Capítulo 13: La Isla Calavera.

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Capítulo 13: La Isla Calavera.

Kotori, Boris, Cleo, Clawdeen, Draculaura, Frankie, Abby, Ghoulia, Lagoona y Gill, se encontraba en la popa del barco disfrutando de la piscina y otros en el yacusi. El yate de Kotori tenia de todo, incluso varios pisos con habitaciones para diferentes actividades. Para la mayoría de chicas a excepción de Cleo, era la primera vez que subían a un yate de tales lujos. Incluso Kotori y Boris, mas inseparables que nunca, en estos días que han estado navegando, dieron pequeñas presentaciones tocando y cantando.

—No puedo creer que estemos aquí —comentó Frankie, con los ojos llenos de asombro mientras miraba la extensión de mar y cielo—. ¡Este lugar es increíble!

—Dilo otra vez, amiga —añadió Clawdeen mientras se apoyaba en el borde, disfrutando del agua y de la vista—. Kotori, este yate es una pasada. Gracias por invitarnos.

Kotori, con una sonrisa elegante, asintió mientras Cleo se reía suavemente, ligeramente divertida por el entusiasmo de las demás.

—Es un placer tenerlas aquí —respondió Kotori con su tono amable y sofisticado—. Solo quería que se relajaran y pasaran un momento memorable.

Cleo, estirándose bajo el sol, miró a Kotori y le sonrió con complicidad. —No todas están acostumbradas a la vida de lujo, pero hay algo especial en verlas disfrutar —dijo, dirigiéndose al grupo—. Es refrescante.

Draculaura asintió con emoción mientras miraba a Kotori. —Este es el viaje más lujoso que he tenido, ¡y eso que papá no se queda corto en comodidades! —bromeó, haciéndolas reír a todas.

—Agradezcan tener una amiga como Kotori, chicas —añadió Abby desde su rincón en el jacuzzi, siempre práctica—. Esto no es algo que sucede todos los días.

Todas seguían conviviendo y platicando cosas de chicas, pero fue cuando una extraña niebla bastante espesa apareció y todas comenzaron a preocuparse un poco. Kotori les recomendó que mejor ingresaran al interior del yate para evitar cualquier cosa peligrosa. Todas asintieron e ingresaron.

Por otro lado.

Boris y Gill se encontraban en el lujoso salón de videojuegos del yate. Rodeados de pantallas y consolas de última generación, estaban totalmente concentrados en una partida de Halo 2, enfrentándose al nivel Legendario con una intensidad inquebrantable.

—Oye, Boris —murmuró Gill mientras intentaba mantener la compostura en medio de una emboscada de alienígenas—. No sé cómo haces para mantener la calma en este nivel... ¡esto es una locura!

Boris soltó una pequeña risa mientras esquivaba hábilmente una ráfaga de disparos en el juego. —Paciencia, amigo. En los videojuegos y en la vida, la clave es no apresurarse. Especialmente cuando te toque conocer a los padres de Lagoona.

Gill, algo nervioso, apartó la vista de la pantalla un segundo y miró a Boris. —Hablando de eso... ¿algún consejo para no meter la pata? Ya sabes, no quiero que piensen que no soy digno de su hija o algo así.

Boris asintió, manteniendo la vista en la pantalla, pero su tono era serio y sincero. —Primero, sé honesto. Nada de tratar de impresionarles con cosas que no eres o que no haces. La sinceridad es el mejor camino. —Dio un disparo certero en el juego y luego añadió—: Y también, muéstrales que estás comprometido a cuidar y respetar a Lagoona, que es lo más importante.

Gill respiró hondo, asintiendo mientras absorbía cada palabra. —Tiene sentido. Es fácil pensar que uno tiene que ser perfecto... pero ellos deben querer a alguien que realmente la quiera a ella, no una versión falsa.

Boris le dio una palmadita en el hombro sin apartar la vista del juego. —Exacto, amigo. Al final, los padres pueden ver a través de cualquier fachada. Sé tú mismo, y si te aceptan, será porque ven que realmente te preocupas por ella.

El Demonio Oni de Monster High (OC x Operetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora