Edades diferentes ( Age gap ) Traducido Y adaptado al español

rumbo al estadio

"Asi queeeee ". Cristina estaba escribiendo en su teléfono sin prestar atención a la televisión que estaba en un canal al azar. Tanto ella como Quinlan habían regresado a la casa de los Timber después de su respectivo día en la escuela. En la cocina, QT estaba preparando un batido para después del entrenamiento que hará ella junto con sus amigas mientras le echaba un poco de proteína en polvo. "Vas a ir a la casa de Lincoln a una fiesta de pijamas, ¿Oh no, hermana?" QT dejó de mezclar.

"¿Cómo te enteraste de eso? ". La morena tetona, que se asomaba desde la cocina, levantó una ceja y miró a su hermana menor. Sin embargo, Cristina no la estaba mirando para notarlo. En la mesa del almuerzo, varias horas antes, Lincoln estaba confundido sobre por qué su novia había dicho que las chicas no podían esperar para verlo este fin de semana y él le respondió con un mensaje de texto preguntándole eso. Se revelaron los planes y para su sorpresa, querían venir a pasar la noche. Al principio, inseguro, se dio cuenta de que de alguna manera habían ayudado a reparar la relación entre su hermana mayor y su novia. Tendría que agradecerles después. La razón por la que Cristina lo sabía era porque Lincoln estaba dispuesto a contarle todo. Eso, y el hecho de que ella también estaba leyendo por encima de su hombro.

"Me senté con Lincoln en el almuerzo de hoy". Cristina golpeó su teléfono unas cuantas veces más. "Y si yo también vi esa foto".

"¿Ohhh?". comenzó QT en tono burlón."¿Entonces te has encariñado con él?". La adolescente volvió a hacer su batido. Los dedos de Cristina dejaron de moverse en la pantalla táctil.

"Sigue siendo un nerd... pero admito que tiene algunos puntos buenos". Volvió a mirar las redes sociales. Navegando por sus amigos y los amigos de sus amigos, la joven encontró un nombre que le resultaba familiar: Literalmente_Lori. Al hacer clic en el perfil, se encontró con varias fotos de una adolescente rubia en poses de selfie muy típicas. Era, sin duda, la hermana mayor de Lincoln.

Vaya, tenía muchas fotos de ella misma. La joven ordenó las fotos por las que más le gustaban. Su foto principal era de ella y otra chica rubia con cabello largo con un atuendo violeta. ¿Acaso era Leni? No, esa era otra chica que estaba en la foto grupal. La etiqueta que llevaba decía "carolp". Cristina siguió navegando cuando algo le llamó la atención.

"¡Pfft!" Cristina reprimió una risita. Lori estaba sentada en lo que parecía ser un café con dos de sus hermanas. Eso por sí solo no era gracioso. Lo que le pareció gracioso fue el chico joven en la parte de atrás con un bigote ridículo y anteojos. ¡Lincoln se veía tan tonto! Jaja. Le gustó.  La niña se desplazó hacia abajo para encontrar más información sobre Lincoln.

"¡Tiene muchos puntos buenos, hermana!" gritó Quinlan por encima del sonido de una licuadora. "¡Me alegra que se lleven bien!" Cristina estaba demasiado ocupada para escuchar lo que decía su hermana. Quinlan salió de la cocina para agarrar su bolsa de ejercicios.

"Voy al gimnasio. Pasaré por la tienda antes de volver a casa". QT regresó a la cocina, donde vertió su bebida en un recipiente adecuado para su regreso. "¿Necesitas algo?" Otra foto de Lincoln posando con Lori apareció en la pantalla de Cristina. También le gustó.

"¡No, estoy bien!" Dios mío, ¿qué pasa con esa cara? Me gustó.

"Está bien, volveré. Nos vemos más tarde". Quinlan hizo girar sus llaves en un dedo y salió por la puerta principal. La puerta ya se había cerrado antes de que Cristina respondiera.

"¡Está bien, adiós!"

"..."

"¡Pfft! ¡Ja! Está también me gustó".

El manejo de Quinlan era suave, más suave que nunca, tanto física como mentalmente. Lo que fuera que Lana había hecho realmente funcionó. Su viejo automóvil era ahora un automóvil antiguo completamente funcional. Su Impala 73 se consideraba un clásico con el paso de los años, pero su familia no lo trataba como tal. Se lo había regalado su abuela después de que ella falleciera y había estado en un garaje por quién sabe cuánto tiempo. La preocupación constante de quedarse varada en la carretera siempre estaba en su mente. Ahora el rugido del motor la tranquilizaba. Se pregunto qué más podría arreglar Lana.