13.Desayuno

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Altagracia

Mami ¿te gusta mi peinado?

—Quedó precioso mi amor

—Me lo hizo Moni

—¿Le diste las gracias?

Niega.

—Ve a darle las gracias y le das un beso

Corre a llenarla de besos y ambas terminan riéndose.

—A ver, yo también quiero besos y abrazos— me acerco

—Pero mamá

—No se peleen por mí, abrazo grupal

—Eso me parece excelente princesa

Dejo un beso en la cabeza de cada una.

—Las amo, ya vámonos

—¿A dónde mamita?

—A dar un paseo

—Yupiii, paseo paseo

Reímos, Mónica la sube en su espalda y empiezan a cantar mientras salimos de casa.

Se oye un fuerte ruido y me levanto de inmediato prendiendo la lámpara. Veo a todos lados pero nada, hasta que un papel cerca de la ventana llama mi atención y me acerco con cuidado.

Disfruta tus noches de ensueño, tu pesadilla está por comenzar.

Corro de inmediato hacia la habitación de Mónica y suspiro de alivio al verla dormir, la observo desde el marco de la puerta recordando aquel sueño. No puedo evitar sentir nostalgia, ya había contemplado una vida juntas.

No sé que tan buena decisión esté tomando pero la idea de embarazarme de nuevo no me ha dejado en paz las últimas semanas, razón por la que cedí con José Luis, podría ser cualquier el padre de mi hijo, pero quiero que sea él, tiene buenos genes y además no quiere más hijos, fácilmente me cedería la custodia completa, sé que si se lo planteo a otro hombre que esté interesado en mí también se podría interesar en el bebé y yo no quiero ese encarte, no con alguien que no me interese tener en mi vida. Y acudir a la inseminación no me convence ni lo creo necesario, la curiosidad de saber con que genes saldrá mi hijo o si podría tener patologías hereditarias extrañas. No lo sé, simplemente no me agrada esa idea.

Ahora mismo tengo dos opciones, Joaquín y José Luis, el primero se muere se muere porque le haga caso así que si me embarazo solo le diré que no es suyo, si insiste, solo lo elimino del camino. Con el segundo no creo que pueda hacer lo mismo, digamos que... lo aprecio, no quiero matarlo, y la ventaja es que no quiere más hijos ni pretende dejar a su familia, es casi perfecto.

Me acerco y con cuidado me meto a la cama, abre sus ojos un segundo y me abraza volviendo a dormirse, ya está por amanecer así que no pretendo dormir.

Esa amenaza me dejó algo inquieta, no sé quién pueda estar detrás y temo por mi familia, sobretodo por Mónica, sé sería el primer blanco para cualquier enemigo.

Noto sus pestañas algo húmedas y palpo la almohada, seguro estuvo llorando. No sé hasta cuándo seguirá así y tampoco sé cómo ayudarla si solo me dirije la palabra para lo necesario y hay días que ni me habla, vivimos juntas pero me ha cerrado las puertas de su vida y rara vez me da paso.

Aún no olvida a Saúl, lo sé. Como quisiera meterle un balazo pero si algo le pasa a ese imbécil ahora, Mónica se va hundir más en la depresión y yo no podría con mi consciencia, ¿qué la vida no puede ponerle un camión por delante que lo vuelva trizas?. Ay por favor, que estoy pensando, ni parece que hace unos meses lo amaba con locura, pero nadie me quita de la cabeza que fue su culpa que perdiera a mi bebé.

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