TRES PADRES PARA UNA HIJA (Spideypoolverine)

RESCATE

Logan se desplomó contra el suelo, jadeando por el dolor.

Su cuerpo desnudo estaba cubierto de moratones, cortes y marcas de golpes, cortesía del señor Harrington, quien sostenía una porra de policía en la mano.

Logan seguía atado, sus manos sujetas a la espalda por cadenas, y cada intento de liberarse o atacar era rápidamente frustrado por los supersoldados que lo custodiaban.

—Y esto es sólo el principio —le dijo Harrington, su voz cargada de crueldad mientras se acercaba, acariciando la porra como si fuera una extensión de su poder—. Cuando te haya roto todos los huesos, te romperé por dentro. Vas a revivir el trauma de tu hija en tus propias carnes, Howlett, sólo que yo me ensañaré todavía más contigo.

Antes de que Logan pudiera replicar, el sótano retumbó con una explosión ensordecedora que abrió un enorme boquete en la pared cerca de la puerta.
El estruendo fue seguido por el sonido de escombros cayendo, y el suelo vibró violentamente, haciendo que Harrington se tambaleara y acabara en el suelo, sorprendido.

Entre el humo y el polvo que se alzaba, Logan, aún en el suelo y dolorido, levantó la cabeza y reconoció dos siluetas que se recortaban bajo el agujero: Deadpool y Spider-Man.

—¿"Romperlo por dentro"? —replicó Wade con su tono sarcástico y burlón mientras se adentraba en el sótano, con las katanas desenfundadas—. ¿Eso es lo mejor que se te ocurre? Porque si lo tuyo es ensañarte con gente atada, déjame decirte que estás a punto de tener una experiencia muy educativa sobre cómo se siente cuando te lo hacen a ti... y sin que ni siquiera te inviten a una copa antes.

Logan levantó la cabeza, su cuerpo temblando por el esfuerzo y el dolor.

—De... Deadpool... —logró articular cuidando de no revelar su identidad.

Wade giró la cabeza hacia él, y aunque la máscara cubría su rostro, Logan sintió la calidez de esa sonrisa que siempre le había reconfortado.

—Tranquilo, Zarpitas, tus nenes ya están aquí.

Antes de que Harrington pudiera reaccionar, Spider-Man se balanceó hacia él, usando sus telarañas para arrancarle la porra de la mano y lanzarla lejos, chocando contra una de las paredes del sótano.

—¡Vaya! Mira que usar tu día libre para ser un imbécil sádico... —le dijo el arácnido. Lanzó un par de precisas telarañas, las cuales atraparon sus muñecas y golpearon la pared, inmovilizándolo contra esta—. Debe de ser agotador, ¿eh? ¿Sabes qué sería más divertido? Que dejes de hacer el papel de villano barato y te rindas ahora mismo.

Harrington apenas tuvo tiempo de abrir la boca para responder antes de que los cuatro supersoldados se lanzaran al ataque.

Dos de ellos cargaron hacia Deadpool, blandiendo armas de fuego avanzadas, mientras otros dos rodearon a Spider-Man, intentando atraparlo.

Wade saltó hacia atrás, esquivando las balas con la agilidad de un acróbata y girando sus katanas con destreza.

—¿De verdad, chicos? —les dijo mientras cortaba la trayectoria de una bala con su espada—. He visto amenazas más convincentes por parte de una banda de monos con pistolas de agua. Pero está bien, os enseñaré lo que significa la palabra dolor.

Con un movimiento rápido y certero, Wade esquivó a uno de los supersoldados y le asestó un corte limpio en el brazo, desarmándolo. Luego, giró sobre sí mismo y pateó al otro, enviándolo de bruces contra la pared.

Mientras tanto, Spider-Man se balanceaba por el sótano, lanzando telarañas a sus enemigos, inmovilizándolos y desarmándolos con la precisión que sólo él tenía.
Dejó que uno de los supersoldados intentara agarrarlo, para luego saltar sobre él y envolverlo en telarañas hasta dejarlo atado de pies a cabeza.