Día 20. Ángeles & Demonios

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Jacaerys observaba a la pequeña criatura caminar con piernas tambaleantes, sonrió con una mezcla de ternura y orgullo al ver como poco a poco mejoraba su técnica y sus piernas temblaban cada vez menos hasta verlo comenzar a intentar brincotear y correr, era una de las cosas que más le gustaba, observar cómo rendían frutos todas las lecciones que les enseñaba.

Cuando los dioses creadores de todo el cielo, la tierra y los mares enviaron a las primeras criaturas a ese lugar, era triste verlos perecer intentando sobrevivir, no existían instintos básicos, el mundo era duro para todas aquellas criaturas, así que en un esfuerzo colectivo, los habían creado a ellos, sirvientes de los dioses que cuidaban y enseñaban a las criaturas terrenales como vivir y florecer en la tierra, los preparaban lo mejor posible y después eran enviados a la Tierra, era satisfactorio verlos crecer, madurar, aunque no siempre terminaba bien, el corazón de Jacaerys se estrujaba cuando alguna de las criaturas que él había cuidado no lograba sobrevivir, pero los dioses les habían dicho que ese era el orden natural de las cosas, algunos debían morir, los menos aptos para que entonces, los más fuertes florecieran, era algo cruel pero lo entendía, el balance siempre debía existir.

La creación de los dioses era hermosa, florecía cada tanto y le maravillaba saber que poco a poco esas criaturas comprendían conceptos más complejos, se relacionaban entre ellos y desarrollaban relaciones que a Jacaerys le parecían sumamente interesantes, incluso esas criaturas, las más avanzadas de ellos, aquellos a los que llamaron hombres comenzaron a tener un raciocinio, albedrío, conciencia, y en aquella conciencia, ellos, los sirvientes de los dioses comenzaron a ser llamados por aquellas criaturas, ángeles.

Claro que, como toda buena creación, aquello que los dioses habían creado había sido objeto de envidias por parte de otros dioses un poco más rencorosos, así que muchos de ellos intentaron acabar con aquella hermosa creación. Los constructores, como Jacaerys llamaba a sus dioses, crearon entonces a una especie como la de ellos, sirvientes de los dioses, pero a diferencia de Jacaerys que era más bien pacífico y un cuidador, los nuevos ángeles eran fieros, guerreros, dispuestos a seguir ordenes, matar y morir para proteger a la creación de sus dioses.

Salvajes batallas se libraron en aras de proteger la creación de los dioses, muchas de ellas con resultados catastróficos para ambas partes, los sobrevivientes siempre regresaban con heridas de batalla y algunos demasiado débiles, tanto así que ángeles criadores como Jacaerys acudían a ellos para curar sus heridas y cuidarlos, muchas veces esto duraba poco tiempo pues aquellos guerreros, soldados en su mayoría, se recuperaban rápidamente.

Pero en una de las batallas más feroces, una legión completa de ángeles desapareció, no sabían lo que había sido pero la pérdida había sido tan grande que temieron una invasión.

Jacaerys terminaba de curar a algunos soldados cuando una de las criaturas que él cuidaba antes de enviar a la tierra comenzó a moverse con nerviosismo, se acercó a él para averiguar qué era lo que lo mantenía nervioso y para su sorpresa aquella pequeña criatura observaba a un soldado moribundo que llevaba un yelmo que lo identificaba como parte o mejor dicho, líder de aquella legión de ángeles desaparecidos, como pudo, lo llevó a un lugar más cómodo, removió su armadura y yelmo y comenzó a curar sus heridas, había tenido algunas demasiado graves, pero la peor de todas era la que atravesaba la mitad de su cara, solo estaba cubierto con una pequeña tela que parecía haber sido arrancada del uniforme de otro soldado, mientras atendía sus heridas no se percató que pequeñas gotas de agua salada salían de sus ojos, los humanos le llamaban lágrimas o llanto, él jamás había llorado antes y fue extraño tener esa sensación, había visto la muerte de muchos soldados pero aquel pobre soldado había perdido a toda su legión y solo había sobrevivido lo suficiente como para tener una agonizante muerte porque dudaba mucho que se fuera a recuperar de aquellas heridas.

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⏰ Última actualización: Nov 08 ⏰

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