Logan y Peter estaban sentados en el despacho de Nelson & Murdock, un lugar pequeño pero acogedor, lleno de libros legales apilados en estanterías que parecían abarrotadas.
Las persianas dejaban entrar una luz tenue que iluminaba el escritorio, donde Matt Murdock, el abogado ciego de rostro calmado, estaba repasando unos documentos en braile, deslizando sus yemas por las hojas.El silencio era denso, sólo interrumpido por el ruido ocasional del tráfico de Hell's Kitchen que se filtraba desde el exterior.
—Gracias por vernos en tan poco tiempo, Matt —le dijo Peter, rompiendo finalmente el silencio.
El abogado levantó la cabeza, dirigiendo su mirada hacia ellos, a pesar de que sus ojos no podían ver. Sonrió con amabilidad.
—No hay de qué, Peter. Sabes que siempre puedes contar conmigo —respondió. Luego se volvió hacia Logan, quien estaba sentado con los brazos cruzados, mostrando una expresión de seriedad y preocupación—. Bueno, señor Howlett, ya he revisado la denuncia que le han interpuesto, y tenemos algunas cosas de las que hablar.
Logan asintió, sin decir nada.
—Matt, necesitamos saber... —habló Peter, quien parecía más que dispuesto a dirigir la conversación—. ¿Cuáles son las consecuencias legales si las cámaras del instituto muestran sus... garras?
Matt dejó escapar un leve suspiro y se apoyó en el respaldo de su silla, juntando las manos sobre el escritorio.
—Si las cámaras de seguridad captan a Logan desplegando sus garras de adamantium, eso complica las cosas. No sólo estaríamos hablando de una amenaza, sino que las autoridades podrían interpretar la situación como una agresión agravada con un arma peligrosa. Dentro del estado de Nueva York, eso podría significar cargos serios, que van desde intimidación y amenazas agravadas hasta posesión y uso de un arma mortal. Incluso si no llegó a atacar físicamente a la menor, el simple hecho de mostrar las garras podría interpretarse como una intención de causar daño. Podrían pedir prisión preventiva y, si se procede a juicio, la sentencia podría ser dura.
El semblante de Logan se oscureció aún más. Sus puños se tensaron sobre las rodillas, y Peter lo miró con preocupación.
Matt, percibiendo la tensión en la sala, continuó rápidamente:—Sin embargo, si las cámaras no muestran las garras, la situación cambia considerablemente. Seguimos enfrentándonos a una denuncia por amenazas a una menor, pero al menos podríamos argumentar que no hubo una amenaza física explícita. Si la evidencia sólo muestra a Logan en una actitud que podría parecer intimidante, sería más fácil defendernos diciendo que no tenía ninguna intención de hacer daño real. En ese caso, la pena podría limitarse a una multa considerable, servicios comunitarios, o incluso libertad condicional, dependiendo de cómo se presenten los hechos ante el juez.
Peter respiró hondo, procesando toda la información. Todavía había esperanza, pero dependía mucho de lo que las cámaras hubieran captado.
—¿Y qué pasa si simplemente se interpreta como una amenaza verbal? —preguntó Logan finalmente, su voz baja y controlada, aunque con un tono que delataba su inquietud—. No estaba planeando hacerle daño. Sólo quería que dejara en paz a mi hija.
—Amenazar a una menor sigue siendo un delito grave, señor Howlett —respondió el abogado, directo pero con tacto—. Aunque no haya habido contacto físico, el hecho de que se trate de una menor de edad hace que las leyes sean mucho más estrictas. Podríamos estar hablando de un cargo de acoso o amenaza en segundo grado, que conlleva sanciones penales y podría afectar a su historial de por vida. Además, el hecho de que el padre de la menor sea policía complica aún más las cosas. La acusación lo se tomará muy en serio.
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TRES PADRES PARA UNA HIJA (Spideypoolverine)
FanfictionImportante: Esta historia es una secuela del fanfiction "ENTRE ZARPAS Y TELARAÑAS", y es imprescindible leerlo para poder entenderla. Han pasado tres años desde que Logan y Wade restauraron los recuerdos de las personas más importantes en la vida de...