Epílogo: Venganza

135 19 10
                                    

Habían pasado cinco años desde el arresto de Max por un crimen que no cometió, había perdido esperanza alguna de que alguien se apiadara de él, hasta que un día, en una de las visitas de su abogada, se le informó que se abriría un juicio de apelación.

Llegó el día del juicio, más bien había sido una audiencia, el resultado ya estaba definido. Su abogada le explicó que esta era una excepción debido a que la familia Pérez había proporcionado miles de pruebas y documentación desmantelando una red de narcotráfico, así como el pago de una fianza millonaria, pagada por alguien tratando de expiar sus pecados sin duda. Max había sido solo un chivo expiatorio, el intercambio vulgar de un alma por otra.

Salió del recinto policial con la misma ropa con la que había sido arrestado hace 5 años, la playera blanca le quedaba ajustada, tantos años en los cuales su única actividad era hacer ejercicio había pagado dividendos, no era el mismo hombre que entró a prisión, Daniel lo notó, intentó bromear con él para robarle una sonrisa, fue difícil, pero Daniel había sido el único amigo fiel durante estos años.

-¡Wow, te ves increíble, listo para ser campeón de boxeo!- Gritó a lo lejos su amigo, tratando de ser positivo, pero la verdad es que su rostro tenía las cicatrices que solo 5 años de prisión pueden dejar. 

Max sonrió, pero se detuvo a medio camino a respirar el aire de la libertad, tan añorada libertad, por alguna razón, el cielo se veía más azul que cuando estaba encerrado, de repente sus ojos se llenaron de lágrimas, el hombre que fue fuerte por 5 años de repente estaba roto en los brazos del único amigo que le quedaba.

-Ya amigo, ya, estás libre- a Daniel se le rompía el corazón, él también estaba al borde de las lágrimas y lo abrazaba fuertemente.

-Vamos a casa amigo, o ¿quieres ir a comer? Dime, ¿qué quieres hacer?

Abrazados, hombro a hombro caminaban hacia el auto de Daniel.
-Vamos a casa, quiero bañarme con agua caliente, en mi propio baño, quiero dormir en mi propia cama- contestó Max respirando hondo.

Llegando a su departamento, observó como polvo se había acumulado, sus plantas habían muerto, Daniel hizo lo que pudo, pero él también tenía una vida que vivir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Llegando a su departamento, observó como polvo se había acumulado, sus plantas habían muerto, Daniel hizo lo que pudo, pero él también tenía una vida que vivir.

Se comunicó con su madre, todo iba normal para ellas, cada mes recibían una cantidad de dinero, era una suma grande, lo suficiente para mantenerlas y pagar los estudios de su hermana, no sabían de dónde venía el dinero, solo era una transferencia mensual desde una empresa que cuando buscaban el nombre en internet no conducía a ningún resultado, Max se imaginaba de dónde venía ese dinero, venía de la culpabilidad obviamente.

Después de un baño largo y reparador, se informó sobre las noticias del mundo en lo que su amigo había salido a comprar comida para ambos, nada había cambiado, el mundo seguía igual de podrido que siempre, los más ricos abusaban de los más pobres, nada nuevo.

Dark ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora