El Demonio Oni de Monster High (OC x Operetta)

Capítulo 5: Una cita musical nocturna.

Capítulo 5: Una cita musical nocturna.

Cuando el auto de Santiago se detuvo frente a la imponente mansión, Operetta apenas pudo contener su sorpresa. La estructura era majestuosa y elegante, rodeada de un extenso y bien cuidado jardín, con caminos de piedra que llevaban hacia la entrada principal, donde grandes columnas sostenían la fachada. A su izquierda, notó dos amplios garajes y, a través de las ventanas, podía distinguir varios vehículos estacionados dentro.

Había autos clásicos de líneas elegantes y acabados impecables, reflejando años de historia y tradición en cada detalle; estos seguramente eran de Santiago. También había varios deportivos de colores brillantes y modernos, con un toque de agresividad en el diseño, que ella no dudó en pensar que debían pertenecer a Kotori, ya que sabía bien del gusto que tenía la hermana de Santiago por la velocidad y los autos de lujo.

—Wow... —murmuró Operetta, aún atónita mientras bajaba del auto. Sus ojos iban de un rincón al otro de la propiedad, intentando asimilar cada detalle.

Santiago sonrió al notar su asombro, pero intentó mantener la situación casual, aunque por dentro también se sentía un poco nervioso por invitarla a su hogar.

—¿Te gusta? —preguntó con una sonrisa modesta mientras cerraba la puerta del auto.

Operetta asintió, sin saber muy bien cómo expresar lo que estaba sintiendo.

—Santiago, ¡esto es increíble! Jamás imaginé que vivieras en un lugar así... —dijo finalmente, con una sonrisa de admiración. Luego miró los autos en el garaje y no pudo evitar una pequeña risa—. No sé por qué, pero es fácil adivinar cuáles son tuyos y cuáles son de Kotori. Tienes buen gusto para los clásicos.

Santiago rió suavemente, divertido por su observación.

—Sí, Kotori y yo tenemos estilos bastante diferentes cuando se trata de autos. Yo prefiero los que tienen una historia, que reflejan una época... ella en cambio ama la adrenalina de los deportivos y la tecnología de vanguardia.

Operetta asintió con una sonrisa, entendiendo perfectamente el contraste. Luego miró de nuevo la mansión, un poco abrumada, y tomó aire antes de mirarlo directamente.

—Gracias por invitarme, Santiago. Creo que este lugar tiene tanto de ti como tus canciones y tu forma de tocar... no puedo esperar para verlo por dentro —admitió, su rostro brillando de emoción.

Santiago se sintió sinceramente contento al ver su entusiasmo. Extendió una mano para guiarla hacia la entrada.

—Vamos, Operetta. Te mostraré mi estudio, y después de un poco de música... quizás te preparemos un café especial.

Santiago condujo a Operetta hacia la entrada principal de la mansión, donde una mujer de porte elegante y mirada atenta los esperaba. Era la portera y guardiana de la casa, Hong Meiling, una mujer de origen oriental con una mezcla de firmeza y calidez en su expresión. Llevaba el cabello rojo oscuro recogido en una trenza larga que caía sobre su hombro, y sus ojos de color jade destellaban con una seriedad que solo se suavizó al ver a Santiago acercarse acompañado.

—Operetta, te presento a Hong Meiling, la guardiana de la casa. Ella ha cuidado de Kotori y de mí desde que éramos niños. —Santiago le dedicó a Meiling una sonrisa respetuosa, y luego miró a Operetta—. Meiling, esta es Operetta, una amiga muy especial.

Hong Meiling asintió levemente, y su rostro adoptó una expresión amable mientras extendía la mano para saludar a Operetta.

—Es un placer conocerte, Operetta. —Su voz era suave, pero firme, y tenía un tono de amabilidad que hizo sentir a Operetta inmediatamente bienvenida—. Eres bienvenida en nuestra casa. Si necesitas algo, no dudes en buscarme.