7.Verdad a flote

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Mónica

Me remuevo en la cama y tomo mi celular, prendo la pantalla topandome con otro mensaje de Saúl. Decido apagarlo, es demasiado terco.

Me paro y entro a la ducha para darme un baño en la tina, me quedo un largo rato tratando de pensar con la cabeza fría. Estoy muy confundida, sé del sacrificio que está haciendo Altagracia, que no lo diga o acepte no quiere decir que no le afecte o sienta incomodidad de mi relación con Saúl.

Pero ahora es distinto, hay cierto coraje en su voz sobretodo cada vez que ve sus declaraciones, he tratado de detenerlo pero no hay poder humano que lo haga, está convencido de que estoy con mi madre, de que me secuestró. Una cosa es real y la otra no.

Lo cierto es que siento que una parte de mí está sanando, estos días han tenido subidas y bajadas pero estamos avanzando poco a poco. Lo único que me inquieta es que sé que algo me oculta, ha estado muy rara.

Este país es hermoso y lo que sea pero necesito volver a México, no quiero perder más tiempo valioso en el que pueda prepararme.

Escucho unos gritos y salgo hacia la recámara de Altagracia. Está furiosa hablando por teléfono.

—Por supuesto que no, imbécil... haz lo que se te dé la gana pero atente a las consecuencias Saúl, créeme, no lo pensaré dos veces para acabar contigo y tu maldito egoísmo, porque eso es lo que eres un egoísta mediocre hijo de puta.. ahg— grita tirando el celular— lo voy a matar, ¡Matamoros!

—¿Qué?, no, ¿no hablas en serio verdad?

—¿Me ves bromeando acaso?

—Altagracia espera, no hagas una locura

—Controla a tu maridito porque te juro que aunque me odies toda la vida, lo voy a matar si complica mis planes

—¿Qué pasó?

—Dijo esta mañana en México a los medios que estamos en algún lugar de Francia, ahora yo me pregunto cómo supo eso— se acerca cruzándose de brazos

—Es que, yo le envié una foto, pero no dije nada, yo nunca le he dicho que estoy en Francia y menos contigo, solo quería que supiera que estoy bien y así dejara de insinuar a la prensa que estoy secuestrada

Me pide que le muestre la foto y le paso el celular, en solo un segundo señaló un letrero que sale de fondo que dice France.

—Gracias eh

—Perdón, no me di cuenta, pero bueno, Francia es enorme, no creo que te encuentren

—Pero ya hay una pista, una pista que se pudo evitar, hay que tener cuidado Mónica Hernández

Ah, ahora soy Mónica Hernández. Sí que está molesta. Me siento en la cama y ella se mete al baño, unos papeles sobre el nochero llaman mi atención y en cuanto leo el nombre de una clínica los tomo.

Así que esto es lo que oculta, no puede ser.

—¡Altagracia!

—Voy

Respiro profundo, bueno, esto no debería molestarme, es su vida, es su asunto pero, ¿tendré un hermano?, ¿ahora?, ¿no podía esperar un tiempo?. Jamás me la imaginé teniendo hijos.

Dejo que se vista y luego me acerco con el documento en manos.

—¿Hasta cuando pensabas ocultarlo?

—Mónica..

—¿Por qué me ocultas algo tan importante?

—No sabía cómo hablarlo, yo apenas lo asimile— acaricia mi mejilla— al principio no lo tomé muy bien pero ya estoy mejor, y sé que tú también lo vas a asimilar pronto, tendrás un hermanito, ¿qué es lo peor que puede pasar?

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