Lynx.
La habitación es mi santuario, mi lugar de poder. El silencio de la noche se cierne sobre mí mientras me concentro en la energía que me rodea. Hoy es otro día para perfeccionar lo que sé hacer mejor: la magia oscura.
No solo lo hago por el simple hecho de disfrutarlo. No. Cada hechizo, cada maldición, lo hago con un propósito en mente. Un propósito que, aunque no me guste admitirlo, está enraizado en la necesidad de sobrevivir. Los Mortífagos están cerca. Voldemort podría aparecer en cualquier momento. Y debo estar preparada para enfrentarlos si llega el día en que me encuentre frente a ellos.
La puerta está cerrada, la habitación sellada por un hechizo de protección. Una barrera invisible me rodea, garantizando que ningún ruido escape. He aprendido bien a protegerme, a no dejar que nadie descubra lo que soy capaz de hacer.
"Protego Diabolica."
El hechizo se despliega, envolviendo la habitación en una capa de oscuridad palpable. La protección es absoluta, y aunque no es algo que muchos se atrevan a conjurar, lo domino con facilidad. Es uno de los muchos hechizos que he aprendido para evitar cualquier ataque sorpresa. Los enemigos deben saber que, al menos en este lugar, no podrán penetrar mi defensa.
Ahora, mis manos tiemblan ligeramente de anticipación. Sé que debo continuar. La magia oscura corre por mis venas como un veneno dulce, y me consume más cada vez que la utilizo. Pero también me da el poder que necesito para ser imparable.
"Avada Kedavra."
El aire se vuelve denso con la energía del hechizo. La luz en la habitación parece apagarse brevemente mientras el destello verde surge de mi varita. La maldición de la muerte, tan temida, tan poderosa. Pero para mí, es solo una extensión de mi voluntad. Si alguna vez me enfrento a los seguidores de Voldemort, sé que esta maldición será mi primera línea de defensa. Ellos no pueden tocarme, no si estoy preparada.
Con un gesto rápido, giro la varita.
"Crucio."
El hechizo me llena de una sensación de control, un dolor que no es mío, pero que me alimenta. Cada vez que lo utilizo, siento que mi poder crece. Y cuando lleguen, no dudaré en usarlo. Que lo sepan: no hay nadie que se atreva a desafiarme cuando me encuentre en mi forma más oscura.
"Imperio."
La sensación de control es absoluta. No hay espacio para la resistencia. Los demás no tienen poder. Yo soy la que decide, la que controla, la que manipula a los débiles.
"Fiendfyre."
El hechizo arde con furia. Las llamas negras se despliegan como un monstruo devorador, cubriendo cada rincón de la habitación con su furia.
No es solo por diversión. Lo hago por supervivencia. Lo hago porque sé que tarde o temprano los Mortífagos me encontrarán. Sé que Voldemort me buscará, consciente de mi poder. Y cuando eso suceda, cuando me encuentre frente a él, no estaré preparada solo con mis hechizos. Estaré lista con cada maldición que pueda conjurar, con cada defensa que pueda invocar.
Cada hechizo, cada maldición, me acerca a ese momento. No estoy jugando. No estoy simplemente jugando con la magia. Estoy preparándome. Para cuando llegue el momento, nada me tomará por sorpresa.
El aire es pesado, denso, mientras me concentro en el siguiente paso. La magia oscura que manejo no solo se limita a lo físico, a los hechizos que surgen de mi varita. Mi mente es tan poderosa como mis habilidades mágicas. Mi mente es un campo de batalla en sí misma.
Me apoyo contra la mesa, cierra los ojos y dejo que la calma se apodere de mí. Mi respiración es lenta y profunda, controlada. El primer paso siempre es la concentración, porque si no controlas tus pensamientos, ellos se volverán en tu contra.
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Conección prohibida.
FanfictionLynx Malfoy Black, marcada con la oscuridad desde joven, siempre ha sido una fuerza inquebrantable en el mundo mágico. Pero cuando decide escapar al mundo muggle para escapar de la influencia de su padre y del Señor Oscuro, su vida toma un giro ines...