capitulo 12

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Lynx.

Me regaño a mí misma mientras caminó hacia la casa de Patrick. ¿Por qué le conté la verdad? ¿Por qué le dije que tenía 16 años? Podría haberlo mentido, haberle dicho que no me besara porque tenía novio, seguir con mi mentira, como siempre. ¿Por qué fui tan ingenua y estúpida? Mi cabeza está llena de preguntas que no tienen respuestas, pero lo que es cierto es que ahora tengo que lidiar con las consecuencias.

Me detengo frente a la casa de Patrick, inhalando profundamente antes de entrar. No sé por qué me siento tan culpable, pero algo en mi interior me dice que cometí un error al ser honesta. Estoy atrapada entre el deseo de ser sincera y la necesidad de protegerme a mí misma.

Entro a la casa de Patrick, y él me recibe con una sonrisa amplia.

-La parrilla está lista, Hill, vamos a comer hamburguesas -me dice, casi con orgullo.

-Justo lo que deseaba comer -respondo, tratando de mantener la calma, aunque mi mente sigue dando vueltas a lo que sucedió. No puedo dejar de pensar en él, pero la verdad es que no me atrae en lo más mínimo. Es solo un muggle, alguien que no entiende nada de mi mundo, de lo que soy. Y por eso no me importa.

Lo que me molesta es cómo me hizo sentir en ese momento, y cómo mi mente sigue atormentándome con pensamientos innecesarios.

-A ver, ¿quién diría que extrañabas mis hamburguesas?

No puedo evitar soltar una risa. Al final, no todo en la vida es tan complicado. Tiene su manera de hacerme sentir mejor, aunque no esté completamente segura de cómo quiero que se desarrollen las cosas entre nosotros.

Alzo a la pequeña, que corre hacia mí con una sonrisa llena de alegría. La siento en mis piernas y ella comienza a hablarme con entusiasmo.

-Hil, ¿me lees El Principito? -pregunta, mirando con sus grandes ojos inocentes.

-Claro, Abby -le respondo con cariño, acariciando su cabello-. Te lo leeré.

Mientras me acomodo para comenzar a leerle el cuento, escucho unos pasos bajando las escaleras. Al levantar la mirada, veo a Alexa, que me saluda con una sonrisa.

-Hola, cariño -dice Alexa, acercándose a saludarme.

-Hola, Alexa -respondo, con una sonrisa, intentando que la calma vuelva a mí.

Sentados alrededor de la mesa, disfrutamos de las hamburguesas. La conversación es ligera, pero no puedo evitar que mi mente se desvíe una vez más. Siento una presión extraña en mi brazo izquierdo, justo debajo de la manga de mi camisa. La serpiente de la Marca se mueve, como siempre lo hace cuando está llamándome.

Miro alrededor, manteniéndome lo más tranquila posible, disimulando lo que siento. Nadie parece notar nada extraño, y eso es lo único que me importa. No puedo dejar que ellos sepan lo que realmente soy, lo que realmente quiero, o lo que está sucediendo en mi vida.

El silencio me envuelve por un momento, pero me obligo a concentrarme en la pequeña, que está sentada sobre mis piernas, ansiosa por escucharme leer.

-El Principito -digo en voz baja, comenzando el cuento como si nada estuviera pasando en mi mente.

Patrick recibe una llamada urgente mientras estamos terminando de comer. Lo observo mientras atiende, y su expresión cambia ligeramente; parece que surgió algo inesperado.

-Hillary, ¿te gustaría acompañarme a la central? -me pregunta, después de colgar-. Olvidé algo y necesito recogerlo.

Asiento sin decir mucho, recogiendo mis cosas. Nos subimos a su auto y, en unos minutos, estamos en la central. Al bajar, noto algunas miradas curiosas, pero, siendo una Slytherin de pies a cabeza, simplemente las ignoro. Que miren cuanto quieran; yo no soy alguien que les debe explicaciones.

Conección prohibida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora