DOS MENTES, UN OBJETIVO

CAPITULO 31:"EL PRIMER PASO".

Introducción—Monólogo—Kanzaki Ryūji:

Hace tiempo que tengo muchas dudas acerca de Ayanokouji Kiyotaka, básicamente me confesó que el era la mente maestra, pero por qué me lo dijo a mi, el no haría nada que perjudique sus planes, entre más lo pienso más preguntas me genera aquel individuo que es tan enigmático, ahora veo que a diferencia de otros estudiantes que quieren llamar la atención, el hace lo contrario, el quiere paz, lo entiendo, si es hijo de una familia que tiene puesta espectativas específicas sobre el es normal que quiera paz, yo también la quiero, me criaron desde niño con la mentalidad de heredar y ser la cabeza de los negocios de mi familia, tenemos varios negocios, mi familia tiene una agencia inmobiliaria en conjunto con otras familias, tenemos una asociación con una cadena de hoteles en Tokio, mi padre también tiene contacto cercano con la política, realmente mi padre tiene sus espectativas en que yo herede todos los negocios, mi madre fue la única que no me exige alguna espectativa, solo me desea mi felicidad, creo que así es una madre en muchos casos, velan por el bien y la felicidad de sus hijos, el padre quizás ve en su hijo una fuerza que en su momento el no tuvo, por eso ponen espectativas en sus hijos, pero ambos padres tienen espectativas, solo que con un enfoque diferente, pero bueno.

Siempre fui la atención de mi familia, en las reuniones familiares toda mi familia me comentaba y me metían la idea de que debo administrar y cuidar el patrimonio de mi familia, cuando era niño me parecía normal, no le veía lo malo, pero ahora todos esos temas me parecen agobiantes, ahora pienso que yo no soy el indicado, no por que no me sienta capaz de ello, simplemente no quiero tener en mis manos una responsabilidad que conlleve tener que estar sentado en una oficina y atendiendo asuntos que aveces no les encuentro una razón de ser, eso es lo que más me desmotiva a ser la cabeza de todo el patrimonio que tengo, simplemente quiero ejercer una profesión que me guste, quizás formar una familia, ser hombre de familia no suena nada mal, estar siempre en cada etapa que tengo por delante, vivir cada año libre de aquellas espectativas, pero creo que no podré cumplirlo, lo único que agradezco de la educación de mi familia son las habilidades que poseo, pero sencillamente no quiero hacer algo que me sienta obligado a cumplir, quiero ganarme el derecho de poder decir que todo lo que tengo es gracias a mi esfuerzo, no a un esfuerzo que se herede así como así.

Mi padre es un hombre respetable, es lo que se podría llamar un hombre cuerdo y con mucho renombre, el se lo ganó, pero yo no me he ganado nada de lo que tengo que heredar, no me siento cómodo teniendo todo eso y menos con las responsabilidades que conlleva, lo único que deseo es tener tiempo para convencerlo de eso, pero como está la situación lo dudo mucho, aunque mi madre y ahora mi mejor amiga me lo dice, “No te rindas, mientras tengas aunque sea una oportunidad, habrá esperanza de un cambio”, esa es la idea que quiero tener siempre, cada día que pasa es un contador que solo está a la espera de que todo esto termine y tenga que afrontar lo que según muchos es mi deber, paradójicamente es lo que menos quiero, ahora ser libre de esas ideas es una utopía, pero trabajaré para que no sea así.

Mi relación con Ichinose Honami es curiosa, al principio solo trabajamos como dos socios, pero ahora le veo como la mejor amiga que he tenido, de hecho la única, ella me ha ayudado a darme cuenta de varias cosas, me siento en deuda con ella, pero primero debo concentrarme en mi objetivo, después podré pensar en la manera de compensarla, cuando veo a Horikita Suzune siendo una mujer recta y firme en sus decisiones y acciones no puedo evitar recordar a varias mujeres que han marcado huella en la vasta pradera que es la historia humana, aunque muchas cosas se salgan de control siempre encuentran la manera de salir adelante, así como Ichinose, ambas comparten esa característica, tienen defectos, pero saben hacer brillar sus virtudes, a diferencia de Sakayanagi Arisu, ellas no solo presumen su habilidad, ellas lo demuestran, pero no para mostrarle a los demás lo que valen, lo hacen por qué ellas tienen la convicción de hacerlo, ellas lo hacen para que los demás estén bien, sinceramente personas como ellas dos son dignas de admiración.