Astrid
— Iré a avisar al abuelo que viniste. —Mar me dejó en una especie de sala enorme—. Espérame. —Y la vi caminar por el pasillo hasta desaparecer.
Un gran ventanal iluminaba ese lugar, era como un lugar de reunión al parecer. Con una gran mesa en el centro y sillas a su alrededor, me senté para esperar.
Jajaja me imagino que el viejo no se esperaba que yo fuera traída por Mar aquí.
Apoyé mi cabeza sobre la mesa imaginando lo divertida que será su expresión.
Después de todo soy la Write descarrilada según él... Bueno después de Irma.
Levanté la vista por un minuto y noté que había algo puesto en la mesa a unos centímetros de mí.
Era una pequeña campana, la miré unos momentos y deduje que como en las películas, es para que alguien venga si la suenan.
Mmm ¿Y si la sueno? ¿Aparecerá alguien por arte de magia?
La curiosidad pudo más así que decidí ver qué pasaría.
— Si tocas esa campana vendrá alguien. —Escuché a mi lado de la nada.
— ¡Por las sandalias de Moisés! —Me caí de la silla del susto—. ¿Que? —Me lleve la mano al pecho—. ¡Me vas a matar de un infarto!
— No exageres por favor. —Ella se levantó y me tendió la mano, yo solo la miré con dudas y miedo—. Tranquila, no te voy a hacer nada...
Tragué grueso antes de aceptar su mano.
— ¿Qué haces aquí Astrid? —Preguntó sin soltar mi mano.
— ¿Tú me invitaste se te olvidó? —Sentí como una gotita de sudor bajaba por mi rostro.
— ¿Ah, lo hice verdad? —Sentí como apretó mi mano—. No deja de sorprenderme tu valor...
— ¿Mi valor? —Intenté soltar mi mano, pero no me dejaba.
— Si, sí. —Sonrió—. No cualquiera tiene los huevos de mentirme dos veces y aun así aparecer frente a mi después...
— A-Ali... —Empezó a hacer fuerza en mi mano y aunque trataba de apretar también era como su fuerza fuera mil veces mayor—. Mides metro y medio. —Me empecé a poner de rodillas—. Porque tienes tanta fuerza.... No tiene sentido...
— No lo sé, ha sido así desde que era pequeña, mi estatura nunca encajo con mi fuerza física.
— ¿Cómo las hormigas? —Pregunté para molestar esperando que terminara de romperme la mano, pero solo escuché una risa.
— Alissa tu abuelo... —Alguien abrió la puerta, era Grace quien al principio estaba sorprendida.
Miró a Ali antes de mirarme a mí y hacer un gesto de lastima.
Ali volteó a verla y le sonrió así que Grace simplemente cerró la puerta, pensé que ya me había cargado la chingada hasta que volvió a abrirla.
— Solo quería avisarte que tu abuelo ya viene.
— ¿No me vas a ayudar?
— Mi esposa es mi cómplice. —Dijo Ali y Grace cerró nuevamente la puerta.
ª
— ¿Astrid no te lo dije cuando eras una niña? —Me soltó al fin—. Nadie quiere a los mentirosos y yo lo aborrezco —se volvió a sentar—. No te iba a hacer nada por estar con Mar. —Suspiró—. No es como si ella estuviera siendo forzada o algo.
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Another Typical Enemies To Lovers Story
RomanceDesde pequeñas fuimos forzadas a vernos en reuniones familiares, intentaron por todos los medios que siguiéramos el legado de hermandad pero eso nunca paso... Años después por ciertas circunstancias de la vida empezamos a convivir nuevamente, pero n...