mejillas, la curva de sus labios, la manera en que sus ojos se cerraban lentamente con cada caricia.

El fuego proyectaba sombras en sus rostros, reflejando la pasión de un momento que ambos sabían que difícilmente podrían replicar. Mientras la noche avanzaba, ambos se recostaron en el suelo junto al fuego, manteniendo el contacto, abrazados, compartiendo el calor que tanto necesitaban.

Daryl sabía que al amanecer tendrían que enfrentar nuevamente la realidad, pero por ahora, en ese momento, con Claire a su lado, se permitió soñar que aún existía algo más allá de la supervivencia, algo más allá de la lucha constante.

nota de la autora.

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𝐀𝐋𝐋|ᵗʷᵈ ᵒⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora