Milan.

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Arianna.

Estaba tan concentrada en mis pensamientos que no note que mi bolsa no dejaba de vibrar.
Saco mi telefono y veo las cientos de llamadas que tenia de parte de mis amigas.

-Maldicion- me quejé.

-¿Esta todo bien Fran?- pregunto Gianna con su semblante de preocupación.

Cuando iba a responderle el telefono comienza a sonar nuevamente, decido contestar.

-Hola- unos gritos se sintieron desde el otro lado de la línea aturdiendome.

-¿FRANCHESCA TORRICELLI Y UN MALDITO DESFILE?- Logro comprender de todos los gritos que no cesaban.

-Si dejan de gritar les puedo explicar- quise calmar las aguas pero fue en vano.

-Ninguna mierda de explicación, el vuelo mas cercano que conseguimos es el día del desfile- distingo la voz de Julieta.

-No pueden volver- las interrumpo.

-Escúchame bien maldita perra, te dijimos que nos quedábamos en Italia para cuidarte y no nos vamos a encerrar a pensar si estas viva o no, hacemos esto juntas o te olvidas que tienes amigas.- Juli seguía con sus gritos.

Toco la fibra mas delgada de mi ser con su última oracion, son lo único que tengo.

Suspire resignada y hable.

-Les reservaré dos invitaciones vip al evento, pero no pueden usar sus verdaderas identidades- susurre en la ultima parte.

-SEREMOS COMO MINI ESPIAS- La euforia de Abril se podia notar.

-Con cambio me refiero a todo- quise que comprendieran que me refería no solo a sus nombres.

-Captado perra, te amamos- dijeron al unisono terminando nuestra llamada.

Masajeé mi cien y mire a las chicas a mi lado, las cuales mantenían su cara de confusión.

-Mis amigas...- tome aire- mis amigas van al evento.

-Oh my god- Milagros sonreía de manera euforica- seremos un grupo de 5, como las wing- su entusiasmo era similar al de mis chicas.

Sonreí ante su mini bailecito en su asiento.

-Chicas hemos llegado- dijo Gianna con su mandíbula por el suelo observando el jet privado.

Bajamos del taxi y nos dirigimos a la puerta del jet saludando a quien supongo es Blad.

-Señora....- veia la duda en su rostro.

-Torricelli- le sonreí y estreche mi mano hacia el, la cual no recibió y negó en un gesto.

-No debemos tocar a la mujer del señor- dijo con semblante de disculpa.

-No soy mujer de ningún señor- reí.

-Por cierto dirígete hacia mi como Fran, dejemos las formalidades- dije tratando de transmitirle calidez.

Pude ver como en su papel de chico rudo de su boca surgía una pequeña sonrisa.

Mantenía su postura rígida hasta que subí, detrás mio se encontraban Gianna y Milagros, la última se dedico unas miradas tensas con quien seria nuestro acompañante.

Una vez dentro Gianna tomo 3 copas y una botella de champange.

-Por el mejor desfile de la historia- celebramos.

Podía ver a Milagros mirando hacia la cabina del piloto.

-Han visto a ese bombon- dijo mordiendo su labio.

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Cuando estamos en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora