Día 13. Antojos de embarazo

235 13 3
                                    

"Después de amasar la masa por tiempo suficiente hasta lograr la consistencia deseada, déjela reposar por una hora o hasta que ésta duplique su tamaño, se recomienda dejarla reposar en un lugar cálido, una vez ésta haya leudado lo suficiente engrase el sartén con un poco de mantequilla derretida y expanda la masa sobre el sartén, distribuya uniformemente la salsa de tomate previamente preparada, utilice queso mozzarella rayado para la base de la pizza y coloque sus ingredientes favoritos sobre él, recuerde que no debe escatimar en los ingredientes que coloque en su pizza; después de eso, lleve su pizza al horno y dejé hornear por 15 a 20 minutos a 180° grados centígrados."

Las instrucciones de la mujer en el video eran sencillas; mientras intentaba terminar de mezclar los ingredientes para la masa en las cantidades indicadas en la receta, Jacaerys había vertido agua en su playera así que se la había quitado quedando únicamente vestido con unos pantalones de chándal grises que se ajustaban a su cadera con unos cordones; a diferencia de la mujer en el video, su cocina era un completo desastre, siendo la barra del desayunador la única superficie libre de harina e ingredientes botados.

Su torso estaba lleno de harina e incluso la harina había terminado en una parte de su mentón. Jacaerys ponía atención a las instrucciones finales de la masa antes de comenzar a rebuscar en las alacenas de su cocina las aceitunas negras que Aemond le había pedido específicamente para su pizza. Su omega tenía seis meses de embarazo ya y durante los primeros dos todo fue de maravilla, pero durante el tercer mes, a Aemond pareció poseerlo el espíritu de la glotonería pues tenía antojos todo el tiempo y muy variados, desde anchoas con chocolate, malteadas de frutos exóticos, postres como yogurt con galletas saladas o como en ese momento, que a Aemond se le había antojado una pizza al sartén.

Ya había logrado preparar la salsa de tomate que llevaría la base de su pizza y para su buena fortuna, tenía el refrigerador lleno de todo tipo de ingredientes que pudieran ocurrírsele, con los antojos de Aemond más le valía estar preparado para cualquier tipo de mezcla que le pareciera apetecible.

Estaba terminando de mezclar la harina y la levadura de la masa y comenzó a amasarla como las indicaciones lo decían cuando escuchó los pasos de Aemond bajando las escaleras, suspiró, supo que su omega solo bajaba para darle más instrucciones sobre su antojo o en todo caso, para decirle que se le había antojado cualquier otra cosa.

La verdad era que no podía quejarse, supo desde el primer momento en que conoció a Aemond que sería el omega quien mandaría en esa relación, lo amaba tal como era, pero en ocasiones su muy mandón esposo ponía a prueba su paciencia.

Cuando volteó a verlo, su querido Omega se veía como una divinidad, llevaba puesto solo una playera negra estampada con el nombre de su banda de rock favorita que pertenecía a Jacaerys, su omega se había apoderado de ella porque le gustaba que estuviera llena de su aroma y que siempre lograba seducir a Jace; tiempo atrás esa playera le quedaba enorme, ahora le quedaba solo un poco holgada de su barriga y tapaba solo la mitad de sus muslos; el color de la prenda contrataba con la palidez de su piel, iba descalzo y su cabello iba sujetado en una coleta alta un poco despeinada.

- Muero de aburrimiento y calor allá arriba. - su bonito rostro tenía el ceño algo fruncido a modo de berrinche y sus labios estaban formando un puchero que a Jace lo derretía.

- Uummm... esto va a tardar todavía un buen rato cariño, pero dime, ¿hay algo que pueda hacer para bajar tu calor? - Jace dejó de amasar la mezcla para ver a los ojos a su esposo.

- Una limonada no me vendría nada mal - contestó mientras tomaba asiento en una de las sillas altas de la barra del desayunador - con moras - terminó de indicar a Jace.

- Claro, solo, déjame terminar de amasar esto. - indicó con su mirada la masa entre sus manos.

Aemond asintió lentamente mientras se acomodaba mejor para ver a su esposo cocinar para él.

Jacemond Fest 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora