Boda y luna de miel.

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Al día siguiente Andrea y Regulus se despertaron en seguida y cada uno se fue a su lado para prepararse para la boda, que era a las 12 de la mañana.

Andrea ya tenía puesto su vestido de novia y ya estaba lista.

Llegó la hora y Regulus se encontraba esperando a que Andrea entrara.

Todos los invitados se pusieron en pie en cuanto la novia entró junto a su padre.

-Estás hermosa hija mía.-dijo el padre de Andrea.

-Gracias papá.-dijo Andrea con una sonrisa.

Regulus estaba limpiándose los ojos con un pañuelo porque estaba llorando de la emoción.

Cuando Andrea llegó al altar, Regulus se acercó a ella y le sonrió.

-Te ves preciosa.-dijo-. Estoy seguro de que eres la mujer más bella del mundo.

Andrea sonrió tímidamente y le dio las gracias.

El sacerdote comenzó la ceremonia y los dos prometieron amarse y honrarse hasta el final de sus días.

Cuando el sacerdote les dijo que pudieran besarse, los dos se besaron con pasión y se abrazaron fuerte.

Todos los invitados aplaudieron y gritaron de emoción.

Regulus y Andrea se retiraron de la iglesia como esposos.

Los invitados fueron a donde la comida mientras que los novios se estaban haciendo fotos en la Torre Eiffel.

Mientras los invitados disfrutaban de la deliciosa comida, Andrea y Regulus estaban disfrutando de la vista espectacular desde la Torre Eiffel. La torre estaba iluminada con luces de colores brillantes, creando un ambiente mágico y romántico.

El fotógrafo les pidió que posaran en diferentes lugares de la torre, capturando momentos inolvidables para ellos.

Después de un rato, Andrea y Regulus se dirigieron a la recepción, donde sus familiares y amigos les recibieron con una gran ovación.

La recepción fue una noche mágica, llena de risas, música y baile. Andrea y Regulus bailaron su primera danza como esposos y luego invitaron a todos los invitados a bailar con ellos.

Se fueron todos a dormir a las 7 de la mañana.

Todos se despertaron para despedirse de los novios y desearle feliz navidad y feliz luna de miel.

Andrea seguía sin saber a donde iban, así que se montó en un avión sin saber a donde se dirigían.

Andrea estaba mirando su anillo, estaba casada con el amor de su vida.

Unas horas más tarde aterrizaron y Andrea no podía creerlo, estaban en Roma.

Roma, la eterna ciudad, era una ciudad llena de historia, arte y cultura. Andrea estaba emocionada al ver la ciudad desde el avión.

-¿De verdad estamos en Roma?-preguntó Andrea con emoción-. ¡Siempre he querido ir a Roma!

Regulus sonrió.

-Sí, estamos en Roma.-dijo-. Y tenemos un programa muy ocupado por delante.

Los dos se dirigieron al hotel donde habían reservado una habitación.

La habitación era hermosa, con una vista espectacular de la ciudad.

Andrea y Regulus se cambiaron de ropa y salieron a explorar la ciudad.

Andrea y Regulus caminaron por las calles de Roma, disfrutando de la arquitectura impresionante y la historia que se respiraba en cada esquina.

Su primer destino fue el Coliseo, uno de los monumentos más famosos de la ciudad. Ambos se quedaron maravillados al ver la enorme estructura que aún se mantenía en pie después de miles de años.

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