Astrid
— Yo... ¿Me morí y fui al infierno? —Fue lo primero que pude decir.
— Si, estás pagando por todos los pesares que pasó tu familia por tu causa. —Respondió al instante.
Me tape la cabeza con la sábana pensando que era una especie de mal sueño.
— Todavía estoy aquí. —Me destapé y la miré confundida.
— ¿Qué está pasando? —¿Por qué lo primero que vi al despertar fue a esta chica sentada a un lado de mi cama?
— Necesito que me prestes tus notas de la semana que falte. —Yo seguía mirándola incrédula—. ¿Duermes con la tortuga que te regale?
— ¡Por qué no tocaste la puerta!
— Si lo hice y dos veces.
Se puso de pie y empezó a caminar hasta el otro extremo de mi habitación.
— ¿Tu tortuga sigue con vida? —Se acercó al estanque—. Impresionante.
Yo frote mi rostro, aún estaba medio dormida tanto así que no sabía si enojarme o que.
Vi cómo acercó su mano al estanque "Cuidado por qué muerde" es una frase qué acostumbró a decirle a la gente que suele acercarse a mi amigo de esa manera.
Pero está vez me quedé en silencio esperando lo inevitable.
Vamos Bob, ¿Qué esperas?
Y así me quedé, esperando. La perra tortuga no le hizo nada, y quedé más perdida que al principio.
— ¿Pero qué? —Bob que casi le arranca el dedo a más de 20 personas está dejando que le toquen el caparazón.
— Bueno —ella dejó a mi tortuga y volteo a verme—. ¿Qué pasa con esa cara?
Yo seguía mirando sin entender nada.
— ¿Me puedes decir quién te dijo que podías entrar a mi habitación?
— Irma. —Levanto los hombros—. Yo necesitaba tus notas y ella que te despertarás.
— ¡Es muy temprano!
— Son las 10 de la mañana.
Recuerda As, no dejes que te haga enojar eso es lo que a ella le divierte.
Tomé mucho aire y sonreí con falsa amabilidad.
— Las notas están en mi mochila. —Dije, pero en eso me di cuenta de que tenía mi libreta de notas en la mano.
— Oh sí —mostró la libreta que tenía en su mano—. Ya las tenía, pero igual quería pedirlas por educación.
Seguido de esto se dio la vuelta y salió...
Yo me quedé sentada en mi cama como 5 minutos viendo la puerta.
— ¿Estás enfermo o qué? —Me levanté a ver a mi tortuga—. ¿Debería llamar a un biólogo?
Aunque se veía bien, bueno igual que siempre.
— Buenos días bella durmiente. —Mi tía dijo en cuanto me vio.
— Café. —Alcance a decir y ella sonrió mientras me servía un poco.
— ¿Tienes planes para hoy?
— Tengo muchas tareas, creo que Bob podría estar enfermo.
— Llévalo al veterinario o no sé —tomó un poco de café—. Saldré hoy.
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Another Typical Enemies To Lovers Story
RomanceDesde pequeñas fuimos forzadas a vernos en reuniones familiares, intentaron por todos los medios que siguiéramos el legado de hermandad pero eso nunca paso... Años después por ciertas circunstancias de la vida empezamos a convivir nuevamente, pero n...