Una Ruptura y... ¿Un ser cósmico?

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Apenas unos minutos después de haber sentido el poder de Goku y Tatsumaki en acción, Fubuki aún volaba sobre Ciudad C, tratando de ubicar el dojo de Suiryu. Aunque había alcanzado una gran velocidad al principio, su energía estaba menguando rápidamente. Agotada, ya no era más veloz que un auto. A diferencia de Goku, quien podía volar sin esfuerzo, Fubuki, aunque había aprendido la técnica desde niña, no podía sostenerla por mucho tiempo. Para su suerte, divisó finalmente el dojo desde el aire. Su corazón dio un vuelco al ver que el techo estaba dañado, y el miedo a que Tatsumaki hubiera sido la causante hizo que descendiera lentamente, jadeando mientras entraba por la ruptura. Al pisar el suelo de la sala principal, notó el altar de un anciano desconocido. Se preguntó quién sería.

Con una voz temblorosa, llamó a Suiryu por su nombre

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Con una voz temblorosa, llamó a Suiryu por su nombre. Él, adolorido, se las había arreglado para llevar a Suiko a su cama para que no siguiera inconsciente en el suelo. El escuchar la voz de Fubuki en la sala principal lo dejó paralizado. Luchando contra el dolor, llegó a la sala, jadeante y sudoroso, encontrándose con Fubuki en un estado similar: ella también jadeaba, con el rostro marcado por el esfuerzo de volar a toda velocidad.

Los dos se quedaron en silencio, observándose, sin saber cómo iniciar. Fubuki sentía alivio al verlo, pero no podía olvidar lo que había hecho. Suiryu, por su parte, quería acercarse a ella, abrazarla, pero sentía que no merecía ese derecho después de traicionar su confianza.

Fubuki, recuperando el aliento, fue la primera en romper el silencio.

Fubuki: "Suiryu... ¿Estás bien? ¿Tatsumaki te hizo algo?"

Suiryu: "Estoy... estoy bien."

Respondió, forzando una débil sonrisa.

Suiryu: "Tu hermana... bueno, digamos que Goku la detuvo a tiempo."

Fubuki exhaló, aliviada pero también horrorizada al imaginar lo que su hermana habría estado dispuesta a hacer. Se acercó lentamente, extendiendo la mano hacia él, temblorosa.

Fubuki: "Lo siento..."

Susurró, la voz quebrada.

Fubuki: "Siento tanto lo que hizo Tatsumaki, no tiene derecho a..."

Suiryu negó con la cabeza, desviando la mirada.

Suiryu: "No... yo me lo merecía."

Fubuki sintió el peso de esas palabras y, luchando contra las lágrimas, colocó ambas manos sobre el pecho del artista marcial.

Fubuki: "No, déjame ayudarte."

Suiryu, confundido, le preguntó a qué se refería.

Suiryu: "Espera... ¿Qué vas a hacer?"

Fubuki: "Solo no te muevas..."

Dijo, y sus manos se iluminaron con una suave energía verde que fluyó hacia Suiryu, aliviando sus heridas y calmando su dolor.

Saiyajines en One Punch Man (What If)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora