No todas las chicas son iguales.

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Hoy por fin era la cita de Andrea y Regulus.

Cuando Andrea llegó a casa se duchó, se secó el pelo y se puso un vestido muy bonito.

A las ocho llamaron a la puerta y Andrea se fue con Regulus.

Cenaron en un restaurante muy bonito.

-Me encantó la cena.-dijo Andrea.

Regulus se acercó a ella y la besó.

El beso poco a poco fue haciéndose más salvaje.

Andrea abrió la puerta de la casa de su prima y entraron.

Llegaron a la habitación de Andrea y se fueron quitando la ropa.

Andrea y Regulus se acostaron en la cama y empezaron a besarse con pasión. La pasión que sentían era tan fuerte que no podían controlar sus emociones.

Andrea se sentía embriagada de amor y deseo. Nunca había sentido algo así antes.

Regulus la besaba con tanta fuerza y pasión que ella no podía hacer otra cosa más que dejarse llevar por el momento.

La pasión que sentían era tan intensa que no podían parar. Se amaron con tanta fuerza y pasión que parecía que el mundo se detuviera en ese momento.

Cuando terminaron, se quedaron abrazados en la cama, con las respiraciones aceleradas y los cuerpos sudados.

-Eso fue increíble, Andrea.-dijo Regulus, con un tono de satisfacción.

Andrea se quedó dormida y Regulus se levantó de la cama y fue a la habitación de la prima de Andrea. Regulus y Sonia se estaban besando apasionadamente, los dos estaban desnudos hasta que la puerta se abrió y estaba Andrea que estaba tapada con tan solo una sábana mirando todo.

Regulus se levantó y fue hacia Andrea.

-Andrea.-dijo Regulus intentando tocarla.

-No me toques.-dijo Andrea.

Andrea fue a su habitación y se empezó a vestir, después cogió su maleta y salió de la habitación.

Regulus se intentó acercar a Andrea.

Andrea le empezó a pegar y Regulus se quedó quieto.

-¡Cómo te atreves a acostarte con otra mujer después de haberte acostado conmigo!-gritó Andrea.

Regulus se intentó acercar a Andrea.

-No te acerques y no me toques. No me vas a volver a tocar a menos que no vuelvas a tocar a otra mujer que no sea yo.-dijo Andrea-. Porque yo no soy como las otras.

Después de eso Andrea se fue a su casa con la maleta.

-Bueno sigamos.-dijo Sonia acercándose a Regulus.

Regulus se apartó y fue a por su ropa, se vistió y salió de esa casa.

Regulus se dirigió a su casa y se fue directo a dormir.

Durante el fin de semana Regulus estuvo en casa durante todo el día.

-Que raro que estés aquí y no con alguna mujer en la cama.-dijo Rachel.

-Deja de molestarme.-dijo Regulus.

El lunes Regulus volvió al instituto y vio a Andrea y se acercó a ella.

-Hola.-dijo Regulus.

Andrea contestó y dijo:

-¿Qué quieres, Regulus?

Regulus le respondió:

-Andrea, por favor, dame una oportunidad para hablar contigo. Te lo ruego.

Andrea se quedó callada por un momento y luego dijo:

-No tengo nada que hablar contigo, Regulus. Deja de molestarme.

Regulus se quedó sin palabras y Andrea se fue a clase. Estaba destrozado, no sabía qué hacer para que Andrea lo perdonara.

Pasaron los días y Andrea seguía sin hablarle ni acercarse a él. Regulus estaba perdiendo las esperanzas de que ella lo perdonara.

Había pasado una semana y Regulus no había vuelto a tocar a ninguna mujer, pero Andrea seguía sin perdonarle.

Así que empezó a acostarse con otras mujer para olvidar a Andrea.

-Sabes que Andrea se va a ir un año a París.-dijo Rachel.

-No, no lo sabía.-dijo Regulus.

-Pues se va mañana por la tarde.-dijo Rachel.

-Pues muy bien por ella.-dijo Regulus.

En cuanto Andrea se fue a París Regulus volvió a ser el mismo mujeriego que antes.

Cada día estaba con una chica diferente hasta que conoció una chica que se llamaba Elena y empezó a estar con ella, aunque a veces estaba con más chicas que ella.

-Entiendo por qué estás con Elena.-dijo Rachel.

-No estamos saliendo.-dijo Regulus.

-Lo sé, pero estás más con ella que con otras chicas y es porque te recuerda a Andrea.-dijo Rachel.

Regulus se quedó callado por un momento y luego dijo:

-No sé de qué hablas, Rachel. Elena no tiene nada que ver con Andrea.

Rachel se quedó callada por un momento y luego dijo:

-No tienes que mentirme, hermano. Sé que Elena te recuerda a Andrea y que esa es la razón por la que estás con ella.

Regulus no dijo nada, sabía que Rachel tenía razón. Elena tenía un parecido con Andrea y eso le hacía sentirse cómodo con ella. Elena era pelirroja al igual que Andrea, pero no tenían el mismo tono porque Elena era pelirroja clara mientas que Andrea su pelo era cobrizo oscuro.

Pero sabía que nunca podría olvidar a Andrea y que ella siempre sería el amor de su vida.

Estrellas alineadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora